Primeras planas

El mutis del emérito y el declive de la burguesía

Juan Carlos I se despide de la agenda oficial. Mensaje de Sánchez a los empresarios en Cataluña: se puede dar un discurso sin hablar del procés. Martín Prieto y Reyes

2 junio, 2019 11:15

Don Juan Carlos I se corta la coleta. Historia viva que baja el telón. Pretende que le dejen vivir en paz, ir a los toros de "paisano", que no le insulten más los peñafieles. Los cinco años de emérito no han sido precisamente un plácido y dorado retiro. Le persiguen los fantasmas de viejas y truculentas historias sobre pasiones desenfrenadas. La prensa despide al Rey con desagradecida frialdad. Un faldón en la portada El País, otro aún más pequeño en el ABC. El mismo trato en El Mundo y aún menos en La Razón. Nada en las portadas de la prensa catalana.

A rey jubilado, Rey puesto. Felipe VI presidió ayer el desfile del Día de las Fuerzas Armadas, cosa que sólo el ABC recoge en primera página. El Rey no pudo disimular su disgusto por el mal izado de la bandera. No tiene nada de campechano. Cambios en el Ejército. Una legionaria encabezó la marcha rápida del Tercio, en el que además se ha sustituido a la cabra por un pony. 

En el plano político, el historiador Jordi Canal es uno de los sustentos intelectuales con más fuste de la monarquía parlamentaria. Comparece este domingo en El País con su firma para poner en valor el reinado de Juan Carlos I y en La Vanguardia por medio de una entrevista de Iñaki Ellakuría para hablar del sucesor y Cataluña:

-"El rey Felipe se enfrenta a una etapa muy complicada, con la crisis territorial por el embate independentista...

-La monarquía española está conso­lidada, es dinástica, plenamente democrática, moderna, transparente y constitucional. Pero debe recuperar parte de la legitimidad popular perdida. Sabe que muchas cosas han cambiado, por ejemplo el trato de la prensa. Hay unas nuevas maneras de hacer política que exigen transparencia y, además, las generaciones más jóvenes ya no han vivido marcados por el relato épico de la transición...

-Sobre la construcción de un relato propio, usted destaca el discurso del Rey el 3 de octubre de 2017 frente a los planes rupturistas de Carles Puigdemont.

-El Rey ha tenido dos momentos muy delicados. El primero, en la manifestación en Barcelona tras los atentados terroristas del 17-A. Fue una encerrona y una previa de lo que vendría después con el otoño independentista. El discurso del 3-O fue impecablemente constitucional. En la Carta Magna, el Rey es el símbolo de la unidad de España y debe mantener un cierto orden institucional y el buen funcionamiento de las instituciones. Es evidente que lo que pasó en el Parlament en otoño de 2017 fue un mal funcionamiento de las instituciones.

-Soliviantó al independentismo...

-El independentismo mucho antes ya lo había convertido en el blanco de sus ataques. Fue un discurso muy oportuno porque en aquel momento el gobierno de Rajoy no sabía cómo resolver la situación. La estrategia de dejar que los temas se pudrieran nos estaba llevando al precipicio, después de su mala gestión del 1-O y de perder el relato. Fue un discurso impecable e incluso visto desde Catalunya, porque mandó un mensaje muy claro a los millones de catalanes no independentistas: no os dejaremos solos".

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, clausuró ayer las XXXV jornadas del Círculo de Economía. La prensa subraya que el mensaje sobre Cataluña fue no hablar de Cataluña por una vez. En El Nacional, José Antich escribe una especie de obituario sobre una cierta clase empresarial: "El declivi de l'empresariat tercerviista, als quals Sánchez no els va donar ni aigua, entre altres coses perquè segurament ni es va fixar en ells més enllà de les corresponents fotos de rigor, és el més clar exemple de la pèrdua de rumb d'un sector en clar declivi en poder i influència en la societat catalana i, òbviament, en l'espanyola. Encara atordits pel que ha passat a la Cambra de Comerç, on el nou equip d'Eines de País ha aconseguit fer-se amb el control absolut de la institució i desbancar els de sempre, continuen esperant, esperant i esperant que Madrid toqui alguna tecla que els doni una pista d'aterratge".

En el ABC, Salvador Sostres también escribe sobre el empresariado local y el entuerto de la alcaldía de Barcelona: "Si Fomento y las empresas y empresarios que lo integran se hubieran puesto serios desde el principio no habríamos llegado hasta aquí. El precio de reírle gracias a Artur Mas es que ahora Colau les parezca su candidata. La burguesía catalana tiene más miedo del «qué dirán» los independentistas y de sus boicots imaginarios, que de la realidad de la que ahora tan amargamente se quejan, siempre en tercera persona, como si no fuera con ellos. Es tal el desastre, que el entorno de Ernest Maragall bromea con que si la burguesía catalana está intentando ayudar a Colau, lo mejor es dejarles, porque la acabarán hundiendo con mucha más celeridad que cualquier contraataque".

Para entender mejor los problemas entre republicanos y comunes a la hora de arbitrar un pacto en Barcelona Joan Serra Carné y Sara González recuerdan en Nació Digital las últimas novedades en el mercado de fichajes políticos: "Si pretenen arribar a una entesa, republicans i comuns hauran de polir discrepàncies que s'han enquistat. Són diferències que venen de lluny i que s'han eixamplat en les últimes setmanes, coincidint amb la contesa electoral de Barcelona. N'hi ha que se cenyeixen a la relació a l'Ajuntament de Barcelona i d'altres que tenen a veure amb el contacte erosionat entre espais polítics. La gota que va fer vessar el vas va ser la incorporació d'Elisenda Alamany com a número dos de la llista de Barcelona després que el líder d'EUiA, Joan Josep Nuet, s'incorporés de número de quatre d'ERC a les eleccions espanyoles".

Ha fallecido José Luis Martín Prieto. En La Razón, último refugio del periodista, escribe su obituario Pedro Narváez: "Más que una necrológica merece una novela o una serie de televisión. El capítulo del falso secuestro de ETA, y otras tantas espantadas, es un «trending topic» retroactivo. Estas páginas de La Razón quedan como un tendedero cuando se han recogido las sábanas, un viento que pasa entre la niebla del verano adelantado. Aquí yació después de recorrer desde «Pueblo» a «El País» o «Diario 16». Él, que estuvo en la cúspide y en las cañerías, no profesaba ya el ejercicio de onanismo grupal de las camarillas. Si hay alguien ahí, que busque en las hemerotecas ese pulso literario que ningún profesor de la facultad acierta a explicar. Poseía la cultura de las tortugas y la inteligencia de un águila. La persona miraba como escribía, con ese aliento sardónico del que podría tomarte el pelo sin que ninguna sentencia pudiera probarlo".

Otra noticia triste. El futbolista José Antonio Reyes ha muerto en un accidente de tráfico cuando regresaba de un entrenamiento. Jugó en el Sevilla, Arsenal, Real Madrid, Atlético de Madrid y Espanyol entre otros clubes, así como en la selección española. Grandísimo extremo, un jugador de fútbol con un toque singular.