Esta semana, en medio del nuevo capítulo sobre la guerra judicial abierta entre Carles Puigdemont y el juez Joaquín Aguirre, al frente del 'caso Voloh', el pueblo del presidente fugado, Amer (Girona), amaneció con una nueva enorme pancarta en la plaza principal del pueblo. "Puta España" es la frase que preside el póster de dimensiones considerables. Y, por si hay dudas, se puede leer una treintena de idiomas diferentes. Un gesto, ironizan los usuarios de redes sociales, que demuestra "el buen rollo de los separatistas, siempre tan dispuestos a favorecer la convivencia".
Fueron un grupo de vecinos de Amer, que aglutina no más de 2.300 habitantes, quienes promovieron colgar la enorme pancarta en el centro neurálgico del municipio natal de Puigdemont. Y es que a pesar del avance de la Ley de Amnistía --de la que ya se han beneficiado unas 90 personas-- al expresident se le está complicando la vuelta a casa. La apertura de una causa separada en el 'caso Voloh' y la negativa del juez Llarena a aplicar la amnistía en relación con el delito de malversación han crispado el ambiente en este pequeño pueblo de la provincia de Girona. La respuesta ha sido concisa: "Puta España".
La gota que colmó el vaso, sin embargo, fue algo mucho más "mundano", que nada tiene que ver ni con indultos, ni con amnistías. Al parecer, hasta esta semana había colgado otro póster de dimensiones similares, en la misma ubicación, pero con un retrato del rostro de Carles Puigdemont y la frase en inglés "No surrender" (no nos rendiremos). Los vecinos lamentan en el video que se ha viralizado por redes sociales que el cartel fue dañado "por enésima vez" y que su respuesta ha sido cambiar la sábana boicoteada por la actual.
La guerra Puigdemont - Aguirre
Cabe recordar que, en las últimas semanas, Puigdemont ha vuelto a protagonizar varios episodios de la crónica política y judicial de nuestro país. En primer lugar, después de anunciar la presentación de una querella contra el titular del Juzgado de Instrucción 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, por los presuntos delitos de prevaricación y malversación.
En este sentido, Puigdemont, Josep Lluís Alay y Gonzalo Boye piden a la Sala de lo Civil y Penal del TSJC que investigue al instructor de la 'causa Voloh', al juez Aguirre, por la apertura de una pieza separada sobre la supuesta trama rusa del procés que califica de "arbitraria, estrafalaria e injusta". Como ya adelantó Crónica Global, los tres querellantes solicitaron el cese provisional al magistrado en la investigación que atribuye a los tres políticos indepes un supuesto delito de alta traición que no está incluido en la ley de amnistía pactada entre el PSOE y los partidos independentistas.
Euroórdenes de detención en vigor
En paralelo, el juez instructor del procés, Pablo Llarena, ha declarado no aplicar la amnistía a Puigdemont, Toni Comín y Lluís Puig en cuanto al presunto delito de malversación y argumenta que los comportamientos atribuidos "incurren plenamente en las dos excepciones que prevé la Ley para amnistiar delitos de malversación". Que son: "que se hayan realizado con propósito de obtener un beneficio personal de carácter patrimonial y que afecten a los intereses financieros de la Unión Europea". Tal y como argumentaron los cuatro fiscales del procés.
Por ello, se mantienen las órdenes de detención contra los tres prófugos, aunque únicamente por el delito de malversación, el que sigue estando en duda. Así son las cosas, por ahora Puigdemont tan solo podrá ver la imagen del cartel reivindicativo de Amer en imágenes.
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