Solo tiene 234 habitantes y un vino con su nombre: así es el pueblo medieval de Cataluña donde no pasa el tiempo
Este pequeño pueblo forma parte de una de las denominaciones de origen más refinadas del territorio
No hace falta ser muy grande para competir con los mejores. Esto es lo que pasa con muchos pueblos de Cataluña que, pese a lo reducido de su tamaño y los escasos vecinos que tienen, conservan una belleza que atrae hasta a los más cosmopolitas.
Esto es lo que sucede con la Pobla de Cérvoles, un reducido municipio ubicado en el extremo sur de la comarca de Les Garrigues, que con 201 habitantes, destaca por su arquitectura y la calidad de su vino. Tiene un caldo con su nombre.
Dónde está
Su situación geográfica ayuda al cultivo de la vid, limitando con las vecinas Conca de Barberà y Priorat, el vino que de allí sale pertenece a la denominación de origen Costers del Segre. Unos caldos exquisitos, para los enólogos.
Pero su atractivo no acaba en la riqueza de sus tierras y la impresión que causa a través del paladar. La Pobla de Cérvoles esta cargado de historia y rodeado de paisajes naturales únicos.
La historia del pueblo
Para empezar, el municipio tiene muy buenas visitas. Como muchas localidades de la zona, la Pobla de Cérvoles se asienta al pie de una meseta, sobre cuya cima se alzan los restos del Castillo de Cérvoles, que fue en su día jurisdicción del monasterio de Poblet.
Esta particular fortaleza originalmente formaba parte del dominio de Siurana y propiedad de Guillem de Cervera tras la reconquista cristiana. El castillo fue repoblado por los eremitas y posteriormente vinculado al famoso monasterio de Poblet, pero en la actualidad quedan únicamente vestigios de esta construcción.
El desarrollo de la Pobla de Cérvoles
Esta fortificación ya da una idea de la importancia en la historia de este municipio. Conocido antiguamente como el término de Sòrboles (nombre que evolucionó a Cérvoles), el origen de este pueblo se remonta al año 1157, cuando el conde Ramón Berenguer IV entregó las tierras a Ramón de Vallbona y un grupo de eremitas para fundar una abadía. Las cosas cambiaron en 1163, cuando el Monasterio de Poblet adquirió el lugar y lo transformó en una granja.
A principios del siglo XIII, en este término comenzó a desarrollarse el núcleo urbano de la Pobla de Cérvoles, también conocido como castillo de la Pobla, consolidándose así la población.
Qué ver
Más allá del crecimiento del pueblo y el cuidado del castillo, esta localidad no paró de crecer. En el siglo XVIII, sobre los restos de la antigua iglesia de Santa María de Vallbona, se construyó la iglesia Parroquial de la Madre de Dios de la Jonquera, dedicada a la patrona del municipio. Este templo destaca por albergar telas que representan el hallazgo de la imagen de la Virgen, así como un valioso órgano barroco.
Esta no es, en cualquier caso, la única ermita del lugar. La ermita de Sant Miquel, construida en 1610, se levanta junto al lugar donde, según la tradición, un pastor encontró la imagen de la Virgen. Aunque en sus inicios albergó esta imagen, más tarde fue trasladada a la iglesia parroquial, y la ermita pasó a estar dedicada a San Miguel.
Por último, destacar una joya del pasado que ha recobrado la vida. El antiguo molino de la Sociedad, actualmente convertido en el Ayuntamiento, alberga el Ecomuseo del Aceite, que celebra la rica tradición olivarera de la región. Frente a este edificio se encuentra una escultura en honor a Josep Espasa Anguera, ilustre hijo de la Pobla de Cérvoles y fundador de la prestigiosa enciclopedia Espasa.
Y si hace falta algo más de interés, la Pobla de Cérvoles ofrece un entorno natural de gran belleza, ideal para realizar caminatas y excursiones. A tan solo 3 kilómetros del núcleo urbano, se encuentra el Arborétum de les Garrigues Dr. Barberà, un parque botánico que reúne una variada colección de especies vegetales autóctonas y exóticas, convirtiéndose en un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza.
Cómo llegar
Este pueblo se encuentra aproximadamente 140 kilómetros de Barcelona o, lo que es lo mismo, dos horas y diez minutos en coche.
La vía más rápida es ir por la autopista AP-2, tomar la salida hacia Montblanc y continuar por la C-14 hasta llegar a la intersección con la carretera T-700. Desde ahí, se recorre un tramo más corto por carreteras locales que conduce directamente al corazón de La Pobla de Cérvoles.