Eloi Badia, concejal de Emergencia Climática de Barcelona / EP

Eloi Badia, concejal de Emergencia Climática de Barcelona / EP

Política

Eloi Badia, mano derecha de Colau, se va tras ocho años sin diálogo ni gestión

El concejal menos flexible del gobierno de Barcelona se marcha imputado en una causa, querellado en otra y con "mucho ruido y escasos resultados", según sus interlocutores

19 enero, 2023 00:00

Se va el concejal de Barcelona que "más ruido ha hecho y menos resultados ha dado". Es la opinión de una de las personas que ha interlocutado con Eloi Badia, el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica del ayuntamiento, que anunció ayer su marcha tras las elecciones municipales de mayo. El edil, uno de los del entorno más cercano de la alcaldesa Ada Colau, dejará la política imputado en una causa, querellado en otra y con una ristra de polémicas en el zurrón. 

En efecto, Badia abandonará la vida pública al no concurrir en las listas de Barcelona en Comú (BComú), pero lo hará con cuentas pendientes. La más importante es la causa que le investiga por presunta prevaricación y malversación por haber cedido un edificio municipal a unos okupas en Gracia, distrito que preside. El electo está imputado en esta causa, que se sigue en el juzgado de Instrucción número 2 de Barcelona, pero también está denunciado por la Fiscalía por la contaminación de Tersa, la incineradora del Ayuntamiento de Barcelona y el Área Metropolitana (AMB), que pende de su área. 

"Incapaz de dialogar"

Esas dos causas discurrirán paralelas a la salida de la política de Badia. Pero lo que cerrará su trayectoria de ocho años en la gestión pública es, recuerda un interlocutor, "su incapacidad absoluta para el diálogo". Lo razona la misma fuente con varios ejemplos de carteras que quedaron bajo el área del concejal. "Fue el responsable del despliegue de la flamante recogida puerta a puerta de basura y consiguió solo implantarla en Sarrià. Lo intentó en Sant Andreu, pero tuvo que pararlo por la oposición vecinal". 

Imagen de la concentración contra la recogida de basuras puerta a puerta en Sant Andreu / CG

Imagen de la concentración contra la recogida de basuras puerta a puerta en Sant Andreu / CG

El descalabro de la recolección de basura sin contenedores frenó también la entrada del sistema en Horta y Sant Antoni. Ha quedado estancada en la parte alta de Barcelona y en Sant Andreu, sin llegar a otros barrios porque el coste político para los comunes era demasiado elevado. 

La batalla del agua

La batalla del puerta a puerta fue la última gran controversia de Badia. Antes, el concejal capitaneó el intento de revertir la gestión mixta del agua desde el Área Metropolitana. Recurrió la constitución de Aguas de Barcelona que había aprobado el gobierno anterior de Xavier Trias (CiU) en 2012. En segunda instancia, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña le dio la razón, pero el caso fue al Tribunal Supremo, que validó la fórmula de colaboración público-privada en 2019. La derrota en el alto tribunal tuvo un sabor amargo para el electo, que había hecho de la gestión del agua una de sus banderas. 

En el mismo ayuntamiento, el también ingeniero bregó para impulsar una multiconsulta para decidir sobre el mismo aspecto. La oposición municipal la tumbó, corroborando que el asunto no se encontraba entre las primeras preocupaciones de los representantes públicos. 

Una funeraria fallida

Otro de los caballos de batalla del activista tornado dirigente político fueron los servicios funerarios. El equipo de Badia trató de impulsar una funeraria municipal utilizando a Cementiris de Barcelona como empresa-embrión. La oposición municipal la descartó en hasta cuatro ocasiones. 

El Tanatorio de Sancho de Ávila de Barcelona, operado por Serveis Funeraris de Barcelona (Sfb) / Asunfcat-José Irun

El Tanatorio de Sancho de Ávila de Barcelona, operado por Serveis Funeraris de Barcelona (Sfb) / Asunfcat-José Irun

Ello lo impulsó el edil habiendo desertado de acudir a los consejos de Serveis Funeraris de Barcelona (Sfb), donde el ayuntamiento tenía el 15% hasta este mismo mandato. El gobierno municipal, con Badia como gran adversario de la empresa privada en general, se deshizo de aquella participación. Como consecuencia, la Administración local quedó sin influencia alguna en un mercado en el que criticaba, por ejemplo, los precios. 

