Los pésimos resultados del independentismo en las elecciones municipales del 28 de mayo frente al auge del PSC han encendido todas las alarmas en la sede de sus partidos. El divorcio de ERC y Junts como socios de Govern el pasado octubre de 2022 y la amenaza de un mapa teñido de azul en el resto de España no han servido como punto de inflexión a partir del cual recuperar parte del electorado perdido con motivo de constantes frustraciones ante una hoja de ruta independentista en stand by. Por eso, ahora confían en que la batalla por el catalán les permita resistir en las elecciones generales del 23 de julio.
En el caso de los republicanos, su batacazo en las locales es aún más sangrante, ya que han sido incapaces de sacar rédito a su gestión del gobierno en solitario y a unos presupuestos aprobados el pasado diciembre para desarrollar sus políticas económicas y sociales.
Una forma de reenganchar al electorado
Ante este panorama desolador -y si bien Junts ha recuperado cuotas de poder en muchos ayuntamientos de Cataluña-, los partidos independentistas necesitan un filón para volver a reenganchar a su electorado y parece que lo han encontrado: la defensa del catalán ante un eventual Gobierno de España formado por PP y Vox.
Tal es así, que el pacto de ambas formaciones en la Comunidad Valenciana, que incluye una regresión de las políticas lingüísticas que afecta al valenciano, se ha convertido en una oportunidad para advertir a la base independentista de que el catalán será perseguido también en Cataluña si ERC, Junts y la CUP no obtienen un gran número de representantes en el Congreso de los Diputados para poner freno a los embates de PP y Vox.
El Govern y la preocupación por la lengua
Es un hecho que este tema no solo sobrevolará la campaña electoral del 23J, sino que además ya forma parte de la agenda pública del Govern, hasta tal punto que la portavoz Patrícia Plaja ha mostrado su preocupación por la supervivencia del valenciano en la Comunidad Valenciana, pero no ha dedicado ni una palabra a las políticas xenófobas o contra los derechos de las mujeres y el colectivo LGTBI.
Un alarmismo por parte de la portavoz del Ejecutivo autonómico con el que ERC pretende cerrarle el paso a Junts y la CUP a la hora de erigirse como los grandes defensores del catalán en el Congreso ante las elecciones generales del mes de julio.
Intensa batalla en la derecha
Por su parte, también se prevé una intensa batalla en el flanco de la derecha, con PP y Vox instrumentalizando el catalán para seducir a los votantes constitucionalistas que en las últimas elecciones apostaron por Ciudadanos y que ahora están huérfanos tras su debacle y la decisión de no concurrir a las generales. El polémico fichaje del exportavoz Nacho Martín Blanco por el PP se encuadra, precisamente, en este objetivo.
No hay duda de que las mejores perspectivas electorales las tiene el PSC después de haber ganado los comicios municipales en Cataluña, pero está por ver si el catalanismo y la posición central respecto a la lengua que abandera la formación le granjea los resultados esperados el próximo julio.
En cualquier caso, la cercana campaña electoral se prevé convulsa ya que la cuestión lingüística siempre tiene la capacidad de encender todos los debates.
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