Puigdemont, retornan sus miedos: o vuelta triunfal o regreso a la radicalidad

Seis años después, Puigdemont vuelve a estar en una encrucijada análoga. En esta ocasión no sólo para el futuro de Cataluña. Debe decidir si da el visto bueno final al acuerdo con el PSOE que facilitará que Pedro Sánchez se quede en Moncloa y convertirá a Junts per Catalunya en un partido clave los próximos cuatro años en el Congreso.

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont (i) junto a Jordi Turull (i-fondo) y Laura Borrás (d), entre otros miembros de la cúpula de JxCat, durante una reunión en Bélgica para decidir si valida un acuerdo para investir a Pedro Sánchez EFE Bruselas

En un momento de declive electoral, sus siete diputados serán claves para sacar adelante las grandes políticas de la legislatura, incluidos los presupuestos. Pero las dos almas del espacio neoconvergente, los pragmáticos y los radicales, están de nuevo a la greña y el ahora eurodiputado huido de la justicia vuelve a dudar.

ERC pasa por delante de Junts

Desde su formación apuntan que retorna a sus miedos. Se daba por sentado que el pasado 30 de octubre se cerraría el pacto e incluso se definió el calendario de los pasos que se iban a seguir a partir de ese momento: el miércoles 1 se comunicaba, el viernes 3 se debatía en el consejo nacional de Junts y se abría una consulta a la militancia que se prolongaría a lo largo del fin de semana. Pero algo se torció al inicio de la semana y ERC le pasó por delante. Puigdemont dudó por la vehemencia de las voces más radicales.

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, firma el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez con el líder de ERC, Oriol Junqueras ERC

Ahora, señalan las mismas fuentes, el partido tiene un papel más complicado. Reconocen que el pacto de socialistas y republicanos “es bueno para Cataluña” y que los negociadores deberán afanarse para vender a la ciudadanía que han conseguido algo más que una amnistía reforzada en su negociación.

Qué puede obtener Junts del PSOE

Es decir, que incluirá a más políticos afectados por causas relacionadas con el procés de forma más o menos tangencial, como el del exconsejero del Interior, Miquel Buch, condenado a cuatro años y medio de cárcel por contratar a un mosso d’esquadra en su departamento y permitir que ejerciera de guardaespaldas de Puigdemont tras su fuga.

El exconseller de Interior de la Generalitat de Catalunya Miquel Buch a su llegada a un juicio en la Audiencia de Barcelona, acompañado de su mujer, a 28 de junio de 2023, en Barcelona DAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESS

Pero el PSOE ya les habría comunicado que no se puede conceder el concierto económico del País Vasco a Cataluña en el marco de esta misma negociación. Ha sido una de las demandas que los neoconvergentes han puesto sobre la mesa, “pero se les dijo que o amnistía o concierto, ambas cosas a la vez no”, destacan desde el entorno de Puigdemont.

Reclamaciones de los pragmáticos

Los pragmáticos del partido remarcan en el debate abierto en la formación en torno a la posibilidad de bloquear la investidura no sólo será un golpe de efecto en clave política. Impedirá el traspaso de la red de Rodalies y la financiación necesaria para mejorar la red --arreglar el túnel de entrada a Barcelona es una de las prioridades actuales--, no se condonarán los 15.000 millones de deuda del FLA y no se concederá la amnistía a nadie.

Carles Puigdemont negocia en Bélgica el acuerdo con el PSOE para investir a Pedro Sánchez EFE Bruselas

Y Puigdemont sería uno de los damnificados. En Junts dan por sentado que en unos 12 meses será extraditado por malversación, un delito que está presente en los ordenamientos jurídicos de los países de la Unión Europea. Podría dejar el Viejo Continente u optar por un exilio en Suiza, pero perdería su oportunidad de regresar de forma triunfal e incluso encabezar de nuevo una lista en unas elecciones autonómicas.

Los radicales arman su discurso a favor de las elecciones

Pero los radicales ya empiezan a armar el relato de que Junts ha sido clave para evitar que Cataluña claudique de nuevo ante el Estado. En los grupos de Whatsapp del partido se han intercambiado a lo largo de este fin de semana mensajes que minimizan el pacto de investidura firmado por ERC y que, a la vez, complican el acuerdo con su formación.

Se critica que la nueva compañía mixta que gestionará Rodalies es una “empresa al 50% con Ñ” y que no asumirá el control de las cuatro líneas de Cercanías de Renfe ni tampoco “la media distancia”, el enlace de Barcelona con Girona, Figueres, Lleida y Tarragona.

En cuanto a la condonación de deuda del FLA, se tilda de “timo de la estampita” por los 20.000 millones anuales de déficit fiscal que aseguran que Cataluña soporta. “Con nuestro dinero nos dan un préstamo que pagamos con intereses, debemos ser objetivos y realistas”, rezan los comentarios.

El mensaje de Josep Rull

Se interpreta que están en esta tesitura incluso voces como la de Josep Rull, el político llamado a quedarse al frente de la formación en el corto plazo. Todo ello, por un mensaje que ha lanzado en X, la nueva Twitter, tras conocer la convocatoria de manifestaciones de este fin de semana del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

El exconsejero de Territorio que acabó en prisión en 2017 ha acusado al líder de los conservadores de usar una “retórica sórdida y frentista destinada a intimidar” como la de otros líderes españoles como Felipe González. “La retórica de los débiles”, ha sentenciado.

Imputación por el Tsunami Democràtic

Que Puigdemont haya sido imputado por terrorismo por el Tsunami Democràtic por parte de la Audiencia Nacional fue este lunes la gota que colmó el vaso entre los negociadores de la investidura de Junts. “Es el golpe de Estado permanente que tanto les gusta revivir, sea con sables o con togas”, aseguró el expresidente huido. Dejó una puerta abierta: “Mientras no cierren la puerta que abrió el rey con el discurso del 3 de octubre, siempre se olerá a cloaca”.

Puigdemont puede alegar que él es quién consiguió cerrar esta puerta, pero se juega ser de nuevo un botifler ante las voces más radicales. De nuevo, 2017.