Joan Martín, líder de la oposición en Salt: "El alcalde Viñas está obligado a hablar con el PSC tras romper con la CUP"

La gobernabilidad en Salt se tambalea. La independencia radical organizada bajo el grupo IPS-CUP ha dejado a este complejo municipio al oeste de Girona sin mayoría de gobierno: un comunicado emitido hace dos semanas rompía el acuerdo firmado con ERC y Junts, los otros dos partidos que marcaron el procés y que hoy gobiernan este ayuntamiento.

Joan Martín lo vive desde la oposición. Su candidatura fue la segunda más votada en las elecciones municipales de 2023 con una diferencia mínima, y el alcalde Jordi Viñas firmó un pacto --hoy, papel mojado-- que dejó al PSC fuera del gobierno de una de las ciudades españolas con mayores retos. Véase la okupación de pisos adquiridos por el ayuntamiento, los altercados policiales a raíz de un desalojo reciente, la ausencia de oferta de vivienda y el alto porcentaje de inmigrantes, un 38% del total.

El concejal socialista desde 2015, ingeniero informático y profesor, repasa todas estas cuestiones en conversación con este medio, tras unas jornadas de govern obert en Figueres en las que ha participado en calidad de Director de Servicios Territoriales de Economía y Finanzas de la Generalitat de Salvador Illa en la provincia de Girona. 

¿Cómo lo están haciendo Esquerra Republicana y Junts?

Sumaría a la CUP a la pregunta. Su pacto de gobierno fue precisamente para evitar que los socialistas entráramos en el gobierno. Yo ya lo valoré así y el comunicado de la CUP nos acaba de dar la razón. Hacen más de lo mismo. Los debates municipales siguen siendo los mismos que hace unos años. Esto denota una clara falta de liderazgo del gobierno de ERC y especialmente del alcalde, y una indiferencia absoluta frente a los problemas del municipio.

¿Por ejemplo?

Aún hoy hablamos de inversiones pactadas hace años. La pista polideportiva la acordamos en febrero de 2020 y en 2025 dicen que no se puede hacer por falta de dinero. El párquing de las Guixeres se incluyó en el pacto de investidura del alcalde Viñas en 2015, pero lo dejó fuera del plan de gobierno. Esto demuestra falta de liderazgo y ausencia de soluciones.

Y hay problemas que se enquistan: inseguridad, incivismo, suciedad... Tenemos un gobierno sectorizado, con barrios olvidados y otros muy bien cuidados.

La ruptura entre independentistas es lo último que le faltaba a la ciudad, ¿no?

Es la crónica de una muerte anunciada. Era inconcebible el papel que estaba teniendo la CUP, apoyando al gobierno en propuestas contrarias a su propia ideología. Votar por un crecimiento poblacional o por una reducción de participación en el pleno cuando ellos se han erigido como grandes garantes de estas cosas...

Les hemos puesto el espejo delante. No sé si el provecho que sacaban de este acuerdo era suficiente como para contradecir sus valores constantemente. Pero vaya, todo se basa en un acuerdo que fue pensado para evitar que el Partido Socialista entrara en el gobierno.

¿Qué impacto tendrá?

Evidentemente afectará, pero me gustaría que fuera para bien. Espero que esta ruptura sirva para que el gobierno de ERC empiece a negociar con el PSC, ya que no se nos han dirigido para nada. Tenemos proyectos muy importantes para llevar a cabo y el gobierno municipal no debería dejar de lado al primer partido de la oposición en ningún tipo de negociación.

Por ejemplo, dejar la aprobación de la recalificación urbanística para el nuevo Trueta en manos de un partido que aboga por el decrecimiento e ir en contra del sistema democrático actual no es la mejor opción.

El alcalde de Salt, Jordi Viñas (ERC), atiende a los medios de comunicación en marzo de 2025 tras el desahucio del imán previo a los altercados nocturnos Glòria Sánchez / Europa Press

¿Nunca les han llamado?

No. Ni para negociar los presupuestos, de los que nos enteramos una semana antes. Y por eso hemos votado en contra de los presupuestos y de las ordenanzas fiscales porque no tienen en cuenta las propuestas que hacemos ni entendemos que las suyas supongan las mejores decisiones.

Salt ofreció su peor cara en marzo, con los altercados a raíz del desalojo del imán...

Era un colectivo muy claro. Un pequeño grupo muy organizado y preparado para el vandalismo social: movían muy rápidamente grandes contenedores para hacer barricadas y cortar el paso alrededor del ayuntamiento. Estuve toda la noche allí, desde las nueve, con otro concejal y hablándolo con vecinos del municipio, que lo miraban con incredulidad.

Aquello no era una reivindicación de nada ni había proclamas: era violencia por violencia. Tampoco vi una excesiva violencia, ni sufrí por una situación de riesgo. Y hay que decir que, semanas después, pasaron cosas más graves en un barrio en Girona y, creo, no se publicitó tanto.

Precisamente sobre eso... ¿qué tienen en común Font de la Pólvora y Salt?

Creo que son dos casos y contextos completamente diferentes. Font de la Pólvora está más aislada de Girona, mientras que Salt es mucho más compacto, tiene las zonas más incívicas en el centro por cómo se originó la ciudad, con una densidad altísima, unos 60.000 habitantes por kilómetro cuadrado y un urbanismo de baja calidad, cosa que genera ciertas particularidades. Pero es un barrio mucho más cohesionado y dentro del municipio. 

¿Teme que lo visto en Font de la Pólvora pueda suceder en Salt?

