Terma romana

Terma romana PEXELS

Historia

Las termas romanas más impresionantes están en un pueblo de Cataluña famoso por sus aguas medicinales

Este pequeño municipio a media hora de Barcelona hizo de este conjunto monumental una cárcel

3 mayo, 2024 12:30

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Hay un municipio en Barcelona que es casi una ciudad balneario. Todo el mundo lo conoce por sus aguas y por sus múltiples spas, balnearios y resorts con terapias de aguas medicinales que ofrece. Hablamos, como no, de Caldes de Montbui.

Este pequeño pueblo está erigido en una zona donde brotan aguas termales de forma natural, algunas de ellas, como la de la Font del Lleó, ardiendo. Considerada una de las más calientes de Europa, las aguas termales de este punto de la ciudad salen a 74°C.

Caldes de Montbui

Caldes de Montbui

Termas milenarias: el origen 

A pesar de que ahora haya decenas de hoteles balnearios y otros tantos centros de terapia que hagan negocio con ello, no es un invento nuevo. Ya en el siglo I a. C., cuando los romanos poblaron esta zona, repararon en estas aguas medicinales.

Fue este imperio, tan poderoso como odiado, el primero que erigió un edificio para poder disfrutar de estas aguas. Todavía se pueden ver en el municipio partes del caldarium, el frigidarium e incluso la piscina de la época.

Un poco de Historia 

Este antiguo balneario, del que sólo se conservan sus ruinas, se encuentra muy cerca de la citada fuente, en pleno centro, en la plaza de la Font del Lleó. Una prueba de que Caldes nació ya como un pueblo termal. Y así se mantuvo a lo largo del tiempo.

Los registros indican que las termas romanas ya existían en el año 130 a. C. y se mantuvieron en activo durante más de un milenio, hasta mediados del siglo XVII. No en vano, era una de las mayores construcciones termales de la zona. Si una terma corriente romana tenía una sólo piscina, esta gozaba de varias.

Font del Lleó de Caldes de Montbui

Font del Lleó de Caldes de Montbui WIKIPEDIA

Para todos los sexos 

Su fama era tal que hay documentos que explicitan que sus visitantes no solo procedían de la cercana Barcino, incluso de la mismísima Tarraco, que si ahora está a hora y media en coche, en esos tiempos el viaje era mucho más largo. Pero les merecía la pena, tanto como ahora visitar el lugar. Además, eran termas mixtas, en diferentes horarios las podían usar hombres y mujeres, algo poco habitual por aquel entonces.

Las termas tenían un gran peso en aquella época, primero porque hasta allí se desplazaban decenas de enfermos a los que curar, pero también tenía otros usos. Como sucedía también en el Japón del siglo pasado, entre baño y baño, se cerraban negocios. Claro que también hacía las veces de centro cultural y, obviamente, de lugar de relax y ocio. Siglos más tarde, correría peor suerte.

Parcialmente derruidas

A medida que diversas casas privadas empezaron a tener acceso a las aguas termales, este espacio público empezó a ser menos concurrido e incluso necesario. Eso, sumado al fuerte olor de la mineralización de las aguas, llevó a su demolición definitiva a mediados del siglo XVII. Bueno, casi definitiva.

De aquellos tiempos todavía se rescataron algunos restos repartidos por la ciudad, pero, lo mejor conservado está oculto. Hay una piscina de la época que, quedó en el sótano del consistorio y su uso fue más que particular.

Terma Romana de Caldes de Montbui

Terma Romana de Caldes de Montbui

De piscina cárcel 

Cerradas las termas romanas, allí se erigió el ayuntamiento. El consistorio tenía un pasillo que iba directo a esa piscina, pero, de repente, esa piscina fue intervenida para ser usada como prisión. Una cárcel donde se encerraron aquellas personas consideradas brujas.

Pasados los años, ese lugar se tornó en universidad, con piscina romana incluida, y en los años 50 del pasado siglo el edificio se demolió. Aun así, todavía se puede disfrutar de diferentes espacios de aquella época conservados en excelente estado.

Qué se puede ver 

En el centro de la ciudad, se puede ver una piscina rectangular central de 13,5 x 6,9 metros con cinco escalones y una grada, así como otras dos piscinas en forma de exedras semicirculares frontales que funcionaban como baños individuales. La parte de la grada también conserva una bóveda de cañón apoyada sobre pilares y arcos de piedra, conservada gracias a una restauración que se llevó a cabo en 1956.

Fuera de esta zona, todavía se puede contemplar, además de la Font del Lleó, un antiguo lavadero, donde, hasta hace relativamente poco, todavía se usaba como tal. Allí, también se puede tocar las aguas caldas que emergen de esta espectacular ciudad balneario.