La alcaldesa de Vic (Barcelona), Anna Erra, frente al ayuntamiento de la localidad, que luce una 'estelada' / CG

La alcaldesa de Vic (Barcelona), Anna Erra, frente al ayuntamiento de la localidad, que luce una 'estelada' / CG

Política

Las polémicas de Anna Erra, el 'clon' de Laura Borràs al frente del Parlament

Al igual que su antecesora en el cargo, la hasta ahora alcaldesa de Vic se ha caracterizado por su nacionalismo radical, su falta de neutralidad institucional, su rechazo al bilingüismo y sus vetos al constitucionalismo

9 junio, 2023 23:30

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El Parlament catalán continuará teniendo como presidenta a una dirigente de Junts per Catalunya (JxCat) marcada por la polémica. Anna Erra Solà (Vic, 1965) tomó ayer el relevo de la destituida Laura Borràs, una figura con la que comparte rasgos en común por su nacionalismo radical, su falta de neutralidad institucional, su rechazo al bilingüismo y su forma de gobernar.

Tal como alertaron ayer varios partidos de la oposición, algunos de sus precedentes como alcaldesa de Vic en los últimos ocho años no invitan al optimismo en lo que respecta a la debida ecuanimidad y respeto a la diversidad y pluralidad ideológica que exige la presidencia de la Cámara. Y es que el mandato de Erra en este municipio de la Cataluña interior -considerado uno de los feudos del secesionismo más exacerbado y escenario de llamativas performances de los radicales- se ha visto enturbiado por varias de sus decisiones. Entre ellas, sus intentos de prohibir algunos actos de entidades constitucionalistas en la calle y su uso partidista del consistorio. Hasta el punto de usarlo para exhibir todo tipo de pancartas, banderas y simbología independentista en su fachada y lanzar desde la megafonía del mismo, durante semanas, mensajes de apoyo a los mandatarios del procés a todo volumen.

La alcaldesa de Vic, Anna Erra, y la presidenta de Junts Laura Borràs

La alcaldesa de Vic, Anna Erra, y la presidenta de Junts Laura Borràs Europa Press

1.- Vetos a los defensores del bilingüismo, a Cs y PP

Sin duda, uno de los actos de Erra que más ponen en duda su idoneidad para presidir la Cámara han sido sus reiterados intentos de prohibir en Vic actos de entidades defensoras del bilingüismo en la enseñanza y de partidos constitucionalistas como Ciudadanos (Cs) y PP. Llegando a esgrimir, como argumento para impedirlos un artículo de su ordenanza municipal que impide autorizar "actividades contrarias a la moral, las buenas costumbres ciudadanas y el orden público" en la calle.

Así lo hizo, por ejemplo, en enero de 2022, cuando su consistorio negó el permiso para instalar en la calle una carpa informativa y de recogida de firmas de Escuela de Todos, plataforma que engloba a una quincena de entidades -entre ellas, Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB)- defensoras del cumplimiento de las sentencias firmes que obligan la Generalitat a impartir al menos un 25% de clases en castellano en las escuelas. Una semana después, llevaron a cabo una concentración de protesta en el pueblo junto a otras asociaciones y partidos constitucionalistas.

Entre ellas, Ciudadanos, donde Erra ha intentado vetar varios de sus actos en la calle. El primero, en junio de 2018, usando como excusa que fuera del periodo electoral no se daban permisos a los partidos para ello. En aquella ocasión, la alcaldesa se salió con la suya. La historia se repitió cuatro años después, cuando el Ayuntamiento de Vic trató de impedir -finalmente, sin éxito- que Cs instalara una carpa informativa, esgrimiendo su rechazo a la inmersión lingüística monolingüe obligatoria en catalán, y que sus planteamientos no eran "compartidos" por la mayoría del pueblo. La justicia dio la razón a un recurso de la formación naranja al considerar que el consistorio cometió un “ataque directo al derecho fundamental a la libertad ideológica

El PP también sufrió esta forma de proceder cuando Erra negó el permiso a un acto suyo a finales de 2021, razón por la cual el partido presentó una denuncia contra el consistorio -finalmente, archivada- por prevaricación. Días después, el líder de los populares catalanes, Alejandro Fernández, y otros dirigentes constitucionalistas fueron escoltados por los Mossos en su visita al municipio para evitar el acoso de grupos de radicales, que les dedicaron tipo de gritos e insultos.

2.- Soflamas por megafonía a favor de los líderes del 'procés'

Igual de controvertido resultó, en 2018, que desde unos altavoces instalados en el exterior de la sede del Ayuntamiento de Vic se emitieran soflamas a todo volumen a favor de la secesión de Cataluña y de los mandatarios entonces encarcelados o fugados por el referéndum ilegal y unilateral del 1-O. Durante varias semanas, a última hora de la tarde, una voz masculina grave y tenebrosa instaba a la ciudadanía -tras un estruendoso repique de campanas- a "no normalizar la situación de excepcionalidad" que, a su juicio, vivía la autonomía y exigía "no desviarse de nuestro objetivo, la independencia de Cataluña".

