Lengua y mesa de diálogo: los consejeros de JxCat pasan de los duros del partido
Los altos cargos neoconvergentes cierran filas con la estrategia de Aragonès ante la amenaza de que ERC intensifique sus acuerdos con los comunes tras las municipales
25 mayo, 2022 00:00No esconde Pere Aragonès que lengua y mesa de diálogo han sido los puntos débiles de este primer año de gobierno. De hecho, sus socios de Govern, Junts per Catalunya (JxCat) han utilizado estos dos temas para erosionar a los republicanos. Pero algo está cambiando en el partido neoconvergente, donde la postura de sus consejeros en la Generalitat está cada vez más alejada de los más duros del partido. La intervención del vicepresidente Jordi Puigneró, el hombre fuerte de JxCat en Palau, evidenció lealtad y complicidad con el president en esos dos temas durante el balance de legislatura que ambos hicieron ayer. La transformación en los posconvergentes tienen que ver mucho con ese cambio de rasante en las actitudes de algunos de sus dirigentes.
Puigneró defendió ayer ante los medios de comunicación, no solo el liderazgo de Aragonès, sino la necesidad de llegar a un amplio acuerdo sobre el modelo lingüístico en las escuelas. En la línea de lo que ha defendido siempre el republicano. El pacto se cerró pocas horas después de esa comparecencia, fruto de varias semanas de negociaciones en las que JxCat se había desvinculado del primer texto, firmado con ERC, comunes y PSC en el Parlament. El texto final, una proposición de ley que reconoce el castellano como lengua de aprendizaje, no dista demasiado del primero. Pero ha permitido a los neoconvergentes mantener un pulso tacticista para, finalmente, avenirse a ese amplio consenso, necesario, según Puigneró, para blindar el modelo lingüístico en las aulas de lo que denominan "injerencias de los jueces".
Un decreto ley contras las cuotas
A cambio, Aragonès se ha comprometido a que el Govern elabore ahora un decreto en el que, a diferencia de esa ley, sí se hace alusión al rechazo a las cuotas judiciales --la justicia ha ordenado impartir como mínimo un 25% de castellano en las aulas--, por lo que el PSC ya ha anunciado que en ese caso no lo apoyará.
Puigneró estuvo identificado con el núcleo duro de Carles Puigdemont, pero la renuncia del fugado a participar en la vida orgánica de JxCat ha provocado que los distintos sectores del partido se movilicen. Y los consellers del Govern lo han hecho a favor de levantar vetos a otros partidos como el PSC y de una ejecutiva que integre a duros y pragmáticos, representados respectivamente por Laura Borràs (presidenta) y Jordi Turull (secretario general).
Hay que tener en cuenta que, durante las negociaciones para la investidura de Aragonès, ERC evitó que el independentismo más recalcitrante de JxCat --Borràs, Joan Canadell, Ramon Tremosa, Josep Costa…-- entraran en el Govern. La presienta del Parlament ni olvida ni perdona --en varios discursos ha confesado que ella prefería formar parte del Govern a liderar la Cámara catalana--, mientras que los elegidos --Puigneró, Jaume Giró (afín a otro dimisionario, Jordi Sànchez) o las turullistas Violant Cervera y Lourdes Ciuró-- han marcado distancias de un grupo parlamentario, presidido por Albert Batet, más partidario de la confrontación.
Diálogo 'versus' confrontación
Precisamente ayer, el vicepresidente defendió la estrategia de diálogo de Aragonès. Ambos coincidieron en que las negociaciones con el Gobierno para resolver el conflicto independentista no están dando sus frutos, pero defendieron la vía política como solución.
El tiempo dirá si esa lealtad de los consejeros neoconvergentes a Aragonès responde a una estrategia partidista o al miedo a que ERC cambie definitivamente de socios si las elecciones municipales le son propicias y aleja distancias de JxCat. En este sentido, Puigneró precisó que “siempre que se puede” se debe mantener la unidad de lo que llaman "el 52%" independentista --ERC, JxCat y CUP, que sumaron un 48% de los votos en las pasadas autonómicas-- y que no necesariamente hay que repetir alianza con los comunes en la aprobación de los Presupuestos --los antisistema rechazaron las cuentas de 2022--. El Govern, dijo, "debe hablar con todos".
Y, como se sabe, ERC y los comunes se buscan como aliados en los futuros comicios locales.