Algunos contextos que se viven allí los veo más difíciles aquí por lo que acabo de explicar. Pero no nos engañemos: si no se actúa en términos comunitarios, de seguridad y de educación, evidentemente puede pasar en cualquier barrio. No pasará de manera inmediata, pero hay que trabajar para que la situación no degenere en aquello.

Despliegue de los Mossos d'Esquadra en Salt Luis Miguel Añón / CG

¿El gobierno del alcalde Viñas lo está haciendo?

No. Durante muchos años, ha dejado de hacer las juntas locales de seguridad porque, al ser independentistas, ¿cómo iban a invitar a los cuerpos de seguridad del Estado que les habían pegado en el referéndum del 1 de octubre de 2017? Son palabras textuales. Pues resulta que es algo obligado por ley y que esa colaboración es necesaria, con resultados palpables y una repercusión positiva.

Si queremos evitar llegar al extremo de Font de la Pólvora, eso no puede volver a pasar.

Hemos conocido recientemente a Effah Kingsford, el aficionado del Girona conocido como Sisplau, forzado a salir de la ciudad por la ausencia de oferta de vivienda. ¿Conoce el caso?

Sí, sé quién es y lo he seguido por la prensa. Su caso no es el único, como tampoco lo es en Cataluña, España o incluso parte de Europa. Compartimos problemas enquistados y las administraciones están trabajando para paliarlo, pero 10 años de inacción en cualquier actuación no se pueden resolver a corto plazo.

Problemas como...

Las okupaciones ilegales que sufrimos desde hace muchos años hacen que los propietarios reduzcan la oferta. Son un acto delictivo, sí, pero también se debe entender que, quien lo acomete, tiene una urgencia que la Administración a veces no ataja a tiempo. 

¿Qué pasa con esos pisos comprados por el ayuntamiento que no están en el mercado social?

Del primer lote, de un centenar, la mayoría están okupados y no se pueden siquiera escriturar porque no se puede acceder a ellos. El segundo lote, de una cincuentena, ha tenido mejor suerte. Tenemos un parque de vivienda importante, pero no hemos hecho nada para ponerlo en oferta con finalidades sociales. Y hay que hacerlo ya, porque esa adquisición se ha hecho con el dinero de los ciudadanos, es un esfuerzo que se debe devolver.

Effah Kingsford es el aficionado del Girona FC más querido; vecino de Salt, se ve forzado a abandonar la ciudad por la ausencia de pisos de alquiler SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

¿El gobierno de ERC y Junts también suspende en esta asignatura?

Todos los grupos políticos trabajamos con un intenso esfuerzo para tener un parque de vivienda pública, pero el gobierno actúa con cierta improvisación. Cabe recordar que todos esos pisos que se compraron mediante el tanteo y retracto fue sin subvenciones porque no lo habían previsto.

Además, el Govern de la Generalitat ha hecho una llamada a los ayuntamientos para que digan qué solares tienen disponibles para construir vivienda pública. Pues Salt aún no ha inscrito ninguno. Siempre señalan a la Sareb y es muy fácil echarle la culpa a los demás, pero eso denota falta de liderazgo e incapacidad para encontrar soluciones. 

¿Qué haría usted como alcalde?

Lo tengo muy claro: trabajar caso por caso, situación por situación, pero teniendo claro que el que actúa con responsabilidad no puede ser penalizado. Quien siga todos los procedimientos no puede quedar detrás de otro que su decisión ha sido delinquir. Es cierto que hay gente que no tiene otra posibilidad, pero hay okupaciones que se ejecutan para llevar a cabo actividades delincuenciales que generan problemas a las comunidades de vecinos.

El nuevo campus de salud de Girona, que en su mayoría se levantará en Salt, es una gran oportunidad para la ciudad...

Hay que trabajar intensamente en nuevos desarrollos urbanísticos que generen más parque de vivienda, también en el sector del nuevo Trueta. Y generar empleo. El proyecto nos traerá una infraestructura abismal, probablemente la más importante de las comarcas gerundenses. Es una oportunidad económica para resolver las limitaciones del municipio. Un hospital de primera categoría para toda la provincia, aquí, debe generar una actividad económica de alto valor añadido, asociado al centro sanitario, a la universidad, al sector biotecnológico... 

Los terrenos donde se ubicará el nuevo campus de salud de la provincia de Girona, en Salt y Girona Departamento de Salud

No solo puede haber supermercados y bares...

Debemos dejar de ser una ciudad dormitorio en la que la gente trabaje fuera. Dejamos pasar la oportunidad de acoger un Ikea por la indiferencia de este gobierno y a pesar de una votación pública, no hagamos lo mismo con las empresas tecnológicas.

A diferencia de la Generalitat y las ciudades de Barcelona, Tarragona y Lleida, en las comarcas gerundenses seguís anclados al independentismo. ERC y Junts en Salt, Guanyem en Girona... ¿Cuándo llegará el cambio?

Del 2027 no pasa. Ese será el año del cambio. En 2023 aún nos tachaban de ser "los del 155", se seguía pensando en clave nacionalista. Cada uno puede pensar cómo le dé la gana, pero debemos ser el gobierno de todos y ponernos a hablar de lo que realmente necesitamos. A mí me da igual la bandera de cada uno, que no da de comer a nadie ni tapa cuando hace frío. 

Los problemas vienen de habernos centrado en problemas ficticios y ahora la gente ya se da cuenta. Tenemos mucho más en común de lo que nos separa. Y en las elecciones municipales de 2027 empezaremos a ver acuerdos muy diferentes, con el PSC como protagonista. También influirá la necesidad de combatir la extrema derecha, con Vox (que tiene cuatro concejales aquí) y Aliança Catalana.