Dos escenarios, el Congreso y el Parlament, centraron ayer el foco mediático y político español. Pero nunca habían estado tan relacionados. La investidura de Pedro Sánchez, que arrancó en las Cortes, estuvo muy presente en el debate celebrado en la Cámara catalana para dar respuesta a la inhabilitación exprés de Quim Torra decretada por la Junta Electoral Central (JEC). Una inhabilitación que, en el pleno extraordinario convocado el viernes con inusitada celeridad, fue rechazada ayer por una mayoría muy amplia que incluyó no solo a los tres partidos independentistas, sino también a PSC y Catalunya en Comú-Podem. Aunque con distintas intensidades.
El motivo es la correlación de fuerzas a favor de ungir al líder socialista como futuro presidente del Gobierno. Dicho de otro modo, la investidura de Sánchez salvó a Torra de la inhabilitación en un hemiciclo autonómico donde ERC evitó la colisión definitiva con sus socios de gobierno, mientras PSC y Comuns protegieron el acuerdo progresista con los republicanos avalando al president.
Inhabilitación y pleno exprés
La resolución de la JEC había redoblado la presión sobre Esquerra, pues fue hecha pública apenas 24 horas después de que oficializara su abstención en la votación de Sánchez, fruto de varias semanas de negociaciones con el PSOE. La postura, muy recriminada por Junts per Catalunya --especialmente por el propio Torra y Carles Puigdemont--, azuzaba de nuevo al independentismo más irredento contra un partido acusado de “traidor” por pactar con el “PSOE del 155”, según la terminología utilizada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC).
A juicio del secesionismo duro, ERC se convierte en cómplice de un Estado opresor del que forma parte la Junta Electoral Central, órgano subordinado que, sin esperar a la sentencia firme del Tribunal Supremo sobre la condena del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, recurrida por Torra, decidió el viernes despojarle de su acta de diputado.
La inmediata reacción de los republicanos
La reacción de los republicanos fue inmediata e hicieron piña con Torra, pues lo contrario habría supuesto el choque definitivo con sus socios de gobierno. Y lo que menos desea el partido liderado por Oriol Junqueras es dejar que los neoconvergentes administren los tiempos de esta agotada legislatura. ERC ha hecho una puesta arriesgada implicándose en la gobernabilidad española, a la espera de un quid pro quo de los socialistas en unas elecciones autonómicas, que previsiblemente se celebrarán este año. La marca Puigdemont es todavía poderosa, de ahí que ERC no pueda permitirse ningún resbalón.
Mantener el acuerdo de investidura con PSOE en plena inhabilitación de Torra era prácticamente imposible. PP y Ciudadanos lo sabían y, por eso instaron a la JEC a pronunciarse sobre Torra, cuando la reunión del día 3 estaba convocada --en principio-- para resolver la cuestión de la inmunidad de Junqueras, que finalmente también se negó.
El gesto del PSOE, balón de oxígeno para ERC
Pero la jugada se ha vuelto en contra de las formaciones conservadoras, pues gracias a la propuesta de resolución (PR) conjunta en apoyo a Torra firmada por JxCAT, ERC y CUP y aprobada en el Parlament, los republicanos han sabido separar perfectamente el escenario español del autonómico. No obstante, para ello necesitaban un gesto de los socialistas. Éste llegó el mismo viernes, cuando tanto PSOE como PSC cuestionaron que la JEC pueda despojar el cargo a Torra sin una sentencia firme.
También los Comuns abonaron esa tesis. Un balón de oxígeno para ERC, que se solemnizó en el hemiciclo catalán. Ni el referente podemita en Cataluña ni PSC hicieron suya la durísima propuesta de resolución del tripartito independentista –que aboga por la autodeterminación y la amnistía, y se censura la represión y el papel del Rey en el procés--, pero se posicionaron a favor de la continuidad de Torra en el cargo en sus respectivas resoluciones. Lo hicieron distinguiendo la apuesta de Esquerra por el diálogo y por pasar página de una etapa de confrontación del voto, de quienes apuestan por votar al lado de PP, Ciudadanos y Vox en contra de Sánchez. Son lo del "cuanto peor, mejor", según PSC y Comuns.