Puigdemont intenta tomar oxígeno con un pacto épico y hueco de contenido con el PSOE
ERC considera que sale reforzada tras el anuncio del acuerdo y el sector del Govern contempla una ventana de oportunidad para mantener el liderazgo del ámbito independentista
10 noviembre, 2023 00:00Noticias relacionadas
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Junts per Catalunya tenía preparado desde el pasado 30 de octubre la infraestructura del partido para presentar el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez. Las voces más radicales del partido no lo veían claro y consiguieron que Carles Puigdemont aplazara su bendición final. Hasta este jueves, día del noveno aniversario del 9N. La fecha ideal para trufar de épica el anuncio de un acuerdo que se sustenta en un documento de poco más de tres páginas que vale más por su representación que por el alcance real de lo que contempla.
Ni siquiera avanza en la denominada amnistía reforzada. El relato de los pocos neoconvergentes que han hablado en los últimos días alimentaba la idea de que se iría mucho más allá que ERC en conseguir el perdón total a los encausados por casos relacionados con el procés.
Gestos de Puigdemont con la amnistía
Los republicanos les habían ganado la mano. Se habían avanzado al comunicar una medida que Junts había fijado como moneda de cambio indispensable para la investidura. Los neoconvergentes bajaron al barro para defenderla, pero los titubeos en la bendición final propiciaron que fuera Oriol Junqueras el primero en hablar de ella y en colgarse la medalla.
La gesticulación de los de Puigdemont en torno a esta iniciativa se queda en eso, en gestos. Denuncia agravios históricos que se remontan al Decreto de Nueva Planta en el texto, pero sobre su alcance, se limita a señalar que “las conclusiones de las comisiones de investigación que se constituyan en la próxima legislatura se tendrán en cuenta en la aplicación de la ley”.
Un nuevo frente para el PSOE: el profundo malestar de los jueces
El expresidente catalán fugado de la justicia habló ayer de las del “Catalangate” y de la “Operación Cataluña, de la "guerra sucia contra el independentismo", que ya están abiertas en el Parlament. Se evita de esta forma definir nombres concretos de beneficiarios y se lega a este ámbito definir si se han derivado “situaciones comprendidas en el concepto lawfare o judicialización de la política”.
El nomenclátor independentista se coló de esta forma en los documentos políticos del Estado y abrió un nuevo frente para Sánchez y el PSOE. La totalidad de las asociaciones de jueces del país --la Asociación Profesional de la magistratura (APM), la Francisco de Vitoria, Juezas y Jueces por la Democracia y Foro Judicial Independiente-- mostraron su preocupación en que en estas comisiones se actúe contra jueces que hubieran dictado sentencias lesivas para los intereses independentistas, además de quebrar la separación de poderes.
La redacción del pacto abre la puerta a ello. En contraposición, deja en el aire definir nada respecto al nuevo referéndum que Junts exige (y lo hace “amparado en el artículo 92 de la Constitución”, el mismo que usaron Marta Rovira, Jordi Turull y Joan Herrera para defender la votación ante el Congreso en 2014) y en buscar una nueva fórmula de financiación autonómica más beneficiosa para Cataluña.
ERC gana la partida a Junts
Los republicanos tomaron buena nota de la falta de concreción del pacto. La pugna permanente entre las dos formaciones para ver quién lidera el espacio independentista estuvo presente en la presentación del acuerdo. Puigdemont mandó varios mensajes a los republicanos, con un recordatorio sobre la diferencia entre “negociar” y “dialogar”.
@JuntsXCat @KRLS vosaltres sí q en sabeu i no com els botiflers d’@Esquerra_ERC
— Joan Tardà i Coma (@JoanTarda) November 9, 2023
Fue Joan Tardà el más explícito al comunicar la perplejidad y alivio con el que se conoció el detalle del acuerdo en la sede del partido. Su acuerdo con los socialistas era mucho más profuso y detallado, además de conseguir “mejoras reconocibles para todos los catalanes”, tal y como señalan desde el entorno de los republicanos.
La oportunidad de Aragonès
ERC se considera vencedora de la negociación de investidura con Sánchez e incluso hay un sector, el instaurado en el Govern, que habla de ventana de oportunidad para Pere Aragonès. La que facilitaría que liderase de nuevo las listas autonómicas convergentes, ya que la amnistía para Oriol Junqueras no será inmediata; permitiría que mantuviese el liderazgo en el espacio independentista al considerar que Junts ha alcanzado un acuerdo de consumo interno; e incluso propiciaría que siguiera al frente del Govern.
Esto último, por la factura que pasa el pacto de investidura de Sánchez al PSC de Salvador Illa.
El enfado de Illa en el Parlament
Los sondeos publicados hasta la fecha apuntan a una nueva victoria de los socialistas catalanes, pero se especula con que perderán apoyos de los más críticos con el independentismo catalán, que han visto al partido como la única alternativa posible a los sucesivos gobiernos secesionistas de la Generalitat. Y si no cuentan con la fuerza necesaria que impida un acuerdo en clave indepe, la formación está condenada a liderar la oposición.
El líder del PSC se ha mostrado más serio de lo habitual en las sesiones que han tenido lugar esta semana en el Parlament. Incluso se le ha visto enfadado, hecho que desde su entorno atribuyen a la lentitud con la que ERC ejecuta los acuerdos a los que llegaron hace un año para aprobar los presupuestos públicos de la Generalitat.
Negociación de los presupuestos
Ahora se abre un nuevo proceso de negociación. Aragonès puede prorrogar las cuentas actuales y prolongar la legislatura. Con todo, desde su entorno se apunta a que no sería dramático que, ante un fracaso de este proceso, se decidiera disolver la Cámara catalana e ir de nuevo a unas elecciones. Se apunta, asimismo, que su suelo es el gobierno de los 33 diputados. Y se fortalecería en la bicefalia que lidera actualmente ERC.
Sánchez aún necesita el visto bueno del PNV pero, salvo sorpresas de última hora, conseguirá los 14 apoyos de ERC y Junts para reeditar la presidencia del Gobierno.