El guiño de Puigdemont a Feijóo con la moción de censura agita la crisis del PP catalán
- Las declaraciones del fugado sientan como un jarro de agua fría en las filas socialistas, pero también causan efectos indeseados entre los populares catalanes
- El PPC se ha mantenido en una tensa calma desde la última crisis, pero el globo sonda del neoconvergente alienta los anhelos de los dirigentes populares que quieren sacar a Sánchez de la Moncloa "cuanto antes"
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Carles Puigdemont ha provocado un nuevo giro de guión en el arranque de la XV legislatura del Congreso de los Diputados. Esta vez, a escasos días de tener su primera reunión con el PSOE, el expresidente de la Generalitat fugado ha lanzado un guiño al Partido Popular (PP) de Alberto Núñez Feijóo diciendo que "no pueden seguir tratándole como a un terrorista" y que está dispuesto a pactar, incluso, una moción de censura contra Pedro Sánchez si éste no cumple sus compromisos del acuerdo de investidura.
Las declaraciones han sentado como un jarro de agua fría en las filas socialistas, pero también han causado efectos indeseados entre los populares. Especialmente, en la sede del PP catalán, donde aún sangra la herida del pasado verano, cuando Esteban González Pons afirmó que Junts es "un partido cuya tradición y legalidad no están en duda".
Durante aquellos días, trascendió que el equipo de Feijóo estaba recomponiendo puentes con los neoconvergentes, siempre desde la cautela y conscientes de la dificultad de recabar su apoyo para la investidura, pero allanando el camino por si fuera posible llegar a algún tipo de acuerdo en el futuro.
Una tensa calma
El líder del PP catalán, Alejandro Fernández, criticó públicamente estos acercamientos, afirmando que no había nada de que "hablar" con ellos y que Junts sí era su "rival". Posteriormente, ha criticado que haya dirigentes de su formación en Cataluña que quieran "copiar al PSC" para crecer y que él no es ni "socialista" ni "nacionalista". Un ataque velado a la dirección provincial del partido en Barcelona, más próxima al equipo de Feijóo y que pretende el relevo de Fernández por un nuevo líder.
Desde entonces, el partido se ha mantenido en una tensa calma en Cataluña, pero el globo sonda de Puigdemont alienta los anhelos de los dirigentes populares que quieren sacar a Sánchez de la Moncloa "cuanto antes", así como los de aquellos que reivindican los pactos que se alcanzaron con Convergència en el pasado.
Declaraciones polémicas
El PP catalán, carente de músculo institucional más allá de la alcaldía de Castelldefels y de Badalona, es sensible a este tipo de reflexiones, ya que llevan años intentando recuperar cuotas de poder sin éxito. Otra muestra se produjo cuando el diputado por Barcelona, Nacho Martín Blanco, no cerraba la puerta a que el partido se abstuviera en la investidura de Sánchez, evitando así que pactara con los partidos nacionalistas. Unas declaraciones que volvieron a agitar las aguas del partido después de las declaraciones de Pons.
El giro de guión de Puigdemont ha sentado mal en Cataluña después de lo que parecía una pantalla superada a poco más de un año de las elecciones autonómicas, con un congreso pendiente y un PSC disparado en el CEO y con una enorme implantación institucional en el territorio. No obstante, Feijóo ya se ha negado a la posibilidad de una moción de censura que no va a producirse y que se trata de un mero "guiño envenenado" de Puigdemont -dicen las fuentes consultadas-, quien busca presionar al PSOE y jugar a dos bandas para ampliar sus posibilidades políticas en el futuro.
Las fuentes consultadas por Crónica Global aseguran que "algunos le piden que no se deje torear antes de tiempo por los nacionalistas", aunque "todos" saben que, una vez amnistiados los independentistas, "serán pactables para el PP". Los neoconvergentes tampoco descartan un acercamiento una vez baje el soufflé: "Primero se deben cerrar todas estas heridas que, hoy por hoy, son muy profundas", dicen a este medio.
Tranquilidad interna
Feijóo acaba de confeccionar un nuevo equipo y quiere tranquilidad interna para tomar perspectiva y poder realizar una oposición "dura" en el Congreso, por lo que no parece que vayan a alimentar los acercamientos con los de Junts. Al menos, por ahora.
No obstante, la herida sigue abierta en el PP catalán, y no parece que con un congreso para decidir el liderazgo en los primeros meses del año vaya a cerrarse tan fácilmente.