Las elecciones generales abren el enésimo cisma en Junts

Se avecinan semanas complicadas para Junts. El resultado de las elecciones generales del 23 de julio ha otorgado un papel clave a la formación neoconvergente para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, pero podría acentuar el cisma que se generó a raíz de la ruptura con ERC y la salida del Govern.

De nuevo, las dos caras de Junts se enfrentarán sobre qué estrategia seguir en el Congreso de los Diputados: si la de los radicales, que hasta ahora han conseguido el favor de Carles Puigdemont, o la de los moderados, otros antiguos miembros de Convergència que abogan por la utilidad. Estos son todos los que miembros de esta corte que debe decidir sobre la investidura de los sociocomunistas. 

Jordi Turull (d), junto a la cabeza de lista de Junts el 23J, Míriam Nogueras (c), y la presidenta del partido condenada por corrupción, Laura Borràs (i) Europa Press Barcelona

Puigdemont y su 'auctoritas'

En muy pocas horas, la sociedad catalana y el conjunto de la sociedad española han podido vislumbrar estas dos almas del partido, que conviven sin que ninguna de ellas tenga la suficiente fuerza --o voluntad-- para imponerse a la otra, si bien el expresidente fugado sigue manteniendo una destacada auctoritas en el seno de la formación independentista, con legiones de votantes que siguen reivindicando su figura como la del auténtico presidente legítimo de los catalanes.

Una suerte de mártir cuyos pronunciamientos públicos siguen actuando a modo de brújula para este partido, que hace años que malvive en el caos y cuya influencia e implantación institucional es decreciente.

Pérdida de poder institucional

Puigdemont es consciente de esta pérdida de poder institucional, pero aún así no ha cesado en su estrategia rupturista durante el mandato de Sánchez. Siendo un ejemplo su menosprecio a las concesiones del Gobierno, como los indultos, la reforma de la malversación y la derogación de la sedición o incluso la mesa de diálogo --que sí ha sido reivindicada por ERC como uno de los éxitos de su gestión--.

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont EUROPA PRESS

Ahora que Junts ha perdido influencia en la vida política catalana al haber salido del Govern, dejado escapar el gobierno de la Diputación de Barcelona, y ha sido apeada de la alcaldía de la capital cuando tenía todo a su favor para conseguirla, la estrategia ha generado de nuevo mar de fondo en la formación. Con un punto de partida en el que todas las diferentes familias que conviven en el partido coinciden: si no rompieron al salir del Govern de Pere Aragonès, es muy poco probable que ahora se dividan. 

Nogueras y Borràs, dos voces del ala 'radical'

El objetivo es demostrar a sus votantes que el voto a Junts exige al Gobierno un precio mucho más alto. En este caso, ya se habla del referéndum de autodeterminación y la amnistía para los políticos condenados por el procés. Puigdemont fue de los primeros en señalar que esto era una condición básica para empezar a negociar con los socialistas y, más allá de sus amigos de confianza de su entorno (con el empresario Jami Matamala a la cabeza), en el partido existen unas figuras clave que marcan el ritmo de la formación.

Fijar estos dos objetivos como imprescindibles es la estela que siguen Míriam Nogueras, la candidata del partido en estas elecciones, así como Laura Borràs. Ambas pertenecen al ala más radical del partido y son reacias a facilitar la investidura de Sánchez, si bien existen algunas diferencias entre ellas. 

La presidenta de Junts, Laura Borràs Europa Press

La primera exhibe una mayor ascendencia sobre Puigdemont, mientras que Borràs y su círculo --en el que destaca el expresidente Quim Torra-- juegan un rol más desdibujado a raíz de su condena por corrupción y su salida por la puerta de atrás del Parlament. De hecho, en los últimos tiempos el expresidente huido se distanció de ella y de su grupo de confianza, al que la política denominaba war room.

El ala pragmática

En el otro lado se encuentran aquellos que defienden la vía pragmática, que en el pasado pudo manifestarse en el posicionamiento de no abandonar el Govern, de mantener el gobierno de la diputación con el PSC o, en estos momentos, de no autoexcluirse de la negociación con Sánchez a cambio de prebendas.

Las cabezas visibles de esta facción del partido las representan Xavier Trias, que demostró su poder en las últimas locales al ganar en Barcelona. Aunque no esconde su resentimiento con los socialistas por apearle de la alcaldía en el pleno de investidura, ayer aseguró en una entrevista en Catalunya Ràdio que Junts no debe cerrar la puerta a investir a Pedro Sánchez. Apuesta por “ser útiles”, algo parecido a lo que defendió Jaume Giró en la ejecutiva de ayer lunes. Cabe recordar que el exconsejero de Economía estuvo a punto de disputarle la candidatura a Nogueras, pero fue disuadido por Puigdemont en el último momento. 

Miriam Nogueras y Xavier Trias, en el Consejo Nacional de Junts per Catalunya JUNTS PER CATALUNYA

Jordi Turull, la bisagra

De forma pardójica, entre ambos sectores del partido se encuentra la figura de Jordi Turull, el secretario general que actúa a modo de bisagra, y que fue uno de los políticos indultados por Sánchez. De hecho, Turull fue una de las voces que apostaban por una salida sin ruido por parte de Laura Borràs cuando fue apartada de la presidencia de la Cámara autonómica. Ahora, este rol central de Turull en Junts puede ser decisivo para decantar la balanza hacia el ala radical o hacia el ala pragmática.

El líder Junts, Jordi Turull, con la candidata a las elecciones generales del partido, Míriam Nogueras EFE Barcelona

Mientras tanto, Jaume Asens, exportavoz de Unidas Podemos en el Congreso y uno de los abogados que convencieron a Puigdemont de que la mejor salida para él era fugarse a Bélgica, será decisivo en las próximas semanas para convencer a Junts de que ha llegado la hora de que pinten algo en el panorama nacional. Es la baza de Sumar para evitar una repetición electoral que los independentistas catalanes ven cerca por sus necesidades internas. Básicamente, por no perder más votos.