La aritmética electoral, y el rechazo de los dos partidos más votados de España --PP y PSOE-- a pactar entre ellos, ha convertido a las minorías nacionalistas en determinantes a la hora de configurar el nuevo Gobierno del país. La disposición del presidente en funciones, Pedro Sánchez, a ceder a las presiones de ERC y Junts para revalidar su cargo ha transformado en debatibles unas demandas que, hasta este mismo verano, los socialistas consideraban inaceptables.
A pesar de la estrepitosa pérdida global de apoyos y votos de las formaciones secesionistas catalanas en las elecciones municipales y generales de 2023, estas, sabedoras de que Sánchez necesita su apoyo para ser investido, han redoblado sus exigencias. En especial, dos de ellas: amnistiar a los condenados y encausados por el procés, y avanzar hacia la celebración de un referéndum de “autodeterminación” en Cataluña. Y, por ahora --a falta de culminar unas negociaciones sobre las cuales ambas partes mantienen un máximo hermetismo--, el PSOE no ha cerrado las puertas a concederles la primera de ellas, pese a no haber figurado en su programa electoral.
La evolución de los mandatarios del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) ha sido similar a la de los del PSOE en esta cuestión, pues algunos de ellos han pasado de rechazar sin fisuras la concesión de esta medida de gracia por no ajustarse a la Constitución ni a la legalidad democrática a orillar el tema, sin descartarla con la contundencia de antaño, y centrarse en la necesidad de establecer un diálogo con los secesionistas. E, incluso, a criticar a PP y Vox por haberse manifestado en contra.
Illa, al día siguiente de las elecciones: “No es factible”
Ese ha sido el caso del principal dirigente del PSC en Cataluña, su primer secretario, Salvador Illa, cuyo discurso se ha modulado desde el momento en que el PSOE pasó a necesitar los votos de ERC y Junts para la investidura de Pedro Sánchez. Un discurso que mantuvo, incluso, hasta el día siguiente de las elecciones generales del 23J: “La amnistía no es factible desde el punto de vista del respeto al Estado de derecho, ni cumple esta condición que a mí me parece fundamental”, señaló Illa en una entrevista del pasado 24 de julio a El món a RAC1, añadiendo acto seguido que “la ciudadanía de Cataluña tampoco ha votado en clave de autodeterminación”.
Una línea argumental que no se desviaba de la que, hasta ese momento, habían mantenido siempre tanto el PSC como el PSOE. En el caso de Illa, además, en diversas intervenciones públicas. Así ocurrió, por ejemplo, en un mitin del pasado 12 de noviembre, cuando tras defender las supuestas bondades de la derogación del delito de sedición --algo que tampoco había figurado nunca en los programas ni campañas electorales de los socialistas, al igual que los indultos parciales del procés--, dejó entrever que el Gobierno ya no iría más allá en sus medidas de gracia: “Y ni amnistía ni nada de eso. Lo repito para que quede claro: ni amnistía ni nada de eso”.
En la misma línea se había pronunciado Illa unos meses antes, el 13 de enero del año pasado, cuando, en un discurso ante el Nueva Economía Fórum en Madrid, subrayó que “en Cataluña no va a haber ni referéndum de autodeterminación ni amnistía. No va a suceder esto”. “Hablo en nombre del primer grupo del Parlament de Cataluña, y como ganador de las elecciones del 14 de febrero, denle ustedes el valor que crean que esto tiene en una democracia como es la española. No es que no vaya a ocurrir porque yo lo diga, no va a ocurrir porque no lo quiere la mayoría de catalanes”, insistía.
Ausencia en la manifestación de Societat Civil Catalana
Más recientemente, en cambio, Illa ha acusado a PP y Vox de crispar por haber acudido a la manifestación ciudadana transversal celebrada en Barcelona en contra de la amnistía y la autodeterminación: "Vemos una vez más, hoy, a la derecha de la mano de la ultraderecha, a Feijóo con Abascal, juntitos, para generar miedo", clamó Illa el pasado 8 de octubre, día de la movilización convocada por la entidad constitucionalista Societat Civil Catalana, que congregó a más de 50.000 personas según la Guardia Urbana, o 300.000, según los organizadores.
A dicha manifestación no acudió el PSC como partido aduciendo no sentirse “identificado”, según dijo al día siguiente su portavoz, Èlia Tortolero. La semana anterior, no obstante, los socialistas habían rechazado en el Ayuntamiento de Barcelona dos proposiciones de ERC y JxCat para apoyar la tramitación de una eventual ley de amnistía --que salió adelante con el voto a favor de independentistas y comuns--, pero también votaron en contra de otra del PP en sentido contrario.