Hundimiento de centenares de nichos

El concejal no tuvo suerte en los servicios funerarios. Mientras planeaba crear un proveedor propio, la empresa municipal de cementerios, Cbsa, encajó un catastrófico episodio en 2017: se hundió un bloque de nichos en el Cementerio de Monjuïc, mezclando cascotes, trozos de ataúd y restos humanos de centenares de personas enterradas. El episodio terminó en querella criminal, toda vez que Cementiris de Barcelona SA autorizó a la mezcla de lo derrumbado con una retroexcavadora y después tuvo que encargar costosas pruebas de ADN. 

Finalmente, el triste episodio terminó con indemnizaciones a los familiares, que denunciaron mala gestión, y con la admisión de que la empresa pública había descuidado el mantenimiento de los nueve camposantos publicos durante años. Lo denunció la Síndica de Barcelona. Eloi Badia era presidente de Cbsa, cargo que retiene hasta ahora. 

Se apunta a oposiciones y se borra por las críticas

Más recientemente, el que también ha sido uno de los cerebros de los comunes en Barcelona recaló en apuros al presentarse a unas oposiciones que organizaba el mismo ayuntamiento en el que él ejerce de concejal. No fue el único, por cuanto también se presentaron su jefe de gabinete, Enrique Gornés; Vanesa Valiño, técnica de los comunes y pareja de Gerardo Pisarello; Marc Rius, jefe de gabinete de Janet Sanz --también de BComú--, Roger Clot, asesor de la misma concejal, o Carles Spa, asesor de la alcaldesa Colau. 

Vanesa Valiño, jefa de gabinete de la Concejalía de Vivienda del Ayuntamiento / Cedida

Vanesa Valiño, jefa de gabinete de la Concejalía de Vivienda del Ayuntamiento / Cedida

Finalmente y ante la polémica creada, los altos mandos de los comunes renunciaron a las plazas. Desde la oposición se afeó que fueran "juez y parte" en procedimiento, algo que los afectados negaron al asegurar que la convocatoria era limpia. 

Lanza una eléctrica pública que el mercado rechaza

También en la cartera del ingeniero figura la creación de BCN Energia, la empresa pública de comercialización de energía eléctrica que, teóricamente, "ha desconectado a Barcelona" de las grandes compañías. No ha sido así, y el ayuntamiento ha continuado comprando energía a los grupos cotizados porque BCN Energia apenas tiene infraestructura para abastecer a la Administración local. 

Asimismo, el mercado privado también ha dado la espalda al proyecto, uno de los considerados estrella del área del concejal. La empresa tiene solo un 3% de clientes privados, por lo que depende de lo público. El primer año quería captar a 20.000 clientes y llegó a menos de 3.000. Por ello, la firma continúa siendo inviable sin el apoyo de las administraciones por el coste del precio del gas y, además, nació del grupo de valorización Tersa, el que los comunes prometieron cerrar --por su división de incineración-- antes de llegar a la alcaldía, promesa que jamás han cumplido. 

Abucheado en Gracia (y otras polémicas en el distrito)

Además de sus responsabilidades en las áreas generales, Eloi Badia ha regido el distrito de Gracia durante casi dos mandatos. Y tampoco le ha ido bien, como atestigua el hecho de que le abuchearan durante el pregón de las últimas fiestas. Antes, el electo protagonizó otras polémicas, como la endiablada operación de la calle Encarnació, en la que detuvo una promoción inmobiliaria privada a un altísimo coste para el erario público; la propia gestión con los okupas de la antigua comisaría de Lesseps, que han terminado con su imputación judicial; o las interminables obras del Mercado de la Abaceria. 

Lo que subyace, insisten las fuentes consultadas, es la "más que mejorable capacidad" del político para dialogar, negociar y llegar a acuerdos satisfactorios para todas las partes, que ha barnizado una carrera política a la que él mismo pone fin por motivos, asegura, personales.