¿Quién es quién en el nuevo catalanismo?
La crispación vivida en el Parlament avala esta tercera vía conciliadora. ¿Llegan a tiempo para las elecciones? Los expertos discrepan, pero coinciden en la necesidad de caras nuevas
29 septiembre, 2019 00:00La enorme bronca vivida esta semana en el Parlament avala esa tercera vía que varios partidos y plataformas catalanistas intentan unificar para una propuesta electoral. ¿Están a tiempo de presentarse a las elecciones generales y catalanas? Los expertos consultados por Crónica Global discrepan, aunque la irrupción de Iñigo Errejón demuestra hasta qué punto una nueva formación puede desestabilizar a formaciones ya consolidadas.
Coinciden, no obstante, en la necesidad de encontrar financiación --parece que estos grupos han llamado a la puerta de una importante patronal catalana que ha dejado muy claro que huye de la politización-- y de encontrar un líder. Y ahí es decisiva la postura de Artur Mas. Pero también la de Units per Avançar, el partido de Ramon Espadaler, actualmente coligado con el PSC. En este sentido, ¿están condenadas estas formaciones a convertirse en una plataforma de apoyo de los socialistas catalanes?
"El espacio electoral existe"
“Existe un espacio electoral para ese nuevo catalanismo. Votantes de PSC, incluso de ERC, aunque a regañadientes. También de Ciudadanos, que un día quiso dirigirse a ese electorado”, explica Joan Marcet, profesor titular de Derecho Constitucional en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y miembro del Consejo Académico del CEVIPOF-SciencesPo-Paris. No obstante, distingue entre Lliga Democràtica, el partido liderado por Josep Ramon Bosch y Astrid Barrio, y la plataforma impulsada por exdirigentes de PDeCAT como Marta Pascal, Carles Campuzano y Jordi Xuclà que, "hoy por hoy, es un mejunje".
“Bosch y Barrio llevan tiempo preparando su formación, creo que pueden llegar a tiempo a las elecciones, sobre todo a las catalanas si se celebran en primavera. Mire el ejemplo de Errejón, que acaba de llegar y ha convulsionado la política española”, afirma el académico.
La Lliga, cuya puesta de largo tuvo lugar la semana pasada durante un almuerzo, tiene muy claro su desmarque de la unilateralidad que, en los últimos años, ha defendido la nueva Convergència. “No somos soberanistas”, afirman. No rechazan la celebración de un referéndum, siempre que sea pactado y legal, aunque no serán proactivos en impulsarlo y, en última instancia, votarían “no” a cualquier tipo de separación de España.
Esta postura ha provocado que otros dos políticos que habían participado en la génesis de Lliga hayan roto con Bosch, expresidente de Sociedad Civil Catalana, y la doctora en Ciencia Política Astrid Barrio. Se trata de Manuel Valls y Eva Parera, concejales en el Ayuntamiento de Barcelona por Barcelona pel Canvi. Parera justificó su plante en que es necesario dejar muy claras desde el principio las líneas rojas del nuevo catalanismo y “apoyar un referéndum no lo es”. Y se muestra reacia a la participación de exmiembros de Convergència que identifica con el nacionalismo.
“¿Si es el nuevo catalanismo un proyecto viable? De momento tiene que pasar de conglomerado a proyecto. Pero, sobre todo, no puede dar una imagen de pasado”, explica Gabriel Colomé, doctor en Ciencia Política por la UAB. En efecto, en esa miscelánea catalanista destaca la presencia de Lliures, el partido creado por el exdirigente de CDC y exconsejero de la Generalitat Antoni Fernández Teixidó, y en el que participa el expolítico de UDC Roger Montañola.
Es el principal aliado de Lliga, aunque esa aproximación ha provocado duras críticas internas, dado que un grupo de militantes, que se muestran fieles al pacto que en su día se suscribió con Valls y Parera, le han desautorizado. Estos críticos acaban de firmar un manifiesto por el que se constituyen como corriente y que, de momento, firman 114 militantes y simpatizantes.
