El presidente del Parlament, Josep Rull, arranca este martes la ronda de consultas con los presidentes y los portavoces de los grupos parlamentarios con representación en las elecciones catalanas del 12 de mayo. Las reuniones son el paso previo al pleno de investidura, fijado ya para el 25 de junio, y que activará el reloj hacia la elección del próximo president de la Generalitat de Cataluña o hacia una repetición electoral.
Si en dos meses -es decir, el 26 de agosto- ningún candidato ha logrado los apoyos para ser investido, Cataluña volverá a votar en octubre. Un escenario que no favorece a ningún partido ante el cansancio de la ciudadanía, pero que beneficia menos aún a una ERC que es, precisamente, quien tiene el poder de evitarlo.
Rull tiene la última palabra
La ronda de contactos es la primera gran escenificación de Rull desde que fue elegido presidente de la Cámara autonómica el pasado 10 de junio. Un acuerdo de última hora entre Junts, ERC y la CUP le convirtió en la segunda autoridad de Cataluña, pero no sólo eso: le ha permitido manejar el calendario de la investidura.
Cabe recordar que el presidente del Parlament es quien tiene la última palabra a la hora de decidir quién se presenta a la investidura. Las fuentes consultadas por este medio le definen como un “soldado” de Carles Puigdemont, por lo que dan por hecho que hará lo que le dicte el fugado. O, lo que es lo mismo, que en ningún caso propondrá que el candidato de Junts sea el primero en someterse a una investidura que, con toda probabilidad, fracasará. Sólo puede llegar a la presidencia si el PSC se abstiene, una posibilidad que no está ni siquiera sobre la mesa.
Illa le pedirá más tiempo
De ahí que, en los últimos días, los neoconvergentes hayan insistido en que sea Salvador Illa el primero en presentarse. Son conscientes de que el líder de los socialistas tampoco tendrá el sí de ERC, un partido en crisis por la estrategia que se debe seguir tras el hundimiento el 12 de mayo.
Además, poco antes del inicio de la sesión, el líder socialista ya ha avanzado que pedirá más tiempo para negociar con los republicanos y Comuns Sumar.
Martes: de los Comunes a Aliança Catalana
Así pues, este martes empiezan las reuniones de Rull con los grupos parlamentarios, pero difícilmente habrá un candidato que le exprese su voluntad de pronunciar el primer discurso el próximo 25 de junio. La primera en verse con el presidente del Parlament será la líder de Comuns Sumar, Jéssica Albiach, a las 12.30 horas. Más tarde pasarán por el despacho presidencial el líder de Vox y del PPC, Ignacio Garriga y Alejandro Fernández, respectivamente.
Por la tarde será el turno de la CUP y de Aliança Catalana, partido que ha entrado por primera vez en la Cámara autonómica con la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, como candidata.
Miércoles: Junts, ERC y PSC
Pero el día potente es el miércoles, cuando pasarán por el despacho de audiencias los protagonistas del actual escenario político catalán. Rull se reunirá con el presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, uno de los hombres fuertes del fugado. Más tarde, a las 12 horas, se verá con el candidato socialista Salvador Illa. Hoy por hoy, es el dirigente que más números tiene para ser investido president, si bien también dependerá de que ERC entierre sus complejos para evitar una repetición electoral que supondría un tiro en el pie.
Los últimos en pasar cita serán los republicanos Josep Maria Jové y Marta Vilalta. Ambos actuarán siguiendo los dictados de Marta Rovira, la secretarial general de ERC que teledirige las decisiones importantes desde Suiza en este periodo de transición.
Y después de la ronda de consultas, ¿qué?
Entonces, cabe preguntarse: ¿qué ocurre si el pleno de investidura ya está convocado y no hay ningún candidato dispuesto a someterse a votación? El presidente del Parlament contempla un conejo en la chistera: el denominado acto equivalente. Se trata de un mecanismo similar al de una investidura fallida, y sirve para poner en marcha el reloj con el plazo máximo de dos meses, con la particularidad de que ningún candidato tendría que mojarse en el pleno a sabiendas de que no tiene los apoyos para hacerse con la presidencia.
No es baladí que se aplique esta vía por parte de una persona que está a las órdenes de Puigdemont. Pues no cabe duda de que permite al fugado ganar tiempo para no someterse a una investidura para la que no le dan los números. Mucho menos en un momento en que no tiene tan fácil volver: la ley de amnistía está publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), pero no será un camino de rosas.
Con todo, que Rull nombre un candidato o apueste por un acto equivalente no se sabrá definitivamente hasta el miércoles. Lo que sí está claro es que Cataluña está a punto de iniciar la cuenta atrás para un cambio en el Govern tras una década perdida o, por el contrario, de acercarse a una repetición electoral en la que volverán a echar los dados para ver si un puñado de escaños alterna el endiablado escenario político catalán.