Más castellano, seguridad y limpieza: lo que esperan los vecinos de Tarragona tras el 28M

El día a día de los vecinos de Tarragona deja mucho que desear. La sensación de inseguridad no hace más que crecer en los barrios, la suciedad es cada vez más notoria y el castellano es una lengua arrinconada.  Por eso, esperan que el gobierno que resulte ganador tras las elecciones municipales del 28 de mayo se ponga las pilas con esas amenazas, pero también que “se adapte a la legalidad”. Es por eso que algunos tarraconenses desean un cambio al frente del consistorio, que ahora lidera ERC tras un pacto alcanzado en 2019 con los comunes y pese a la victoria del PSC.

Así lo han dicho residentes de la capital de provincia a Crónica Global, tras visitar 15 lugares de la geografía catalana para conocer qué esperan sus habitantes de los comicios y cuáles son, a su parecer, los desafíos pendientes. 

Atractiva para los turistas, pero no para los vecinos

Tarragona cuenta, hoy por hoy, con 134.883 habitantes --según los últimos datos del Idescat de 2022-- y es una de las ciudades más visitadas por su legado histórico y su patrimonio arquitectónico, contando con uno de los principales atractivos como es el anfiteatro de Tarraco o el parque de atracciones PortAventura. Esto la hace muy atractiva para millones de viajeros cada año, pero no tanto para los vecinos, que soportan otros problemas cotidianos.

Por eso, una de las reclamaciones que hacen llegar al gobierno que salga de las urnas es que “no sólo tenga en cuenta a los turistas, sino a la gente que vive” en la ciudad. El turismo acarrea problemas colaterales como, por ejemplo, la subida de los alquileres. En este sentido, consideran que las viviendas son inasumibles: “Vivir en Tarragona es muy caro porque los precios están por las nubes”. Por eso, más allá del sector terciario, creen que debe potenciarse la industria “porque crea puestos de trabajo de calidad que no dependen de la estacionalidad”.

Un cartel en el balcón de una vivienda en alquiler / EP

Las okupaciones, en aumento

Pero no sólo eso. La ciudad está sucia, aseguran sus residentes, que han visto cómo el incivismo ha ido aumentando, a la vez que la inseguridad. De hecho, una de las voces consultadas lo vivió en sus propias carnes: “Antes vivía en la Plaza Carros y uno de los motivos por los que me fui es porque la zona se ha degradado mucho”, expresa.

Los robos y los allanamientos también se han incrementado y los vecinos son conscientes de ello, que no han dudado en atacar al gobierno que “están favoreciendo la delincuencia”. Datos del Ministerio del Interior también certifican que, sólo en la provincia de Tarragona, el número de okupaciones ilegales de viviendas ha aumentado de 643 en 2021 a 753 en 2022.

"Han expulsado el castellano"

Además, algunos consideran que el alcalde actual, Pau Ricomà (ERC), se ha saltado la legalidad desde el momento en que "no pone la bandera nacional en la fachada del ayuntamiento”, y critican que haya “expulsado” el castellano de la vida pública. Algo que califican de “artificio de los políticos independentistas, que luchan contra molinos de viento porque la mayoría de la gente habla castellano”.

Ayuntamiento de Tarragona / CG

Cabe recordar que en las últimas elecciones de 2019 el PSC ganó en Tarragona, aunque un acuerdo entre ERC y los comunes les impidió gobernar. Un pacto que, finalmente, fracasó tras la insistencia de Ricomà de incorporar a Junts y la CUP en el equipo. Serán los tarraconenses los que decidan el 28 de mayo si los socialistas recuperan el dominio hegemónico que les duró 12 años o si, por el contrario, se reedita un pacto similar al actual.

Sea quien sea el alcalde, los vecinos lo tienen claro: debe tener carisma, dar seguridad y firmeza. Pero sobre todo “debe tener memoria y que lo que prometa, lo cumpla”.