Las salmodias de la megafonía del consistorio de la nueva presidenta del Parlament rezaban así: "No normalicemos una situación de excepcionalidad y de urgencia nacional. Recordemos cada día que todavía hay presos políticos y exiliados. No nos desviemos de nuestro objetivo, la independencia de Cataluña". Por estos hechos, en enero de 2019, un juzgado de Vic la imputó por posibles delitos de prevaricación y malversación, aunque finalmente el TSJC no admitió la querella.

3.- Pancartas, banderas y símbolos secesionistas en el consistorio

Del uso partidista del consistorio por parte de Erra da buena cuenta -al igual que en la práctica totalidad de municipios gobernados por independentistas- la reiterada ausencia de la bandera española en su balcón -hasta que la justicia le obligó a reponerla-, así como la instalación en el mismo de todo tipo de pancartas, banderas y símbolos secesionistas. En los últimos años, la fachada del ayuntamiento ha estado presidida por la estelada y por una enorme lona con la consigna "Libertad presos políticos". Incumpliendo, con todo ello, el debido principio democrático de neutralidad institucional y de respeto a la pluralidad ideológica y de opinión.

Balcón del Ayuntamiento de Vic, con pancartas favorables a los políticos presos, una bandera independentista y ninguna española en una imagen de archivo / AYUNTAMIENTO DE VIC

Balcón del Ayuntamiento de Vic, con pancartas favorables a los políticos presos, una bandera independentista y ninguna española en una imagen de archivo / AYUNTAMIENTO DE VIC

En ese caldo de cultivo, y aunque en este caso ni Erra ni su consistorio tienen nada que ver, no sorprende que algunos grupúsculos de radicales ultranacionalistas, encapuchados y con la cara tapada, se hayan envalentonado en los últimos años hasta el punto de atreverse a encaramarse con una escalera al balcón del Ayuntamiento de Vic para retirar y quemar la bandera española en la plaza Mayor, hecho que entre 2021 y 2022 ocurrió tres veces en acciones nocturnas reivindicadas por los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) y Arran.


4.- El 'show' de las cruces amarillas

Donde sí tiene responsabilidad Erra, en cambio, es en la concesión del permiso a colectivos secesionistas para convertir la plaza Mayor del pueblo en un cementerio simbólico formado por 2.500 cruces amarillas, en una muestra de apoyo a los mandatarios condenados por el procés. Días después, un individuo las destruyó arrollándolas con su vehículo, y el consistorio de Vic pidió que se le investigara por delito de odio. El conductor fue juzgado por conducción temeraria y, posteriormente, absuelto, aunque con privación del carnet durante cinco años.

'Cementerio' de cruces amarillas en la plaza mayor de Vic

'Cementerio' de cruces amarillas en la plaza mayor de Vic

A este tipo de performances por parte de simpatizantes secesionistas en las calles de Vic se han sumado otras, a cual más estrafalaria, en los últimos años.

5.- Su papel en el 'procés'

Al igual que otros dirigentes de Junts, ERC y la CUP, si en algo ha destacado hasta ahora la trayectoria política de Erra -una dirigente histórica de la antigua Convergència de Jordi Pujol- ha sido por sus muestras de apoyo al golpe secesionista al Estado de 2017. Hasta tal punto que, días antes del referéndum ilegal y unilateral del 1-O, enfatizaba, en sus redes sociales, su intención de impedir a la Guardia Urbana de Vic incautar materiales necesarios para su celebración.

Después de que varios policías locales requisaran carteles y octavillas informativos en stands de la CUP relacionadas con la votación, cumpliendo una orden de la Fiscalía de Cataluña, el 17 de septiembre de ese año Erra publicó este mensaje en su perfil institucional de Twitter (@AlcaldessaVic): "Estamos trabajando para que se deje sin efectos la Instrucción 1/2017 donde se ordena a la Guardia Urbana de Vic un ejercicio de funciones que no le corresponde".

También por esas fechas, la alcaldesa recordaba que "Vic está listo para que el 1 de octubre la ciudadanía pueda votar en los locales habituales".

6.- No hablar en castellano a quien "no parece catalán"

Por lo que respecta a su actividad parlamentaria -a la cual dedicará toda su atención a partir de ahora, pues en las pasadas municipales renunció a presentarse a la reelección como alcaldesa-, la nueva presidenta de la Cámara catalana apenas ha destacado. Diputada posconvergente desde junio de 2018, se la recuerda, eso sí, por una sonada polémica que protagonizó a causa de su rechazo al bilingüismo en Cataluña. En una intervención en febrero de 2020, reclamó desde su escaño a los “catalanes autóctonos” que no cambien de idioma ni hablen en castellano a quienes "por su acento o aspecto no parecen catalanas" (sic). Un discurso identitario que motivó el rechazo de PSC, Cs y PP, indignados por el carácter etnicista de sus palabras. Horas después, y ante el revuelo originado, Erra pidió disculpas a quienes hubiera "podido molestar".


Y es que, según dijo entonces, "me avala mi trayectoria política. Como alcaldesa de Vic, siempre he trabajado y trabajaré por la integración y la cohesión social". Una declaración de intenciones que, a tenor de lo visto y de su discurso de ayer en su investidura como nueva presidenta del Parlament, no parece coincidir con los hechos.