El juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, ha acabado con la épica de Clara Ponsatí y su retorno a Barcelona con una orden de detención activa. La líder independentista ha sido detenida por los Mossos d’Esquadra, en esta ocasión sin la prensa delante y sin su abogado en el coche policial, y ha sido trasladad a dependencias judiciales. Ahora deberá declarar ante el juez de guardia y quedará en libertad.
Así lo ha decretado el magistrado instructor de la causa del procés. Ha pedido que la sala que esté de guardia “practique la declaración indagatoria a Ponsatí” y que después se la deje de nuevo en libertad. Cabe recordar que la también eurodiputada solo se le imputa desobediencia, un delito que no implica pena de cárcel. Por ello no ha lugar a su traslado hasta Madrid ni a entrar en prisión provisional.
Cambios en la sedición
La despenalización del delito de sedición cambió el escenario judicial al que se exponía. La malversación también cayó, ya que la instrucción del caso demostró que “indiciariamente” su actuación había afectado las arcas públicas al “firmar un compromiso de asunción de gasto que no se materializó”, tal y como indica el propio magistrado Llarena en el auto publicado este lunes.
El documento que ha recibido el tribunal de guardia incluye las preguntas que debería contestar la fugada y que serán la base de la causa que se juzgará. Fuentes jurídicas señalan que, por muchos aspavientos que realice Ponsatí, lo más probable es que tenga que hacer frente a una pena similar a la de su excompañera de Gobierno, Meritxell Serret. Es decir, a una multa y una inhabilitación por formar parte del gobierno catalán que organizó y celebró el referéndum del 1 de octubre de 2017 y declaró de forma simbólica la independencia.
Ponsatí, distanciada de Puigdemont
La celebración del juicio cerraría una etapa en la vida política de una de las dirigentes del Ejecutivo de Carles Puigdemont que más se ha radicalizado desde que se fugó de España hace seis años. Incluso se ha distanciado del entonces presidente catalán y de su gobierno ficticio de Waterloo, al que ha acusado en varias ocasiones tanto de mentir a la ciudadanía como de tibio por no proclamar de forma seria la ruptura con España.
De hecho, apuesta por una nueva declaración unilateral de independencia sin suspenderla desde lo que ella denomina exilio. Con todo, y tal y como se le ha recordado en varias ocasiones desde las formaciones secesionistas más pragmáticas, ella huyó del país para sortear las consecuencias jurídicas del envite de 2017.
Apertura de la fase de juicio oral contra Ponsatí
Ponsatí debía comparecer ante el supremo el pasado 24 de abril para declarar, pero ella misma anunció también en redes sociales que tenía "otras cosas que hacer" y pasó de la cita. Aunque eso implicase una orden de detención internacional que finalmente no se ha tenido que aplicar al regresar ella a España.
Ahora, la eurodiputada declarará ante el juez y debe “designar” un “domicilio en España en el que se le harán las notificaciones, o una persona que las reciba en su nombre”, tal y como indica el auto. En él indica que este paso “permitirá la celebración del juicio en su ausencia” cuando llegue el momento de comparecer ante el tribunal.