El Parlament se convierte en una barra libre para la confrontación independentista
El tripartito secesionista refuerza su poder en la Mesa, presidida por Borràs, y donde convivirán por primera vez JxCat, ERC y CUP; pero la pelea para formar Govern sigue por la presión de Puigdemont
12 marzo, 2021 00:00“Laura Borràs hará bueno a Roger Torrent”. Habla un diputado constitucionalista, tras conocer que Junts per Catalunya (JxCat) ha propuesto a la número dos de su candidatura para ser presidenta del Parlament. No en vano, el líder del partido, Carles Puigdemont, exige confrontación. Y, tal como está planteado el acuerdo del tripartito independentista, la habrá, pues nunca hasta ahora habían convivido en la Mesa de la Cámara catalana JxCat, ERC y CUP.
El secesionismo refuerza su poder de decisión sobre las iniciativas legislativas que se tramitarán, fruto de una negociación que no ha estado exenta de pugnas entre los socios, incluso a nivel interno de JxCat, donde hay codazos para formar parte del futuro Govern, todavía en el aire.
Primera pantalla
Si no hay sorpresas, hoy se oficializará ese asalto del independentismo a la Mesa del Parlament, fruto de los resultados de las elecciones del 14F. El PSC venció, pero empató en escaños con ERC, cuyo candidato, Pere Aragonès, se presentará a la investidura. De momento, se ha pasado la primera pantalla, la de negociar la composición de un órgano rector colegiado que en 2017 tuvo un papel decisivo en el desafío secesionista. La Mesa califica los escritos y los documentos parlamentarios, declara la admisión o inadmisión de los mismos, decide la tramitación y qué iniciativas pueden incurrir en ilegalidad.
Que Borràs tenga la llave de paso de iniciativas secesionistas preconiza nuevas sesiones convulsas. Las del 6 y 7 de septiembre de 2017 fueron el paradigma de la confrontación. Pero en la anterior legislatura, el republicano Torrent intentó bajar la presión --no en vano, su predecesora, Carme Forcadell, está encarcelada por la organización del referéndum del 1-O-- y los neoconvergentes no le han perdonado que impidiera la investidura a distancia del fugado Puigdemont. Hubo otros episodios de presión por parte de JxCat, pues las peleas entre los socios de Govern se hicieron extensivas al hemiciclo. Por ejemplo, el veto a una iniciativa contra la monarquía en la que los servicios jurídicos del Parlament detectaron ilegalidad en algunos párrafos.
Cambian las tornas
Ahora han cambiado las tornas y si antes era JxCat la que presidía la Generalitat y ERC la Cámara, a partir de hoy serán los neoconvergentes los que ostenten la representación de la segunda institución catalana. Esquerra, por primera vez, tendrá la presidencia de la Generalitat.
Borràs, que forma parte del sector duro de JxCat --es miembro del grupo Koiné, favorable a la exclusión del castellano como lengua cooficial en Cataluña--, aspiraba a formar parte de ese nuevo Ejecutivo “al más alto nivel”. Esto es, asumir una de las vicepresidencias que ERC plantea. Pero la idea de Puigdemont es que, en caso de que la diputada sea inhabilitada, pues sobre ella pesa una investigación del Tribunal Supremo por supuesta corrupción, el Parlament se convierta en escenario de la correspondiente tormenta política y mediática. Dicho de otra manera, suspender a la presidenta de la Cámara catalana en pleno mandato tendría más repercusión que si Borràs fuera consejera.
Borràs renuncia, Costa al Govern
A regañadientes, aseguran fuentes conocedoras de las negociaciones, la diputada ha aceptado el cargo, pero con la condición de que sea Josep Costa quien asuma una de las vicepresidencias del Govern.
Costa, que fue vicepresidente de la Mesa en el anterior curso parlamentario, aspiraba a subir de rango. Ayer, anunció su renuncia al escaño y se postulaba como vicepresidente de Acción Exterior. Sin embargo, Puigdemont prefiere para ese cargo a Elsa Artadi.
Dentro de la Mesa, los independentistas aspiran a tener cinco de las siete sillas: la presidencia para JxCat (Laura Borràs), una vicepresidencia para ERC (Anna Caula), y tres secretarías para JxCat (Jaume Alonso-Cuevillas), ERC y la CUP (Pau Juvillà), mientras que las otras dos plazas serían para el PSC, la fuerza más votada el 14F: una vicepresidencia (Eva Granados) y una secretaría. Pero en los últimos días, los socialistas han negociado con En Comú Podem y Ciudadanos la posibilidad de limitar el acceso de los independentistas a esas secretarías.