El expresident de la Generalitat de Catalunya y líder de Junts, Carles Puigdemont.

El expresident de la Generalitat de Catalunya y líder de Junts, Carles Puigdemont. EP

Política

Puigdemont recupera el fantasma de la unilateralidad con la vista puesta en las autonómicas

El fugado introduce de nuevo ese concepto pensando más en clave catalana que en el conjunto de España y como guiño a su electorado más fiel

5 septiembre, 2023 23:30

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El fugado Carles Puigdemont ha sido muy claro: otorgar la amnistía a los políticos independentistas es solo el punto de partida para empezar a negociar, pero la investidura de Pedro Sánchez saldrá más cara. Es lo que ayer martes quiso demostrar en una conferencia desde Bruselas, en la que advirtió a los socialistas de la necesidad de revivir el procés recuperando, incluso, en fantasma de la unilateralidad. Todo ello con la vista puesta a unas futuras elecciones autonómicas.

Yolanda Díaz, en Bruselas con el prófugo de la justicia Carles Puigdemont para negociar la investidura de Pedro Sánchez

Yolanda Díaz, en Bruselas con el prófugo de la justicia Carles Puigdemont para negociar la investidura de Pedro Sánchez EFE - Pablo Garrigós

Este anuncio ha sorprendido a propios y extraños. Y es que supone un paso más allá respecto a las reivindicaciones que ha hecho en las últimas semanas. Introducir nuevamente el concepto de la unilateralidad -que hace referencia a los días más aciagos de octubre de 2017 cuando el procés alcanzó su punto álgido- es un giro de tuerca en la estrategia de Junts pensando más en clave catalana que en el conjunto de España.

Un guiño a su fiel electorado

El discurso que pronunció el prófugo no es más que un guiño a su electorado más fiel, que ha venido apoyando la línea dura del partido en las últimas convocatorias electorales. Teniendo en cuenta, además, que poner encima de la mesa la unilateralidad dificulta no solo una negociación con el PP –algunos de sus miembros hasta ahora no renunciaban a hablar con Junts-, sino también con un partido socialista que ya tenía dificultades para digerir la reivindicación de la amnistía.

Hay quienes, hoy por hoy, ven las posiciones más alejadas que en las últimas semanas, por lo que ven aumentar el peligro de una nueva convocatoria electoral. Otros, en cambio, creen que la rueda de prensa del martes ha sido una puesta en escena para contentar a los suyos.

Cede ante la ANC

Las palabras de Puigdemont, que mira más hacia el Parlament que hacia el Congreso de los Diputados, llegan también el día después de que la Assemblea Nacional Catalana (ANC) le advirtiese de la urgencia de “recuperar el espíritu del 1-O”. Si bien la formación siempre ha reivindicado la legitimidad de dicho hito, que aumente los decibelios de su discurso no es una coincidencia, sino un alineamiento total con las posiciones de una entidad que mueve muchos votos.  

La portavoz del Govern, Patricia Plaja, en la rueda de prensa posterior al consell executiu

La portavoz del Govern, Patricia Plaja, en la rueda de prensa posterior al consell executiu EP

Eso explica, también, que a ERC se le hayan disparado todas las alarmas, obligándole a intentar un acercamiento con varios guiños. Entre ellos, el anuncio de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, participará en la manifestación de la Diada del 11 de septiembre a diferencia del año pasado, cuando les dio plantón.

La conferencia de Puigdemont demuestra que en Junts no olvidan cuál es su base independentista y cuál ha sido la clave de su resistencia. Por eso, la Diada será el pistoletazo de salida de la campaña electoral para unas futuras autonómicas. Al menos, para los partidos independentistas. Hoy por hoy, los neoconvergentes y republicanos ya compiten por ver quién hace más y mejores guiños a la entidad radical presidida por Dolors Feliu. Una carrera en la que los de Puigdemont llevan ventaja.

Doble objetivo de Junts

Así pues, el discurso de Puigdemont tiene una doble función. Por un lado, contentar a las bases independentistas de la ANC y, por otro, satisfacer a los dirigentes de Junts que forman parte del sector más radical -entre los que se encuentran Laura Borràs- y que le advertían de que llevar a cabo conversaciones con los socialistas podría castigarles en las elecciones catalanas, previstas para febrero de 2025.

Pere Aragonès y Carles Puigdemont, reunidos en Bruselas

Pere Aragonès y Carles Puigdemont, reunidos en Bruselas EFE

La formación no olvida que la clave de su resistencia ha sido mantener una línea dura, por lo que tratan de seguir actuando como una especie de guardianes de las esencias del procés y no como sustento de la gobernabilidad de España.