Salvador Illa en China o la otra forma de entender el 'peix al cove'

Misión cumplida. Salvador Illa ha aterrizado en el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona - El Prat a las 7:35 horas de este sábado, 2 de agosto, tras completar la misión institucional y comercial que le ha llevado a buscar en China las certezas que ha dejado de ofrecer la gran potencia mundial, Estados Unidos, en plena cruzada comercial con el resto del planeta.

Salvador Illa, durante su visita a la sede central de Chery, en Wuhu, este miércoles Arnau Carbonell Govern

Las peripecias del president en el gigante asiático –que han incluido cuatro ciudades, un inesperado tifón y más de 60 kilómetros recorridos a golpe de zapatilla– se han producido en un contexto que, lejos de restarle importancia, se ha encargado de evidenciar en cada intervención. El país norteamericano ha dejado de ser fiable y las empresas catalanas harían bien en abrirse camino en las economías orientales.

Se diría que Salvador Illa ha regresado a Barcelona pudiendo exclamar el "peix al cove" que popularizaron los convergentes en Madrid, pero con resultados económicos y comerciales.

La lección de la guerra comercial

Donald Trump ha anunciado estos días la imposición de nuevos aranceles a una setentena de socios comerciales, con un mínimo global del 10% y gravámenes que alcanzan hasta el 41% en algunos casos y países, como Canadá. Ello, tras reducir a la mitad el 30% con el que amenazaba inicialmente a las exportaciones de la Unión Europea.

Para Illa, "la gran lección" que deja la pugna impositiva es "la diversificación, trabajar para mantener las cuotas en el mercado americano al tiempo que se abren otros nuevos", como el asiático. Un discurso recibido con todos los honores por el Partido Comunista de China y las patronales del país, que encuentran en España a su mejor socio europeo. Son siete los acuerdos con los que el president ha vuelto bajo el brazo, y con la puerta abierta a seguir intensificando relaciones.

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Reapertura del puente

El ejemplo más claro de la reapertura del puente entre China y Cataluña –cuyo último dirigente en hacer una gira oficial fue Pasqual Maragall, para conseguir rutas aéreas directas en 2004– es la autorización del Ministerio de Asuntos Exteriores para abrir una delegación del Govern en Pekín. La anunció el primer día, tras verse con el líder del partido en la capital, Yin Li, quien le expresó la “buena predisposición” del partido, máxima autoridad del país.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, con el secretario del Comité Provincial del Partido Comunista de China de Anhui, Liang Yanshun, este martes Arnau Carbonell Govern

Se inaugurará a lo largo del segundo semestre del año y servirá para dar un espaldarazo institucional a las tres oficinas que la agencia del Departamento de Empresa y Trabajo ACCIÓ tiene en Pekín, Shanghái y Hong Kong, que ayudan a las empresas catalanas a penetrar en este complicado mercado al tiempo que capta inversiones de empresas chinas interesadas en Cataluña. 

“Asia, y China en particular, juegan un papel muy relevante en un momento de cambios muy rápidos en el escenario internacional”, se encargó de dejar claro el president durante el anuncio, constatando "los lazos que unen a Cataluña y China como socios estratégicos ante el contexto actual".

Frutos comerciales

La gira de Illa ha servido, asimismo, para atar una nueva inversión en la que el equipo del conseller Miquel Sàmper empezó a trabajar en su viaje del pasado marzo, pero que la cultura del gigante asiático, en el que prácticamente todo acuerdo debe cerrarse al máximo nivel, hacía imperativa la presencia del presidente catalán.

Salvador Illa, reunido con el representante del Buró Político del Comitè Central del Partido Comunista de China Arnau Carbonell Govern

El gran anuncio comercial del viaje debió esperar al pasado miércoles, cuando trascendió una nueva inversión de Chery en Cataluña. El gigante automovilístico chino, que vendió 2,6 millones de unidades el año pasado, sigue apostando por el tejido empresarial de Barcelona para, una vez que ya produce automóviles en alianza con la catalana EV Motors, abrir un centro de adaptación de sus propios productos a los consumidores europeos.

Se levantará en Cornellà de Llobregat, en un espacio de 2.000 metros cuadrados, a falta de concretar el volumen de inversión y el resto de detalles del proyecto de la compañía que preside Yin Tongue, que podría establecer próximamente su sede europea en la capital catalana. El president le ha dejado la propuesta sobre la mesa porque “tendría sentido” por la actividad que ya ha puesto en marcha y que planea en la urbe.

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Impulso de Shanghái

La apuesta del fabricante de marcas como Omoda o Jaecoo por Cataluña es clara. Si bien aterrizó en la Zona Franca el año pasado para paliar el despido masivo por la marcha de Nissan, ahora pretende atracar en el Port de Barcelona como uno de los impulsores del segundo green corridor del planeta, por detrás del que une Rotterdam con Singapur y que aún está en pruebas.

La automovilística forma parte de las conversaciones que han servido para que la infraestructura que dirige José Alberto Carbonell y la de Shanghái –principal puerto de contenedores del mundo– se alíen para investigar la creación de una ruta comercial transitada por buques propulsados por metanol. China quiere establecer una cadena de transporte completamente neutra en emisiones, desde que la mercancía abandona los almacenes hasta que es entregada en destino.

Salvador Illa, en la cena organizada por l'Agència Catalana de Turisme en China Govern

El puerto de la Ciudad condal se aprovechará de ello; también de la tecnología de última generación que permite a Shanghái International Port Group automatizar cada uno de los procesos logísticos que tienen lugar en sus instalaciones, así como monitorizar al dedillo los más de 51 millones de contenedores que transporta al año.

El empresariado chino se deja tentar

Todos estos esfuerzos formarán parte de la redacción del Plan Asia, que el Govern presentará antes de acabar el año con acciones para mantener una relación fluida con el empresariado japonés, coreano (a los que visitó en abril) y también chino. Este se dejó tentar el penúltimo día del viaje en la conferencia celebrada en la capital económica del país.

El vicepresidente de la China Council for the Promotion of International Trade Shanghái, Gu Chunting, reconoció ante un centenar de directivos de tecnológicas, constructoras y aerolíneas, entre otras, la “privilegiada localización de Cataluña" para los planes de expansión de las firmas asiáticas.

Illa ofrece Cataluña al empresariado de Shanghái como "puerta de entrada a Europa y puente a África y Sudamérica"

El propio presidente, asimismo, ofreció el aeropuerto de El Prat como “puerta de entrada” al resto de Europa, así como “puente” hacia los países del norte de África y América del Sur, región para la que es necesario hacer escala y por lo que está en conversaciones con las aerolíneas para que conviertan la capital catalana en base de escala.

Por el momento, Barcelona sigue ampliando la oferta de plazas de vuelos directos a Pekín, Shenzhen, Hong Kong y Shanghái, tras sumarse China Eastern Airlines a la última ruta citada a partir del 26 de septiembre, fecha anunciada –y celebrada– por Illa. El resto de acuerdos alcanzados contemplan la vuelta de la docencia universitaria del catalán en Pekín, el intercambio de jóvenes deportistas con la Fundación Samaranch, la alianza entre el sincrotrón ALBA de Cerdanyola del Vallès y el HEPTS de Pekín y el futuro hermanamiento con la provincia de Anhui, en la que operan Chery y la catalana Seat.