La pugna entre Ayuso y Arrimadas da la puntilla a Cs en Cataluña
Sectores de la militancia cuestionan la arriesgada estrategia de la líder del partido, avisan de que los puentes con el PPC están dinamitados y de que las bases están muy desmovilizadas tras el 14F
12 marzo, 2021 00:00“De esta no salimos”. Así de pesimista se muestra un cargo público catalán de Ciudadanos (Cs) ante el terremoto político que ha provocado el pacto de Inés Arrimadas con el PSOE para presentar una moción de censura contra la presidencia del PP en Murcia. La decisión de la líder de Cs ha tenido un efecto dominó, dado que en la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso ha convocado elecciones anticipadas, mientras que en Castilla y León, el PSOE también ha presentado una moción de censura que necesitaría del “tamayazo” de cuatro diputados de la formación naranja para prosperar.
El golpe de Arrimadas tiene consecuencias en Cataluña. Y es que además de dinamitar cualquier entendimiento con el PP --ambas formaciones obtuvieron muy malos resultados en las elecciones del pasado 14F--, tiene lugar en un momento de total desánimo en una militancia crítica con la estructura cada vez más piramidal del partido.
Oficialmente, el malestar acumulado ha fructificado en una asociación denominada Renovadores, formada por cargos y militantes que han pedido la dimisión de Carlos Carrizosa tras la pérdida de casi un millón de votos. Previamente, habían impugnado el relevo de Lorena Roldán por Carrizosa como cabeza de lista. Pero “presentar una alternativa orgánica es muy difícil. La militancia no está movilizada”, explica el concejal de Ciudadanos en La Garriga (Barcelona) Ángel Guillén.
"De esta no salimos"
Garriga, que tiene un importante ascendente en ese sector de Cs descontento con la dirección del partido, asegura que la moción de Arrimadas ha sido “la puntilla” y que así se lo hizo saber a Carrizosa en una reciente reunión a la que asistieron unos setenta cuadros locales. “De esta no salimos. Ciudadanos es un enfermo que estaba en la uci y al que ahora han sedado. La militancia ha perdido la ilusión y Carrizosa no ha hecho autocrítica, más allá de hablar de factores externos”.
En declaraciones a este medio, fuentes de la ejecutiva del partido sí admitieron que no han sabido comunicar su labor parlamentaria, y que el futuro pasa por salir de los despachos para “hacer más calle” y buscar espacios de colaboración con el PP. El objetivo: llegar a las elecciones municipales de 2023 con una estructura territorial más potente. Sin embargo, tras la crisis abierta por Arrimadas y la reacción inmediata de Ayuso, el líder del PPC, Alejandro Fernández, lanzaba este lapidario tuit: “He cometido errores, pero negarme a ir en coalición con Cs no es uno de ellos”. Los puentes, por tanto, están dinamitados entre populares y Cs.
Giros ideológicos
En 2016, Ángel Guillén y Sergio Sanz se opusieron al cambio ideológico que experimentó el partido, que pasó de definirse como socialdemócrata a ser liberal. El concejal de La Garriga también luchó por un modelo de gestión alternativo, el que promovía Francisco Igea --vicepresidente de Castilla y León, y rival de Arrimadas en las primarias de Cs--, más descentralizado. Guillén valora abandonar el partido.
¿Un nuevo giro de Arrimadas para acercarse al PSOE? “Si es así, se tuvo que dar antes, tal como defendían Igea, Toni Roldán o Ignacio Prendes”, afirma el concejal.
“¿De qué sirvió votar a Ciudadanos?” Esta es la pregunta que ahora corre entre las agrupaciones de Cs en Cataluña. “¿De trampolín para que algunos pudieran irse a Madrid?”, responden algunos.