Carles Puigdemont y Toni Comín han declinado participar en la sesión del Parlamento Europeo de este lunes por miedo a ser detenidos y extraditados hasta España. La Eurocámara se reúne a Estrasburgo, como es habitual, pero los dos independentistas se quedarán en Bélgica, donde consideran menos probable que puedan ser entregados a la justicia.
Han perdido la inmunidad de la que gozaban como eurodiputados y reconocen de forma clara que su situación personal ha cambiado. “El Parlamento no garantiza que, llegado el caso, no se use esta ambigüedad para practicar una detención como la del Alguer que, a diferencia de ese momento, podría significar el traslado del proceso de extradición”, afirma Puigdemont en un mensaje en redes sociales en el que recuerda su detención en la localidad de Cerdeña en septiembre de 2021. Las autoridades italianas respondieron entonces a la orden de búsqueda y captura internacional del Tribunal Supremo, pero quedó en libertad poco después.
El TGUE cambia la situación de Puigdemont
La decisión del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) comunicada la semana pasada cambió el escenario. La primera reacción del expresidente de la Generalitat al conocerla fue cargar contra la justicia comunitaria. Después, intentó disipar la sensación de derrota respecto a su situación procesal, la de Comín y la de Clara Ponsatí, otros dos exconsejeros de la Generalitat en 2017 que siguen fugados de la justicia.
Puigdemont ahora hace un nuevo giro para eludir reconocer que el TGUE le ha acercado a la extradición. Relata que la inmunidad que tiene como eurodiputado ha sido “ambiguamente cuestionada en la sentencia” y que se les ha comunicado que “llegado al caso, tomará todas las medidas disponibles para defender cualquiera de las inmunidades a las que tendría derecho en ese modo”. Además, exige a la Eurocámara que le defienda de forma más firme. Demanda que está más lejos que nunca de ser atendida tras el espaldarazo de la justicia comunitaria de dejar a los líderes independentistas fugados sin inmunidad.
Ruptura con Clara Ponsatí
Más allá del anuncio a sus fieles, Puigdemont ha dejado clara la ruptura con Clara Ponsatí. La que era consejera de Educación (y responsable de los colegios electorales en el 1-O) en su Ejecutivo ha dado incontables muestras los últimos meses de que es un verso libre en el independentismo más radical. De hecho, declinó explicar al propio expresidente huido el tono de su discurso para valorar la sentencia del TGUE en la rueda de prensa conjunta que convocaron en Bélgica y que, al final, se convirtió en un ataque a la estrategia seguida desde Waterloo.
Ponsatí exigió entonces que se dejara de mentir a los catalanes y que se apostar de forma firme para avanzar de nuevo hacia la autodeterminación. Es decir, cargó contra Puigdemont.
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