Iglesia de Castelló de Farfanya

Iglesia de Castelló de Farfanya

Historia

La desconocida iglesia medieval catalana oculta entre las ruinas de un castillo: está en un pueblo de 500 habitantes

Esta famosa ermita albergó uno de los retablos de madera más importantes del siglo XIV

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Que cada pueblo tiene su propia iglesia, es una realidad. Pero pocos pueden decir que en su ermita se ocultó un reputado retablo de madera del siglo XIV Jaume Cascalls.

Un pequeño pueblo de Cataluña, Castelló de Farfanya (Lleida), puede presumir de haber dado cobijo a uno de los mejores retablos de Cataluña del siglo XIV. Así se consideraba esta obra, oculta en la iglesia de Santa María y que narraba la vida de María y la niñez de Jesús. Ahora se conserva en la iglesia de Sant Miqueel.

Dónde está

Ubicada en la comarca de la Noguera, esta ermita, que todavía se mantiene en pie, se alza imponente sobre una colina que ha sido testigo de siglos de historia. Situada junto a los restos del castillo de Castelló, el templo domina el paisaje del municipio y guarda en sus muros las huellas de diferentes épocas y culturas.

La colina donde se encuentra la iglesia y el castillo fue un enclave estratégico desde tiempos antiguos. Durante la época ibérica, probablemente fue habitada por los ilergetes, que utilizaban el lugar como defensa frente a los romanos.

De los íberos a los musulmanes

Luego llegarían los romanos y, posteriormente, bajo dominio musulmán, el castillo se convirtió en un importante bastión militar. De hecho, la fortaleza formaba parte de una cadena de fortalezas que separaban los llanos islámicos del sur de las montañas cristianas del norte. 

La primera mención documentada de Castelló de Farfanya data de 1036, cuando aún estaba bajo dominio musulmán. No sería hasta 1115-1116, con el vizconde Guerau II de Cabrera, que la fortaleza y el territorio fueron conquistados por los cristianos, aunque la consolidación definitiva no llegó hasta 1130.

El castillo

El castillo pasó entonces a formar parte de las posesiones del vizcondado de Àger. En 1108, Guerau y su esposa Elvira donaron la iglesia de Santa María a la canónica de Sant Pere de Àger, marcando el inicio de su historia como centro religioso.

La iglesia de Santa María desempeñó un papel importante como priorato dependiente de Sant Pere de Àger desde al menos 1258, aunque se cree que la comunidad religiosa allí presente es mucho más antigua. Fue el lugar donde el conde Ermengol IX de Urgell fue enterrado en 1243 y donde Mir de Castelló tomó el hábito de canónigo en 1182. La importancia del castillo y de la comunidad canónica llevó a que, a mediados del siglo XIV, se construyera una nueva iglesia más grande para reemplazar la primitiva románica.

Cómo es la iglesia

La construcción gótica fue impulsada en 1347 por la condesa Cecília de Urgell, y continuada bajo el conde Pere II de Urgell. El resultado fue un edificio de nave única, con capillas laterales añadidas posteriormente entre los contrafuertes. Su estilo gótico se aprecia en su elegancia estructural y en la riqueza decorativa de sus portadas.

La iglesia cuenta con dos portadas. La más antigua, situada a los pies de la nave, pertenece posiblemente a la primitiva iglesia románica. La segunda, en el muro sur, está orientada hacia la villa y destaca por su decoración ornamental gótica, aunque carece de la Virgen del tímpano, que actualmente se encuentra en el Museo Diocesano de Lleida.

Canonización

Este acceso meridional está adornado con escudos heráldicos, entre ellos el de la familia Foix-Bearn, quienes adquirieron el señorío en 1415 tras la venta por parte de Fernando I de Antequera, y el de los Cardona, otro linaje destacado en la historia del lugar.

La canónica fue secularizada en el siglo XVI, aunque una comunidad de beneficiados continuó habitando el lugar hasta el siglo XIX. A pesar de los cambios, la iglesia de Santa María ha mantenido su relevancia arquitectónica e histórica. El campanario, de construcción más reciente, completa el conjunto, que combina elementos de distintas épocas en una armoniosa composición.

Un referente de un pequeño pueblo

Hoy, la iglesia de Santa María de Castelló de Farfanya se erige como un ejemplo destacado del arte gótico en Cataluña, un monumento que atestigua la rica historia del lugar, desde los tiempos ibéricos hasta su papel en la cristiandad medieval. Su ubicación privilegiada y su arquitectura hacen de ella un punto de interés para quienes deseen explorar el patrimonio de la comarca de la Noguera.

Desde su posición elevada, las torres, murallas y la iglesia parecen vigilar el casco urbano de Castelló de Farfanya, recordando su importancia estratégica y defensiva en épocas pasadas. Este lugar, de poco más de 500 habitantes, fue un punto clave en la Edad Media.

Qué ver en Castelló de Farfanya

Más allá del castillo y la iglesia, el pueblo cuenta con otros puntos de interés. Entre ellos destacan la iglesia de Sant Miquel, la Casa de la Inquisición y el molino de aceite, donde se produce aceite de oliva a través de la cooperativa local. Estos rincones reflejan la riqueza histórica del municipio y la preservación de tradiciones que han pasado de generación en generación.

Rodeado por los paisajes de la sierra Larga-Secans de Noguera y el valle del río Farfanya, el entorno natural del municipio ofrece múltiples opciones para disfrutar de la naturaleza. Caminos rurales, vistas espectaculares y un ambiente tranquilo hacen de Castelló de Farfanya un destino ideal para quienes buscan explorar el patrimonio histórico y disfrutar de la belleza rural de Cataluña.