Todo abierto y los españoles de Bozzo y Dedéu
La prensa especula sobre las alianzas en un contexto gaseoso. Nuevas muestras de cívico supremacismo y pacífico desprecio a los españoles. Los méritos de Oriol Pujol
9 junio, 2019 11:49Aún puede pasar de todo en la escena política general. Los resultados de las dos tandas electorales han fraccionado los mapas institucionales, de modo que dista de estar resuelta incluso la suerte de la legislatura nacional. Pedro Sánchez ganó de calle las generales y el PSOE ratificó sus buenos resultados en europeas, autonómicas y municipales. Nadie lo discute, como tampoco se discute el mamporrazo en las urnas que se dieron los Pablos. Pero esas certezas comparten foco con el hecho de que los ganadores necesitan a los derrotados y que las alianzas entre perdedores pueden alterar el signo de no pocos gobiernos.
Sostiene El País en portada con cierta alarma que "El sudoku de pactos locales condiciona la investidura". La crónica de Carlos E. Cué en dicho diario alimenta la incertidumbre: "El socialista (Sánchez) podría lograr la investidura con la abstención de los cuatro diputados de Bildu, un escenario que horroriza a La Moncloa, o con la abstención de ERC o JxCAT, algo que también están intentando evitar los estrategas de Sánchez. Por eso insisten en presionar a Ciudadanos y PP para que se abstengan y eviten que el Gobierno dependa de un voto independentista. Sánchez ha dejado pasar el tiempo para que suba la presión social y mediática, pero algunos en el PSOE y Unidas Podemos empiezan a temer el riesgo de estirar demasiado esa cuerda. Ana Oramas, la portavoz de Coalición Canaria, planteó un escenario del que solo se habla con discreción en círculos políticos: podría haber una investidura fallida, como en 2016, que lanzara toda la presión sobre PP y Ciudadanos en una segunda ronda, después del verano. En 2016 esa estrategia acabó con la abstención del PSOE y la destitución de Pedro Sánchez y su no es no".
En la nota del periódico de Prisa se cita la posibilidad de una repetición electoral como algo ciertamente remoto, pero se apunta, así como que "esta semana empieza el juego de verdad. El martes, cuando se constituya la Asamblea de Madrid, se verá si PP, Cs y Vox han llegado a un acuerdo que marcará todos los demás pactos o dejan que sea el PSOE quien presida este órgano clave. Ese mismo día se reúne Sánchez con Pablo Iglesias, Pablo Casado y Albert Rivera. Y el sábado se ponen a prueba los bloques porque se deciden todos los Ayuntamientos el mismo día. A partir de ahí todo irá en cadena. Los negociadores dicen que ya está todo bastante claro. Pero las sorpresas se han convertido en la norma de una política fragmentada e imprevisible".
Tales sorpresas podrían ser que Begoña Villacís fuera alcaldesa de Madrid, que Ciudadanos y socialistas pacten en Castilla y León, que Navarra vuelva a la derecha y hasta que ERC vote a favor de Sánchez sólo por fastidiar. Ni siquiera está del todo claro que PP y Ciudadanos se vayan a entender, según la crónica de Carmen Morodo en La Razón: "Génova se fía más de Vox que de Ciudadanos (Cs) en la negociación de los pactos de gobierno. La semana terminó con la sensación de que en el reparto de poder Cs está tanteando el terreno para conseguir que Begoña Villacís se quede el Ayuntamiento de Madrid. Pero los recelos van más allá del pulso en la capital. Vienen de muy atrás, de la negociación de la etapa de Mariano Rajoy y, ya mucho más cerca en el tiempo, del pacto de la Junta de Andalucía. "Ortega Smith tiene más palabra que Rivera". La afirmación viene de uno de los negociadores del PP, y resume muy simbólicamente sobre qué cimientos se sostienen las negociaciones para formar gobiernos entre PP y Ciudadanos".
Todo esto sería muy diferente si las derechas de centro, de derechas y del extremo derecho hubieran forjado una alianza como la que bajo el paraguas de Unión del Pueblo Navarro (UPN) aglutina a los antedichos regionalistas tradicionalistas, PP y Ciudadanos. Esa hipótesis hubiera convertido el mapa de España en una mancha azul a excepción del País Vasco y Cataluña y esa es la hipótesis que manejan Carles Castro y Laura Aragó en La Vanguardia: "Lo que el sistema electoral le dio al PSOE el 28 de abril se lo podría quitar dentro de cuatro años si las fuerzas de centro y derecha consiguieran armar una alianza preelectoral que les permitiese concurrir bajo una sola marca. Esa coalición electoral entregaría a la “derecha unida” un mínimo de 176 diputados si fuese capaz de sumar todos los votos que PP, Ciudadanos y Vox obtuvieron por separado en las últimas elecciones generales. Y en paralelo, la izquierda sumaría en ese supuesto únicamente 141 parlamentarios en el Congreso (concretamente 108 para el PSOE y 33 para Unidas Podemos)".
