Junts entra en su enésima crisis interna por la Diputación de Barcelona

Junts per Catalunya (JxCat) mide de nuevo sus equilibrios internos. En esta ocasión, con motivo de la constitución de la Diputación de Barcelona. Mientras el sector duro del partido rechaza reeditar el pacto con el PSC tras el acuerdo que impidió a Xavier Trias ser alcalde de la ciudad, los moderados se resisten a renunciar a los cargos que actualmente tienen los neoconvergentes en este organismo supramunicipal, que maneja un presupuesto de más de 1.200 millones de euros.

“Todo está abierto”, aseguran desde Junts, donde “los alcaldes con más concejales o con más fuerza, precisamente, son los que menos desean salir de la Diputación”, aseguran otras fuentes soberanistas. Por su parte, los socialistas recuerdan que, si falla el pacto con Junts --defendido por el propio Xavier Trias, quien valoró positivamente el mandato al lado de Núria Marín--, hay otras alternativas que pasan por un acuerdo con ERC. O reproducir el del Ayuntamiento de Barcelona en la investidura del socialista Jaume Collboni: PSC, Comunes y PP. Hay quien incluso no descarta un pacto con una escisión de Junts favorable a repetir coalición.

Pactos municipales

Fueron precisamente esos dirigentes territoriales los que aguantaron la presión ante el sector de Junts que pretendía acabar con esa sociovergencia que ha permitido a Marcela Topor, la esposa del expresidente de la Generalitat fugado Carles Puigdemont, trabajar, con un salario muy sustancioso, para la televisión de la Diputación.

Marc Castells, alcalde de Igualada, en una comparecencia Cedida

Esos alcaldes y concejales, gracias a los acuerdos con otras plataformas catalanistas como Ara Pacte Local, tienen más peso en el partido. Junts, las fuerza más votada en 300 municipios, ha recortado distancias con ERC respecto a 2019. Sin embargo, no todo es blanco o negro en esos sectores internos de Junts, pues las mismas fuentes soberanistas indican que la decisión de Marc Castells, que revalida como alcalde de Igualada y tiene un importante ascendente en el partido, será determinante. Pero sus buenas relaciones con la presidenta de la formación, Laura Borràs, hacen temer a quienes apuestan por renovar la sociovergencia que incline la balanza en favor de “más ruido y más confrontación de cara a las elecciones generales”.

Pérdida de representación institucional

En octubre de 2022, Junts decidió salir del gobierno de la Generalitat tras acusar al presidente Pere Aragonès de frenar el camino hacia la independencia. Entonces se valoró someter a la militancia una doble consulta sobre el plantón a los republicanos y la ruptura del pacto en la Diputación de Barcelona. Pero la ejecutiva lo rechazó ante la presión de los alcaldes y cargos territoriales con representación en esta entidad.

Tras las elecciones municipales del pasado 28M, esos dirigentes locales tienen más peso: no solo han aumentado su presencia territorial, también son los referentes institucionales que le quedan al partido.

Ayuntamientos y diputaciones

Tras el pacto entre PSC, comunes y PP, tampoco entran en el Ayuntamiento de Barcelona. En las diputaciones de Tarragona y Lleida, un pacto entre ERC y PSC dio la presidencia a los republicanos. En la Diputación de Girona, vuelve a gobernar Junts con apoyo de los republicanos, aunque ha perdido un diputado respecto al mandato anterior.

Los neoconvergentes no han logrado entrar a gobernar en los consistorios de Tarragona y Lleida, y en el de Girona se han quedado con un tercio de los cargos municipales.

Colocar a los suyos

“Jordi Turull (secretario general de Junts) va pidiendo a todos los alcaldes si tienen plazas libres de eventuales para colocar a gente. Si no hubiera elecciones generales el 23J, no habría esta gesticulación sobre la Diputación”, admiten fuentes neoconvergentes.

La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, delante de un cartel electoral del expresidente de la Generalitat fugado Carles Puigdemont JUNTS

“El primer error fue obligar a Jaume Giró a dar un paso al lado en la candidatura de Madrid, y que Puigdemont saliera escogiendo a Míriam Nogueras a dedo. Esa fue la primera alerta roja de cara al pacto de Barcelona. El segundo fue el anuncio de un acuerdo de gobierno, sin tener cerrada la investidura, con ERC, y todo ello desató que se despertara la bestia dormida”, reflexiona un cargo territorial de Junts.