Rajoy, al basurero de la historia

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Política

Pedro Sánchez, un hombre al que sonríe la suerte

En 2014 profetizó que podría ser el primer presidente que “ha sufrido el paro”; después llegarían su dimisión como secretario general del PSOE y su regreso

2 junio, 2018 00:00

El camino de Pedro Sánchez hasta la Moncloa ha sido más bien tortuoso, si bien siempre ha estado en el sitio adecuado en el momento adecuado. Aunque alguien que nace un 29 de febrero no puede pretender disfrutar de una vida corriente. Los nacidos en ese día (hay 30.000 en España y cinco millones en el mundo) pueden sentirse afortunados, especiales, hecho ligado a la idea de ser más jóvenes (celebran el cumpleaños real cada cuatro años), y no extraña que estas personas se muestren seguras de sí mismas y líderes.

Pedro Sánchez Pérez-Castejón (Madrid, 1972) creció en el madrileño barrio de Tetuán. Y ya profetizó en 2014, cuando fue elegido secretario general del PSOE por primera vez, que “podría ser el primer presidente del Gobierno que ha sufrido el paro”. Incluso cobró en negro en su primer empleo (1995), en una asesoría fiscal a la que llegó tras licenciarse en Ciencias Económicas y Empresariales, hacer la mili y apuntarse a las listas de desempleo.

Meses en Estados Unidos

Hijo de Pedro, militante socialista y gerente del Instituto Nacional de Artes Escénicas y Música durante el gobierno de Felipe González, y de Magdalena, funcionaria de la Seguridad Social y admiradora del primer presidente socialista, se empapó bien de política en su casa. Hasta el punto que, en 1993, cuando dejó Estudiantes —el baloncesto es su pasión—, y en las horas bajas del felipismo, se afilió a la agrupación socialista del barrio.

pedro sanchez estudiantes

pedro sanchez estudiantes

Pedro Sánchez, en su etapa de jugador de Estudiantes

La falta de oportunidades tras hacerse “especialista en enviar currículums” le llevó a emigrar a Estados Unidos para trabajar unos meses como chico de los recados en una financiera. A su regreso a España, decidió por consejo de un amigo marcharse a Bélgica a cursar un máster en Economía y Política. Era 1997. Ello le abrió la mente y le permitió aprender idiomas; tiene nivel fluido de inglés y se maneja en francés.

Aventura europea y más paro

Su periplo le llevó a trabajar en el Parlamento Europeo como asesor de la eurodiputada socialista Bárbara Duhrkop y como jefe de gabinete del alto representante de la ONU en Bosnia, el exministro de Exteriores Carlos Westendorp. Fueron pocos años, en los que se cargó de experiencias antes de regresar a España (2000), donde, una vez más, se alistó en el paro antes de trabajar en la OCU, mientras los contactos hechos le acercaban a Ferraz.

En ese momento, en 2000, se puso en marcha la montaña rusa de Sánchez. Comenzó como asesor de economía de la ejecutiva federal del PSOE (2000-04), con José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general. Al tiempo, se estrenó como concejal en el Ayuntamiento de Madrid, donde mantuvo el acta hasta 2009. Ello lo compatibilizó con la actividad de profesor asociado de la Universidad Camilo José Cela; se doctoró en 2012.

Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero en la época en que tenían buenas relaciones / EFE

Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero en la época en que tenían buenas relaciones / EFE

Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero en la época en que tenían buenas relaciones / EFE

En septiembre de 2009, con Zapatero en la Moncloa, volvió a estar en el lugar adecuado en el momento adecuado y dio un pasito más: pasó a ocupar el escaño que dejó vacante el exministro de Economía Pedro Solbes. Una aventura en la que se ganó la confianza de personas como Alfredo Pérez Rubalcaba, que lo integró en su equipo en la campaña electoral de 2011. Pero no revalidó el escaño y optó por dar clases y trabajar como autónomo en una consultora. El camino político se alejaba para él.

Fue por poco tiempo. El destino le hizo otro guiño y regresó al Congreso en enero de 2013 para sustituir a Cristina Narbona. A finales de ese año, Rubalcaba le encomendó recorrer España para informar de las conclusiones de la conferencia política del PSOE, y en esa gira recibió los ánimos para que se presentase a las primarias (2014). Derrotó en ellas a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. Era el elegido del PSOE para optar a presidente del Gobierno.

Lágrimas

La vida le sonreía. Pero perdió dos elecciones generales (el 20D de 2015 obtuvo 90 diputados, y el 26J de 2016, 85) y su primera vida como líder del PSOE acabó convulsamente en octubre de 2016 con su dimisión, entre lágrimas, como secretario general, presionado por el aparato de su propio partido, y, después, como diputado —para evitar que su voto sirviera para investir a Mariano Rajoy—. Regresó al paro, previo paso a su nuevo asalto a la dirección del partido —se impuso a Susana Díaz y Patxi López en las primarias—. La moción de censura culmina su viaje.

pedro sanchez lagrimas

pedro sanchez lagrimas

Pedro Sánchez, con los ojos llorosos tras anunciar su dimisión como secretario general del PSOE / EFE

En otros términos, en cuatro años ha pasado de ser un simple diputado raso sin apoyos en el PSOE a convertirse en el séptimo presidente de la democracia, el primero que lo hace tras ganar una moción de censura y el primero que alcanza la cima sin ser diputado. La suerte se ha aliado con él hasta para echar a Rajoy, logrando contra pronóstico los votos necesarios para ello.

La familia

En el plano personal, Sánchez está casado desde 2006 con Begoña Gómez, directiva de una empresa que capta fondos para oenegés y con la que tiene dos hijas, Ainhoa, de 10 años, y Carlota, de 8 años. Su familia es su gran apoyo para compensar el desgaste que le supone la política. Otro de sus pilares es David, su hermano, director de orquesta.