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Economía doméstica: cómo optimizar tus finanzas con conocimiento y buenas prácticas

Apóyate en los tres pilares básicos de comportamiento que te proponemos para conseguir mejorar tu estado financiero

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¿Sientes que el dinero se te escapa de las manos y no sabes cómo controlarlo? No estás solo en esta situación que afecta a millones de familias españolas. La sensación de que los ingresos no alcanzan para cubrir todos los gastos mensuales genera estrés, ansiedad y preocupación constante. Una realidad que nos obliga a buscar (y encontrar) soluciones para recuperar nuestro control financiero.

En la actualidad, según el Índice de Solvencia Familiar de la OCU, el 63% de los hogares españoles tiene dificultades para llegar a fin de mes. Una cifra muy elevada que puede llegar a tener consecuencias desde el punto de vista de la salud. De ahí la importancia de contar con los conocimientos necesarios para poder enfrentarnos a imprevistos sin caer en situaciones de riesgo.

Si bien es cierto que hay situaciones que llegan de la noche a la mañana como son las reparaciones urgentes pueden requerir un crédito rápido, lo ideal es gestionar nuestra economía doméstica con una planificación previa que contemple cualquier situación y las diferentes opciones con el ánimo de reducir posibles problemas de futuro.

En definitiva, gestionar de forma inteligente nuestros recursos con una visión a largo plazo. ¿Quieres saber cómo hacerlo? En este reportaje te vamos a explicar los tres pilares esenciales para que puedas optimizar tus finanzas con buenas prácticas.

Pilar 1: presupuesto y control de gastos

Optimizar nuestra economía doméstica comienza con la organización y la planificación de nuestros gastos cotidianos. En esta fase, hay que ser sinceros y realistas con nosotros mismos, estableciendo un presupuesto, como si fuéramos una empresa, para tener una visión global de cuáles son nuestros ingresos y cuáles son nuestros gastos.

Así, habrá que crear ese presupuesto realista. Para llevarlo a cabo, podemos seguir el método que sigue la regla 50/30/20 consistente en destinar 50% a necesidades básicas, 30% a deseos personales y 20% al ahorro. Sin embargo, también hay otras opciones como por ejemplo la del método del sobre para gastos específicos.

Independientemente de que usemos una u otra opción, el consejo común en esta fase es el de registrar meticulosamente cada gasto durante un mes completo para poder identificar patrones de consumo inconscientes que pueden hacer peligrar nuestra economía doméstica. Con esta “auditoría personal” conoceremos gastos innecesarios o compras impulsivas recurrentes.

Entre los primeros, los pequeños como cafés, suscripciones digitales no utilizadas, compras impulsivas en supermercados y aplicaciones de delivery pueden sumar más de 100 euros a final del mes. Estos gastos hormiga representan frecuentemente entre el 15% y 25% del presupuesto familiar.

Lo mismo que hacemos con los gastos esporádicos, también hay que hacerlo con los gastos fijos. Aquí, podemos hablar del consumo energético. ¿Tu factura de la luz es demasiado elevada para el número de personas que hay en casa? Si es así, empieza a introducir pequeños cambios como usar bombillas LED o desconectar aparatos en standby. Lo mismo hay que hacer con servicios como telefonía móvil, internet y seguros. ¿Realmente los necesitamos todos? ¿Estamos usando todo lo que estamos pagando?

Pilar 2: gestión de deudas

Del mismo modo que hemos comentado en el apartado anterior, hay que conocer al detalle todas las deudas que poseemos. Hipotecas, préstamos personales o saldos de tarjetas de crédito con el detalle de los tipos de interés, plazos de vencimiento y cuotas mensuales los debemos tener en la mente en todo momento.

No en vano, esta radiografía nos va a permitir priorizar pagos y establecer un plan de amortización que minimice los intereses totales pagados. Aquí, podemos valorar la opción de consolidar deudas para simplificar pagos y reducir costes, aunque esta modalidad requiere de un análisis muy meticuloso. También debemos hablar con bancos o entidades para ver las diferentes opciones que existen a la hora de reducir la deuda.

Pilar 3: soluciones temporales ante la falta de capital

Si bien es cierto que contar con un colchón financiero proporciona tranquilidad y evita recurrir al endeudamiento, hay situaciones en las que este ahorro que tenemos no llega para cubrir un imprevisto. Cuando el fondo de emergencia resulta insuficiente, podemos optar por préstamos personales bancarios tradicionales que ofrecen tipos de interés competitivos, pero requieren documentación extensa y plazos de aprobación prolongados. Otra opción es ir a los créditos rápidos online, productos financieros especializados en pequeñas cantidades, plazos cortos y procesos de aprobación ágiles.

Estos últimos son muy útiles para emergencias puntuales donde no existen otras opciones viables, como reparaciones urgentes de electrodomésticos esenciales o gastos médicos imprevistos que no pueden posponerse. A la hora de solicitarlos, no lo olvides, evalúa y ten en cuenta que el plazo de devolución sea realista, y conocer los costes totales de devolución, incluyendo comisiones e intereses.

Estos tres pilares de los que hemos hablado te ayudarán a fortalecer tu salud financiera. Ser conscientes de lo que ingresamos, de lo que gastamos y tener disciplina. Este es el secreto de llevar un control financiero con el que mediante pequeñas acciones diarias podemos gestionar nuestra economía doméstica estable y próspera.

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