El desconocido pueblo catalán de cinco letras que enamora a National Geographic: dos patrimonios de la UNESCO y menos de 100 habitantes
Este municipio también celebra una de las fiestas del Pirineo reconocidas a nivel internacional
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En Cataluña existe la expresión “en el pot petit hi ha la bona confitura” o, como se dice en castellano, el buen perfume se vende en frasco pequeño. Esto se puede aplicar no sólo a las personas o productos, también a los pueblos.
España está repleta de estos lugares y Cataluña no es una excepción. La prueba se encuentra en un pequeño pueblo que no sólo enamora a National Geographic, que le ha dedicado varios artículos, sino que también a los miembros de la UNESCO.
El pueblo en cifras
El municipio en cuestión sorprende por sus cifras: dos patrimonios, cinco letras, 28 km2, 87 habitantes y 1.395 metros de altitud. Se trata de Durro.
Este pequeño municipio situado en el emblemático Vall de Boí, rodeado por majestuosas montañas, se encuentra esta localidad que, además, se ha ganado un lugar en la prestigiosa lista de los pueblos más bonitos de España.
Dos patrimonios de la UNESCO
Desde una altura de 1.395 metros sobre el nivel del mar, Durro ofrece unas vistas espectaculares del entorno del valle, conocido por su legado de arquitectura románica y por alojar uno de los parques naturales más importantes de Cataluña, el Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici.
Este pequeño pueblo encapsula, así, la esencia de un pasado medieval con sus callejuelas empedradas, casas de piedra y tejados de pizarra. Pero no se queda solo en su pintoresco aspecto. Durro es un tesoro cultural gracias a dos joyas arquitectónicas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000: la Iglesia de la Natividad y la ermita de Sant Quirc.
La Iglesia de la Natividad
Este pequeño monumento es un magnífico ejemplar del arte románico de los Pirineos catalanes. Construida en el siglo XII y reformada posteriormente, la iglesia destaca por su estructura sencilla pero imponente.
Su única nave está dividida en cuatro tramos, cubierta con una bóveda de cañón sostenida por arcos, y culmina en un ábside semicircular que, con el tiempo, fue reemplazado por una sacristía en forma de trapecio.
Cómo es la iglesia
El exterior, austero pero cargado de simbolismo, conserva un crismón rodeado de motivos zoomórficos y vegetales en el porche sur, que también alberga una puerta con dos arquivoltas sobre columnas con capiteles decorados. Su campanario, modificado en épocas posteriores, otorga un carácter distintivo al conjunto. En el interior, los retablos barrocos y del siglo XIX añaden un contraste interesante al ambiente medieval.
Entre sus tesoros destaca una copia del conjunto del Descendimiento, un grupo escultórico del siglo XII del que solo sobrevive la figura de la Virgen original, resguardada en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). La iglesia, declarada Monumento Histórico-Artístico en 1980 y Bien de Interés Cultural en 1991, es un recordatorio vivo de la rica herencia románica de la región.
Sant Quirc
A 1.500 metros de altitud, y a solo dos kilómetros del pueblo, se encuentra la otra joya de Durro y de la UNESCO, la ermita de Sant Quirc. Se trata de una edificación del siglo XII que combina elementos románicos y barrocos.
Con una estructura simple, la ermita cuenta con una nave única cubierta por una bóveda de medio cañón y un ábside semicircular que ilumina el interior a través de una pequeña ventana aspillera.
Cómo es la ermita
En el interior, destaca una copia del frontal del altar románico original, que representa escenas del martirio de San Quirc y Santa Julita, y un retablo barroco de inspiración popular.
Desde esta ermita, las vistas panorámicas del Vall de Boí son inigualables, convirtiéndola en un destino ideal para quienes buscan belleza natural y espiritualidad.
Una fiesta, otro patrimonio
Pero no todo es arquitectura, en Durro también hay lugar para la fiesta y las traducciones. Una de las más importantes y conocidas se celebra cada junio. Es entonces cuando este municipio, junto con el resto de los que conforman el Vall de Boí, cobra vida con la Bajada de las Fallas.
Se trata de una celebración ancestral del fuego en la que la comunidad marca el solsticio de verano. Durante estas fechas, los habitantes del pueblo y a los visitantes se reúnen en una procesión de antorchas encendidas que iluminan la noche y crean un espectáculo inolvidable. El espectáculo es tal que también está protegido y catalogado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. ¿El tercero de Durro?
Naturaleza y rutas senderistas
Más allá de su patrimonio arquitectónico y cultural, el pueblo es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Sus alrededores ofrecen rutas de senderismo como la Ruta de la Fauna, que recorre 7,5 kilómetros de bosques y valles, invitando a descubrir la flora y fauna autóctonas del Vall de Boí.
Este enclave natural atrae a senderistas y amantes de la montaña de todo el mundo. Además, el valle es también famoso por su oferta termal, con el Balneario de Caldes de Boí, donde las aguas termales ofrecen una experiencia relajante rodeada de paisajes idílicos.
Cómo llegar
Durro se encuentra a aproximadamente tres horas en coche desde Barcelona. Para llegar, se debe tomar la autopista AP-2 o la C-16 en dirección a Lleida.
Desde allí, se continúa por la C-13 y la N-230 hasta llegar a Pont de Suert. Una vez en Pont de Suert, se sigue por la carretera L-500 que atraviesa la Vall de Boí, donde un desvío señalizado lleva directamente al pueblo de Durro.