Primeras planas

Madrileñofobia, alarma y bajada de persianas

Europa, el gran foco de coronavirus. Críticas a los ciudadanos de Madrid que se van a sus segundas residencias. Confinamiento en Cataluña. Comercios, bares y restaurantes echan el cierre

14 marzo, 2020 09:42

La limpia y aséptica Europa se ha convertido en el foco de las miasmas coronavíricas, la nueva zona cero de la inmundicia patológica y la transmisión de todos los males. Corría el tránsito del año nuevo chino, el de la rata, allá por la luna nueva de enero, cuando llegaban las primeras noticias de la infección, que se atribuía al consumo de especies salvajes (murciélagos y pangolines fundamentalmente) procedentes del mercado de abastos de Wuhan. Cosas de chinos, se decía, capaces de llevar al extremo la técnica del faisandage y la máxima de que lo que no mata, engorda.

Después cayó Corea del Sur, porque de la del Norte no se tienen noticias y a lo mejor se ha salvado porque está cerrada al mundo. Después Irán. Luego saltó el brote a Europa y se cebó en Italia. Y ahora España, de la que huyen en masa los ciudadanos chinos alucinados con la frivolidad nacional. Pero si hasta anoche estaban abiertos los bares y restaurantes. Había discotecas que anunciaban incluso la fiesta del contagio seducidas por el nefasto y generalizado infundio de que el coronavirus es una gripe tonta.

Según la previsiones epidemiológicas, la cosa no ha hecho más que empezar y aún falta lo peor, que podría llegar a mediados de la semana que viene con el pico de infectados. La cifra de unos cinco mil contagiados en España no cuadra con la alarma. Se entiende que hay mucha más población afectada que la que reflejan las estadísticas. En El País, Pablo Linde firma la información afecta a Europa: "El avance del coronavirus en Europa es hoy más rápido de lo que lo fue en China en su peor momento. Si hace un mes se discutía sobre restringir el tránsito de personas procedentes del país asiático, hoy es China la que teme que los extranjeros vuelvan a introducir un virus que el jueves tan solo provocó 15 nuevos casos. Ese mismo día, en Europa, con la mitad de población, superaba de largo los 4.000".

Portada de El País del 14 de marzo de 2020

Portada de El País del 14 de marzo de 2020

Sigue la nota: "La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado este viernes un toque de atención para que los países europeos actúen con determinación. 'Europa se ha convertido ahora en el epicentro de la Covid-19, con más casos reportados y muertos que todo el resto del mundo junto, si exceptuamos a China', ha dicho su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus. La pandemia ya suma más de 132.000 infectados en 122 países y se ha cobrado más de 5.000 vidas".

En La Vanguardia, Enric Juliana asegura que Sánchez ha decretado el estado de alarma (que se concretará esta mañana) para atajar el "conato de caos". En El Español se asegura que el presidente empleará dicho estado para ejercer de "autoridad única" en materia sanitaria. Según los corresponsales de medios extranjeros, en sus países resulta difícil explicar que hay diecisiete autoridades en la materia. Ana I. Gracia escribe en el referido El Español: "A partir de que este sábado se apruebe este estado excepcional, el Gobierno podrá "unificar criterios" y aplicar las mismas medidas en todo el territorio nacional como, por ejemplo, en el Sistema Nacional de Salud, el sector más afectado por esta crisis que ya muestra signos de colapso en los lugares más afectados. En Madrid, hay hoteleros que han ofrecido sus establecimientos para convertirlos temporalmente en hospitales y poder así hacer frente a la alta demanda de nuevos casos que se esperan".

