El nivel de inglés de los estudiantes catalanes deja mucho que desear y no hay duda de que ello repercute directamente en sus oportunidades laborales en un mundo globalizado. Por eso, desde el PSC se proponen ser ambiciosos y plantean que se vuelva a exigir el nivel B2 u otra lengua extranjera como requisito para la obtención del título universitario a partir de 2030.
Esta es una de las propuestas que los socialistas llevarán al pleno monográfico de educación que se celebrará los días 27 y 29 en el Parlament a propuesta de Junts, y que tuvo que ser pospuesto tras el cese del ya exconseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, y el nombramiento de la republicana Anna Simó.
Competencias en inglés
En octubre de 2021, el Govern flexibilizó los criterios de acreditación del nivel B2 de inglés o de una tercera lengua. La iniciativa se remonta a 2013, cuando el entonces consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, propuso que a partir de 2018 todos los alumnos tuvieran garantizadas las competencias en inglés.
Una medida que nunca llegó a materializarse del todo por el bajo nivel de los estudiantes, que todavía se mantiene. De hecho, según avanza El Periódico, uno de cada cinco estudiantes de cuarto de la ESO tiene un nivel bajo de competencias en lengua inglesa. Un dato que se explica, también, por "la brecha social en función de la capacidad de las familias de pagar actividades extraescolares y salidas al extranjero", dice la responsable de Educación del Govern alternatiu del PSC en el Parlament, Esther Niubó.
Ante estas cifras, el partido cree que se debe ser más ambicioso y, por eso, propone que el B2 vuelva a ser obligatorio para la obtención del título universitario a partir de 2030. Así lo ha explicado la portavoz de la formación en la Cámara catalana, Alícia Romero, quien ha anunciado que esta será una de las medidas que presentará su partido en el pleno monográfico de educación que se celebrará a finales de junio.
Plan sobre terceras lenguas
La iniciativa también está incluida dentro del plan sobre terceras lenguas que ha aprobado este jueves el gobierno alternativo del PSC, y que tiene un presupuesto estimado de 50 millones de euros. "En vez de ser más exigente con los alumnos para garantizar su nivel de inglés, precisamente se ha hecho lo contrario", ha lamentado Romero sobre la supresión del requisito del B2.
Pero para eso ve necesario dotar a las universidades de recursos dirigidos a formar a los jóvenes, con el fin de que los equipos rectorales no tengan que sacarlos "de su propio presupuesto".
El plan de terceras lenguas del PSC también apuesta por intensificar la presencia de este idioma en los estudios de Formación Profesional (FP) y en los primeros cursos de infantil, entre otras medidas. Y es que cabe recordar que una de las reivindicaciones del sector de la FP es trabajar para que sus alumnos salgan igual de preparados en inglés que los que van a la universidad.