La recién estrenada consellera de Interior y Seguridad Pública, la socialista Núria Parlon, ha recibido este lunes la cartera del departamento que hasta ahora lideraba Joan Ignasi Elena. En medio de la polémica por el dispositivo de los Mossos d'Esquadra para detener al doblemente fugado Carles Puigdemont, Parlon afronta, como desafío de bienvenida, una nueva y profunda crisis de prestigio en el cuerpo autonómico.
Sin embargo, no será un reto que deba asumir sola. La nueva consejera trabajará codo con codo con quien sea nombrado nuevo director general de la policía, en sustitución de Pere Ferrer. Cargo que, salvo un giro inesperado de guión, ya tiene nombre y apellidos: Josep Lluís Trapero, mayor del cuerpo y exresponsable del cuerpo autonómico entre 2017 y 2019 y entre 2020 y 2021.
Así lo anunció el propio Salvador Illa durante el último debate de campaña, ante las cámaras de TV3, cuando adelantó que Parlon asumiría el Departamento de Interior y Trapero, actualmente realizando tareas administrativas, sería nombrado nuevo director general de la policía. Responsabilidad que el mayor ya anunció que "no tendría ningún inconveniente en asumir".
Coser las brechas internas
De este modo, el hombre que dio la cara tras los atentados terroristas del 17A y que fue juzgado y, posteriormente, absuelto por su gestión durante el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, previsiblemente asumirá la dirección política del cuerpo bajo las órdenes de Parlon.
Así, la dupla de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), de donde proceden tanto la consellera como el mayor, es la baza de Illa para estabilizar a unos Mossos divididos desde el 1-O.
De hecho, el relevo definitivo de Trapero, el 20 de diciembre de 2021, y los cambios que se desencadenaron después (entre otros, el inesperado cambio de destino del intendente Toni Rodríguez, hasta entonces al frente de la División de Investigación Criminal), generaron un evidente malestar entre los agentes, dividiendo opiniones entre aquellos que seguían fieles a Trapero y los que apostaban en dar un giro a la dirección de los Mossos d’Esquadra.
Fuentes policiales consultadas por este medio sostienen que la brecha no sólo se produjo entre los mandos, sino también en la base. "Hay muchos agentes, cabos y sargentos que siguen siendo protrapero, porque han trabajado con él y anhelan las dinámicas que estableció en el seno del cuerpo", explican.
El inicio del caos
Para entender este malestar, es importante recordar los nombramientos y ceses en el seno de la cúpula policial de los Mossos: movimientos que evidencian las injerencias políticas de quienes han gobernado la Generalitat de Cataluña en los últimos años.
De este modo, y si nos remontamos al inicio del caos, tras el referéndum ilegal y la posterior aplicación del artículo 155 por parte del Gobierno español, el conseller de Interior de aquel momento, Joaquim Forn, fue destituido y posteriormente encarcelado en el marco de la macrocausa judicial del procés.
Durante la intervención de la Generalitat, el Gobierno central asumió el control del Departamento, provocando cambios en la cúpula de los Mossos d'Esquadra, incluida la destitución del entonces mayor y comisario jefe del cuerpo, Josep Lluís Trapero. Trapero fue reemplazado por Ferran López, quien estuvo al frente del cuerpo durante la intervención: entre el 28 de octubre de 2017 y el 14 de junio de 2018.
El controvertido mandato de Buch
Con la recuperación de la autonomía catalana, en junio de 2018, y la formación del nuevo Govern presidido por Quim Torra, el neoconvergente Miquel Buch asumió el cargo de conseller de Interior. Su mandato, entre junio de 2018 y septiembre de 2020, estuvo marcado por las críticas tanto desde sectores independentistas como desde la oposición por su manejo de las manifestaciones que se desencadenaron tras la sentencia del procés.
De hecho, como consecuencia de sus decisiones políticas, Buch fue condenado por la Audiencia de Barcelona a cuatro años y medio año cárcel y a nueve de inhabilitación por los delitos de prevaricación y malversación por fichar a Lluís Escolà, sargento de los Mossos d'Esquadra, como escolta del expresident de la Generalitat Carles Puigdemont tras su primera huida de España en 2017. No obstante, Buch y Escolà fueron los primeros en beneficiarse de la Ley de Amnistía.
La fugaz reaparición de Trapero
Las tensiones internas y externas que se desencadenaron del mandato de Buch contribuyeron a que Torra decidiera reemplazarlo por Miquel Sàmper, buscando un perfil diferente para afrontar la recta final del mandato. Fue durante su mandato que, en noviembre de 2020, se restableció a Trapero como jefe de los Mossos, tras ser absuelto de los cargos de sedición relacionados con el 1-O. Hasta entonces, Eduard Sallent ostentó el cargo de comisario jefe.
No obstante, el retorno del mayor duró más bien poco, y un año después, Joan Ignasi Elena lo cesó definitivamente. El hasta ahora conseller de Interior intentó justificar la destitución de Trapero argumentando que el cuerpo necesitaba una cúpula más “coral” y un “relevo generacional” para hacer frente a los nuevos retos.
Sin embargo, voces cercanas al republicano llegaron a reconocer que el destierro de Trapero estuvo motivado por una falta de confianza por parte de Elena hacia él, por ahora, único mayor que se mostraba reticente a acatar órdenes políticas.
El adiós de Estela y el retorno de Sallent
Tras la destitución de Trapero, fue una sorpresa que la consejería premiara como jefe del cuerpo al comisario Josep María Estela, hasta entonces el máximo responsable de la región de Tarragona. Y es que las malas lenguas ya rumoreaban que Interior cocinaba el retorno de Sallent.
Sin embargo, el que sigue siendo el actual comisario jefe quedó relegado a “número dos” en el marco de una nueva estructura a tres niveles, que lo ubicaba justo por debajo de Estela y al frente de la Dirección Estratégica, una unidad que tenía la misión de pensar el cuerpo con vistas a 2030.
No obstante, la relación entre Estela y el departamento de Interior no estuvo exenta de conflictos, lo que condujo a su cese en julio de 2023, siendo sustituido, esta vez sí, por Eduard Sallent.
Interior y Seguridad Pública
Finalmente, ayer 12 de agosto, Núria Parlon asumió el reto de dirigir la conselleria de Interior. La socialista, previsiblemente acompañada de Trapero, toma el cargo en un contexto de debilidad reputacional y con la misión de consolidar una dirección estable en el cuerpo de los Mossos, que ha atravesado por múltiples cambios desde 2017.
Con todo, y a pesar de que el nombramiento del mayor todavía no se ha oficializado, fuentes cercanas al departamento auguran que será uno de los primeros movimientos de Parlon tras asumir el liderazgo del departamento, en un nuevo capítulo de la gestión del orden y la seguridad pública en Cataluña. De hecho, la consejería ha añadido la coletilla: "Seguridad Pública" a su nombre.
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