El Español, 14 de marzo de 2020

El Español, 14 de marzo de 2020

Algunos medios acusan una cierta descoordinación en el Ejecutivo. Es el caso, por ejemplo, de El Confidencial. Fernando Garea, el exjefe de Efe hasta hace dos semanas está de vuelta en el digital y escribe una pieza en la que resalta que la ministra de Economía, Nadia Calviño, presionó todo lo que pudo para que Sánchez se echara atrás. De la citada pieza: "Varios ministros explican estos días, con pesimismo, que la crisis sanitaria modificará hasta el reparto de competencias por departamentos, que estaba en pleno proceso de ajuste, con tensiones entre ellos. (...) Añaden que en la última semana prácticamente todos los ministerios respondieron a la llamada de la Moncloa para aportar medidas concretas y hacer frente a los efectos devastadores del coronavirus, pero eso no ha impedido que se haya discutido sobre las decisiones. Y que alguno de los ministros muestre en privado su pesar por el ritmo de toma de decisiones y su malestar por la gestión de la manifestación del 8-M en plena crisis".

Continúa Garea: "En las medidas para afrontar la crisis ha quedado patente también esa diferencia de criterio. Así, según fuentes del Gobierno, fue la vicepresidenta Nadia Calviño la que frenó hasta el último momento la declaración de estado de alerta. En varias reuniones de ministros que han tenido lugar durante la semana, Calviño insistió en rechazar la medida priorizando las repercusiones económicas que tendrá. Pablo Iglesias encabezó a los ministros de Unidas Podemos defendiendo la importancia de la comunicación en este caso y la necesidad de ir por delante de la pandemia. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, fue desautorizada pública y abiertamente cuando impulsó una normativa para empresas, dando muestras de haber comprendido desde muy pronto en qué iba a derivar. Pedro Sánchez se resistió a la declaración de alarma hasta el mismo viernes, aunque en su rueda de prensa del jueves no lo descartó expresamente".

 

 

La pandemia propende a mostrar la peor cara de la gente. Codazos en los supermercados y madrileñofobia. En Murcia, por ejemplo, no son bienvenidos los capitalinos que huyen de su ciudad para refugiarse en sus segundas residencias. Se les acusa de propagar el virus. En verano serán muy bien recibidos, pero ahora son unos auténticos apestados. En El Nacional se ocupa del caso Lluís Bou, quien escribe: "La imatge de persones procedents de la comunitat de Madrid, el principal focus de coronavirus, que es desplacen en plena crisi sanitària aprofitant que no han de treballar, ha provocat alarma. El moviment s'ha fet fins ara sense cap mena de control de les autoritats madrilenyes i espanyoles, i està provocant gran malestar, especialment al País Valencià i Múrcia, que afirmen que arriben madrilenys pensant 'que estan de vacances'. A Múrcia el malestar es tan gran que el govern autonòmic ha confinat els municipis costaners de la regió, i fins i tot ha enviat els serveis d'emergència a alertar micròfon en mà que 'les persones provinents de la Comunitat de Madrid i del País Basc' es confinin".

Tampoco Marruecos permite la entrada de españoles y hay quien encuentra en el cierre inverso de fronteras un caso de justicia poética. 

En Cataluña, Quim Torra pide al Gobierno que confine Cataluña. En medios de Madrid y Barcelona se tiende a titular que el presidente autonómico "anuncia" el confinamiento, pero en puridad lo que hace es solicitarlo al Gobierno, tal como destaca Nació Digital con el siguiente titular: "Torra demana a Sánchez que l'autoritzi a confinar tot Catalunya". Firma la información Andreu Merino: "'Creiem que cal confinar tot Catalunya'. El president Quim Torra ha demanat al govern espanyol que autoritzi la Generalitat a confinar tot Catalunya per evitar la propagació del coronavirus. Torra ha defensat la necessitat d''avançar-se a la malaltia', hores després que Sánchez hagi anunciat la declaració d'estat d'alarma a partir d'aquest dissabte i durant els pròxims 15 dies. El president espanyol encara no ha respost la petició. Mentre no arribi la resposta, tot i que la ciutadania prengui mesures pel seu compte, el confinament no és efectiu".

De momento, se ha ordenado el cierre de todo establecimiento no dedicado a la expedición de productos básicos de alimentación y farmacia así como de bares, restaurantes y locales de ocio. El aspecto de las calles es el adecuado para rodar una serie de terror sobre un cataclismo vírico.

14 de marzo, santoral: Arnaldo abad, Alejandro de Pidna, Lázaro de Milán, Leobino y Paulina de Fulda.