El análisis extrapola resultados: "En algún caso, como Álava, Girona o Vizcaya, la “derecha unida” obtendría la representación que no pudo lograr por separado el 28-A. En otros casos (hasta 11), arrebataría un escaño a la izquierda (o dos en Baleares) e invertiría el signo de la mayoría, incluso con menos votos, como ocurriría en Asturias, Cádiz, Huelva o Jaén. Y en algunas circunscripciones con una efectiva ventaja del voto conservador (como Albacete, Burgos, La Rioja, León u Ourense), la unidad de la derecha tendría una rentabilidad abrumadora: le permitiría pasar del empate a dos escaños que firmó con el PSOE el pasado 28-A, a triplicar los diputados de la izquierda (a través de una correlación de 3 a 1). Sin embargo, incluso en las circunscripciones grandes, con más de diez escaños y mucho más proporcionales, la unidad del voto conservador ofrecería réditos a la coalición de la derecha en detrimento de los partidos de izquierda: un escaño más en Madrid, otro en Barcelona y otro en Alicante".
Noticias catalanas. El Mundo sirve una indagación sobre los trabajos y voluntariados que han permitido a Oriol Pujol Ferrusola alcanzar la condición de liberado penitenciario. Es una información de Leyre Iglesias que revela que el Príncipe va de agente comercial autónomo gracias a la coartada de un viejo amigo de las luchas universitarias: "Habla la secretaria del director general de Ramón Clemente Glass, una empresa familiar de vidrieros con sede en El Masnou (Barcelona) que se dedica a la fabricación de frascos para perfumes. En Ramón Clemente está el trabajo más estable de Oriol Pujol, diplomado en Veterinaria. Con ellos trabaja "no con nómina", aclara la secretaria, sino "como autónomo", expidiendo facturas. Su labor: agente comercial. Empezó en enero de 2015 con el cometido de captar clientes de Estados Unidos y de Oriente Medio. Ahora, según la empresa, "ha ampliado su cartera de clientes hacia Europa y algo de España".
Sigue el texto: "El trabajo se lo ofreció un amigo íntimo cuando, tras su imputación, abandonó la política y el futuro se le ennegreció. Se trata del director general de Ramón Clemente Glass y nieto del fundador de la empresa nacida en 1931, Vicenç Pedret Clemente. Ambos son amigos desde que a principios de los años 90 estudiaron juntos en el IESE, la escuela de negocios de la Universidad de Navarra en Barcelona, aunque se conocían ya de sus tiempos universitarios cuando formaban parte de la Federació Nacional d'Estudiants de Catalunya (FNEC)".
En cuanto a la labor social, hace un par de meses que no se sabe nada de Oriol Pujol en los dos comedores donde colaboraba transportando y pelando patatas, uno de ellos del ínclito sacerdote independentista Manel Pousa.
Interioridades del procés. En el E-notícies destacan la última aportación del actor y director de teatro Joan Lluís Bozzo en Twitter: "Que no ens enganyin. A Catalunya hi conviuen els catalans (que, siguin d'on siguin, estimen Catalunya) i els espanyols empadronats a Catalunya que volen eliminar la nostra llengua, cultura, símbols i llibertats, per entregar el país al Regne d'Espanya. Alerta màxima!".
Sí, sí, alerta ultra. Ojo con los españoles empadronaditos. También habla de los españoles Bernat Dedéu en El Nacional: "Si finalment i tal com sembla Ada Colau continua com a alcaldessa de Barcelona, la líder dels comuns, Miquel Iceta i Manuel Valls hauran regalat una extraordinària lliçó de realpolitik a l’independentisme. De fet, la cosa no va de realpolitik sinó de pura i nua política, un art que --als països desenvolupats que superen a tribus com la nostra-- significa la lluita aferrissada pel poder, més enllà de conviccions, la moral de saló i de qualsevol bonhomia. Els espanyols van dur Valls a Barcelona per impedir una victòria de l’independentisme i l’antic primer ministre francès (tot i uns resultats execrables) ha acomplert la seva missió com un diligent gendarme. Enteneu-ho d’una punyetera vegada, companys independentistes: són espanyols i sempre actuaran, pactaran i tramaran les aliances segons els seus interessos, disposats que continuem vivint en aquesta nostra còmoda moral d’esclau".
Domingo de Pentecostés.