Otra cara conocida, léase, “imagen del pasado”, es Germà Gordó, exconsejero de Justicia y fundador de Convergents. Sin embargo, los problemas judiciales de Gordó, supuestamente implicado en el caso 3% --relativo al cobro de comisiones por parte de CDC y pillado recientemente en una grabación—, han obligado a este político a mantener un papel discreto en esos preparativos catalanistas, tanto en lo que respecta al almuerzo de Lliga como a la reunión de Poblet.
“Para que exista la demanda electoral, es necesario que el proyecto se convierta en oferta”, añade Colomé. Lliga, Lliures y Convergents son partidos, no así El País de Demà, la plataforma creada por exdirigentes y exdiputados de PDeCAT, enfrentados a la unilateralidad de Carles Puigdemont, como Pascal, Campuzano y Xuclà. Lograron reunir en Poblet (Tarragona) a más de un centenar de personas procedentes de diferentes ámbitos ideológicos.
En los preparativos de este movimiento han participado exconsejeros de la Generalitat como Santi Vila --quien no esconde su deseo de volver a la primera línea política--, juzgado en el Tribunal Supremo por la celebración del referéndum del 1-O; Jordi Jané y Jordi Baiget, quienes abandonaron el Govern antes de que Puigdemont se lanzara a la ruptura. Y también Lluis Recoder, que dejó la política antes de que comenzara el procés y que, al igual que Vila, es visto como uno de los posibles líderes de ese nuevo catalanismo.
"Hasta que no digan que se equivocaron, no tiene recorrido"
“Mientras los antiguos dirigentes de CDC no digan claramente que se equivocaron, mientras no den el paso, no tienen recorrido”, afirma Joan Marcet, quien ve sobre esta plataforma “la alargada sombra de Artur Mas”. Para algunos sectores de PDeCAT, el regreso del expresidente --cuya inhabilitación judicial por la consulta del 9N acaba a finales de febrero-- es la gran oportunidad de soltar lastre de Puigdemont y reformular de nuevo el espacio posconvergente. Mas se postula, pero teme una escisión, mientras que el actual líder de PDeCAT, David Bonvehí, quiere mantener el mando y no diluirse en Junts per Catalunya, como ayer se visualizó en la reunión de las asambleas comarcales del partido.
¿Qué papel juega en todo esto Units per Avançar, el partido liderado por Espadaler? Marcet lo tiene claro: “Sin Units, el nuevo catalanismo no tiene recorrido”. Actualmente, este partido surgido tras la desaparición de UDC está coligado con PSC, lo que le ha permitido tener representación parlamentaria e institucional. Albert Batlle, uno de sus dirigentes, es teniente de alcalde de seguridad en el Ayuntamiento de Barcelona. Batlle participó en los preparativos de la reunión de Poblet, mientras que al almuerzo organizado por Lliga asistieron miembros de Units a título particular.
Tal como publicó este medio, Espadaler rechaza rotundamente cualquier tipo de referéndum, y apuesta por un pacto de Estado que defina bien la financiación y las competencias catalanas.
Units mantiene puentes con todos los miembros de esta constelación del nuevo catalanismo --que cifra entre 300.000 y 400.000 los votos a ganar--, pero a corto plazo no se plantea ir a más. Marcet no descarta que todo este conglomerado acabe confluyendo en una plataforma de apoyo al PSC, aunque se trate de un partido de izquierda que puede provocar rechazo entre los liberales del nuevo catalanismo. "Podría ser, porque ya existen contactos", dice Marcet.
“Hay una bolsa electoral importante que no tiene opción política”, explica Gabriel Colomé, pero a diferencia de lo que opina Marcet, cree que “presentarse ahora es prematuro porque no se han creado las condiciones objetivas".