Pilar Rahola, en un acto de la Comunidad Israelita de Barcelona (CIB)

Pilar Rahola, en un acto de la Comunidad Israelita de Barcelona (CIB) CG

Política

Mitin 'orriolista' de Pilar Rahola en la sinagoga israelí de Barcelona

La antaño gurú del independentismo, más faltona incluso de lo habitual, acusó a la izquierda de imponer el "pensamiento único antisemita" y a Junts de "no decir lo que piensa" respecto al conflicto en Gaza, que cambia de escenario tras el tratado de paz impulsado por Donald Trump

Contenido relacionadoPilar Rahola entra en el inmobiliario antes de vender su mansión de Cadaqués

Publicada
Actualizada

La charla ya estaba organizada antes del tratado de paz que Hamás y el Gobierno de Benjamin Netanyahu han suscrito a instancias de Donald Trump. Y el nombre de la misma ya invitaba a la comunidad judía al "optimismo" tras más de dos años de señalamiento y "odio" que lamentaban ayer en la sinagoga israelí de Barcelona. La invitada era uno de sus actuales altavoces mediáticos.

Tras dar por concluidos sus servicios al independentismo el pasado verano, prestando su mansión de Cadaqués a un grupúsculo de iluminados para diseñar la segunda fuga de Carles Puigdemont, Pilar Rahola tiene hoy una nueva causa. Una nueva excusa para gritar en televisión, y que detalló en castellano ante una comunidad judía que esperaba cualquier cosa menos un mitin de Aliança Catalana. Las faltas de respeto constantes a la izquierda, al menos, divirtieron a la sala. 

"No es un genocidio"

El enchufado Joan María Piqué la acompañaba en el escenario. Y con aires de catedrática explicaba el conflicto en Oriente Medio con la máxima de que "Israel debe salir bien" para que la región prospere, llorando el "dolor" en Gaza pero no mucho. "No es un genocidio", aseguraba, "son los intolerantes que nos imponen un pensamiento único antisemita para tapar sus vergüenzas". Pedro Sánchez y su plan para boicotear una Eurovisión que "España nunca gana" no fue su único ejemplo.

Salvo Trump, un "macho Alfa" según la tertuliana sionista, tuvo adjetivos despectivos para todos. Desde Qatar, "la Suiza del terror que se dedica a financiar al terrorismo yihadista", hasta Emmanuel Macron, que le vino de perlas para ensalzar a una Giorgia Meloni que, desde que coquetea con la extrema derecha, se ha convertido en su referente europeo "contra la inmigración".

Orriolismo en estado puro

Najat Driouech, la diputada musulmana de ERC por la que Sílvia Orriols también tiene fijación, fue descrita como "la que se pone el yihab para conseguir votos". Salvador Illa como alguien que "no ha trabajado en su vida". Y Pilar Castillejo, líder parlamentaria de la CUP deportada recientemente por Israel, fue "la tonta esta que se fue de excursión con la Flotilla". "Estoy en casa", dijo, excusándose.

Reproche a Junts

También envió un mensaje a sus antiguos amigos de Junts, acusando al partido de "no atreverse a decir públicamente lo que en privado piensan sobre el conflicto". La ultraderecha independentista también llama cobardes a los posconvergentes. Y también le molesta la inmigración magrebí "que nos mató en las Ramblas" y "reza a un Corán judeófobo".

De risas

Ni un reproche dedicó a un Netanyahu a quien "sólo le ha faltado comunicar mejor"; y todo risas frente a caras de dolor. "Ha venido contenta de su tour –de varios meses– por Latinoamérica", le dijo el presentador, un tal Raimon. Allí ha estado combatiendo el antisemitismo, y hay quien apunta que quizá quiera seguir haciéndolo en el Parlament –o en el Ayuntamiento de Barcelona– de la mano del partido catalán de moda.