El nuevo veto de Junts per Catalunya a la investidura del candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, no ha sido visto por igual dentro del propio ámbito del secesionismo. El desencanto, la decepción y la impotencia de los republicanos contrastan con las justificaciones y las reticencias de los posconvergentes a dar el sí a su nombramiento, mientras que desde alguna de las entidades privadas afines a los dirigentes de la Generalitat se extraen conclusiones positivas del bloqueo institucional en plena crisis del coronavirus.
Es el caso de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), cuya presidenta, Elisenda Paluzie, asegura haber visto una actitud "conciliadora" en JxCat, y ha celebrado que Aragonès reconozca el papel del denominado Consejo para la República, entidad privada creada y presidida por el expresidente de la Generalitat fugado Carles Puigdemont, y que éste pretende convertir en una suerte de gobierno paralelo en Cataluña.
"Estaremos para garantizar el acuerdo"
"Hoy nos ha gustado que Pere Aragonès ha reconocido el papel del [referéndum ilegal de secesión] del 1 de octubre y la gran fortaleza que representó la unidad entre instituciones, sociedad civil y ciudadanía movilizada. También nos ha gustado que haya reconocido un papel para el Consejo para la República. Por lo que respecta a Gemma Geis, hoy Junts ha sido más conciliadora que la semana pasada y ha dado por hecho que habrá un acuerdo", ha manifestado Paluzie desde dentro del propio Parlament, lugar donde se ha desarrollado la sesión de investidura fallida.
"Desde la ANC estaremos para ayudar y garantizar que el acuerdo que haya sea el que la mayoría independentista del 52% quiere y necesita", ha añadido la presidenta de esta entidad privada secesionista, aludiendo así al 48% de los votos que sumaron entre los tres partidos independentistas en el Parlament en las pasadas elecciones autonómicas del 14F --JxCat, ERC y la CUP--, y sobre los cuales pretende influir.
Antes de dichos comicios, la ANC elaboró un controvertido decálogo para valorar cuál de los partidos secesionistas que concurrían a los comicios incluían --o se aproximaban más a-- sus postulados en sus promesas electorales. Y el más valorado fue JxCat, hecho que causó un lógico malestar en el entorno de los republicanos.