Iceta admitió que “la amnistía no corresponde con lo que ha pasado”
Por lo que respecta al presidente del PSC y actual ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, también dejó claro su posicionamiento en una contundente réplica parlamentaria en el Congreso el 23 de junio de 2021: "No va a haber amnistía, no va a haber autodeterminación; va a haber, sí, diálogo y política".
Algo que no difería de lo que había expresado con anterioridad. Por ejemplo, a finales de septiembre de 2019, cuando en una entrevista a El Punt Avui reconoció que “la amnistía no corresponde con lo que ha pasado, es el olvido, es decir que no ha pasado nada porque consideramos que las leyes que había en esos momentos no eran justas. Y no se dan esas circunstancias”.
Unos días después, Iceta se dirigía así a los partidos secesionistas en un mitin del PSC: “Les vamos a decir: no volváis a engañar a los catalanes. Lo hicieron una vez prometiendo una independencia en 18 meses. Ahora quieren hacerlo otra vez prometiendo amnistía y autodeterminación. No va a haber ni una ni otra”.
Un mensaje claro que, otras veces, Iceta también transmitió recurriendo a la ironía. Por ejemplo, en un mitin de noviembre de 2019 --una semana antes de las generales del 10N--, cuando aludió con sorna a los debates electorales: “Parecía una subasta del pescado: en el lado de la derecha, los de la ley de Seguridad Nacional, los del 155 eterno y también, y por primera vez, el de Vox, que quería el Estado de excepción (...); por el otro, los comunes, que sólo querían una amnistía; luego ya venía ERC, que quería una amnistía y un referéndum; luego, los de Junts per Catalunya, que ya querían la independencia sin pasar por la casilla de salida. Y porque no vino la CUP (...). Claro, en medio de todo esto, había un representante socialista que pedía unas cosas tan moderadas: diálogo dentro de la ley, una política económica que se preocupe de los que más lo necesitan, convivencia, respeto...”.
José Zaragoza lo descartó ante la CUP
Por aquellas fechas, otros destacados dirigentes del PSC también se pronunciaban en ese mismo sentido. Tal fue el caso de su diputado José Zaragoza quien, en una intervención en el Congreso de 2021, interpeló a la CUP afeándoles su apoyo “a la derecha catalana”, y les dijo lo siguiente: “Nosotros siempre vamos a ser claros: no habrá ni independencia, ni referéndum de autodeterminación, ni amnistía, ni embate”.
Pedro Sánchez veía “inconstitucional” la amnistía dos días antes de las elecciones
Más numerosas han sido las manifestaciones de dirigentes del PSOE que también expresaron su rechazo a la amnistía del procés hasta fechas recientes. Empezando por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez que, en plena campaña de las elecciones del 23J, presumía en una entrevista televisiva en La Sexta de que “ni ha habido amnistía ni la habrá”.
“El independentismo pide la amnistía, algo que este Gobierno no va a aceptar y que desde luego no entra en la legislación ni en la Constitución”, afirmó con contundencia el 20 de julio. Un discurso calcado al que horas después, el 21 de junio -es decir, sólo dos días antes de las elecciones en España-, repitió en TVE:
Campo rechazó la medida siendo ministro; ahora, está en el Constitucional
Tanto o más destacable, si cabe, fue el posicionamiento de Juan Carlos Campo que, siendo ministro de Justicia, el 23 de junio de 2021 justificó con este argumento los indultos a los dirigentes encarcelados por el referéndum ilegal de secesión del 1-O, en contraste con la amnistía: “La amnistía no cabe, es el olvido. Aquí no hay olvido, hay perdón para construir un futuro mejor”, argumentaba. Un razonamiento destacable, por cuanto Campo es en la actualidad miembro del Tribunal Constitucional, que presumiblemente deberá pronunciarse sobre la nueva medida de gracia en caso de aprobarse.
Y otro tanto ha ocurrido con otros dirigentes del Gobierno, como el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien el 4 de noviembre de 2019 admitía que “la amnistía no está reconocida en nuestro ordenamiento jurídico”; o Carmen Calvo quien, siendo ministra de Presidencia en 2021, apuntaba que “la amnistía no es planteable en un Estado constitucional y democrático, porque eso sería suprimir literalmente uno de los tres poderes del Estado, que es el Poder Judicial”.
En la actualidad, tanto el PSC como el PSOE se amparan en “la discreción” para no revelar el contenido de sus negociaciones con ERC y Junts per Catalunya sobre el estado de esta cuestión. Por ahora, tratan de orillarla evitando hablar de la amnistía, pero sin descartarla. Y argumentan que cualquier pacto que surja será “dentro del marco constitucional”.
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