Anna Simó rinde cuentas sobre cuáles son sus planes de futuro al frente de la Consejería de Educación de la Generalitat de Cataluña. Lo hará este martes y jueves en un pleno monográfico en el Parlament, que servirá para aclarar si ejercerá más diálogo con la comunidad educativa y un cambio de políticas o si, por el contrario, seguirá el talante de su antecesor, Josep Gonzàlez-Cambray, que ejerció dos años al frente del departamento. Un tiempo que le bastó para convertirse en el consejero más polémico y peor valorado por el colectivo al que representaba.
La nueva titular tendrá la oportunidad de revertir esta tendencia y de ganarse la credibilidad de los partidos de la oposición y de los sindicatos, que por activa y por pasiva se quejaban de que Cambray era poco dado a facilitar espacios de negociación y de consenso sobre decisiones tan importantes como la del avance del calendario escolar.
Pleno monográfico sobre educación
El Parlament inicia este martes un pleno monográfico sobre educación. Una sesión que estaba prevista para el 13 de junio, pero que fue pospuesta a raíz de la remodelación del Govern que incluía el cese de Cambray. Tras dos semanas de adaptación al cargo, la republicana deberá explicar a los grupos cuáles son sus propuestas al frente de una de las consejerías con más controversias en los últimos tiempos.
Cabe recordar que Cambray se ha ganado muchos enemigos por cuestiones como el avance del calendario escolar, el caos en las preinscripciones, la falta de plazas públicas en distintas etapas educativas, las huelgas de profesorado o la falta de docentes sustitutos, entre otras. Un legado que no será fácil de afrontar, si bien la nueva consellera ha tratado ya de acercar posturas con la parte social a través de la convocatoria de varios encuentros antes de las vacaciones de verano.
Tal y como explicó Crónica Global, la consejera se reunirá con todos los sindicatos, de mayor a menor representación, en una ronda que empezará con Ustec el 30 de junio, seguida de Profesores de Secundaria -4 de julio- y UGT -6 de julio-.
Lo que esperan los sindicatos
¿Qué esperan las organizaciones y los partidos políticos del pleno monográfico de este martes? Desde Ustec, Iolanda Segura cree que se aprovechará para intentar devolver "la paz" a la comunidad educativa. Si es así, le pide a Simó que "la voluntad sea cierta" y que puedan negociar todas las propuestas, reconsiderando "las que se han implementado, pero que no han sido bien acogidas”.
En la misma línea se posiciona Lorena Martínez, portavoz de UGT, que espera que la consellera reconozca el trabajo que hacen los docentes y que mejore las condiciones laborales. Desde la misma organización, Jesús Martín desea que Simó tenga un "cambio de actitud". Algo que, por ahora, no está del todo claro, a juzgar por sus últimas declaraciones, en las que sacaba pecho del diálogo de su antecesor y defendía políticas como el calendario escolar.
"Anna Simó ya sabe por qué hubo 11 huelgas educativas", asegura Martín, quien advierte de que "mantener las políticas de Cambray es una temeridad" si no quiere acabar como él. Una postura más escéptica tiene Xavier Massó, de Profesores de Secundaria, que cree que el pleno será un "paripé" y no espera nada bueno de la consejera, aunque aboga por darle tiempo para ver cómo se desenvuelve en el cargo.
El PSC pide un pacto catalán por la educación
Por su parte, los grupos políticos aprovecharán para vender sus iniciativas en materia de educación. Desde el principal partido de la oposición, la diputada y portavoz del PSC en esta materia, Esther Niubó, defenderá impulsar un pacto catalán por la educación de "amplio recorrido" y abierto a todas las formaciones.
Tal y como han explicado a este medio, el acuerdo consta de 25 ejes, entre los cuales se encuentra el despliegue de un sistema educativo inclusivo, un plan de mejora del éxito educativo para mejorar el rendimiento escolar del alumnado y reducir el fracaso y abandono escolar prematuro. Además, incluye la apuesta por un sistema de Formación Profesional (FP) "integrado, moderno, flexible y accesible"; unos equipamientos dignos y adaptados para afrontar la emergencia climática; y un nuevo modelo de gobernanza en la educación.
Por último, apuestan por un plan sobre terceras lenguas que incluye endurecer los requisitos para la obtención del titulo universitario a partir de 2030 exigiendo el nivel B2 de inglés u otra lengua extranjera, como avanzaron los socialistas. Una medida ambiciosa para hacer frente a una cifra que saca los colores al nivel educativo de Cataluña: uno de cada cinco estudiantes de cuarto de la ESO tiene un nivel bajo de competencias en lengua inglesa.
¿Una prioridad del Govern?
Si de algo han servido los dos años de Cambray al frente de la consejería es para ver que la educación está "muy abajo en la lista de prioridades del Govern", expresa la diputada de Ciudadanos, Anna Grau. Una teoría que respaldan las estadísticas en abandono escolar y en el pésimo nivel de comprensión lectora de los niños catalanes, que sitúa a Cataluña sólo por encima de Ceuta y Melilla.
Pese a sus diferencias políticas, la portavoz naranja se congratula de que Simó se haya comprometido a acabar con los barracones, a dialogar con la comunidad educativa y a establecer un protocolo antibullying.
El pleno monográfico será clave para Anna Simó. Su discurso servirá, o bien para tender puentes con los sindicatos, o para encenderlos todavía más provocando nuevas movilizaciones en septiembre.
También será clave para ERC, a quien le interesa ganarse al colectivo antes de las elecciones generales del 23 de julio.
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