"¿Por qué él sí y otros no?" Esta es la pregunta que se hacen agentes de base de la policía autonómica ante la nueva situación de Josep Lluís Trapero, mayor de los Mossos d'Esquadra, que se está aferrando al coche oficial y a dos escoltas para desplazamientos personales pese a que ya no tiene las atribuciones de jefe del cuerpo y se acerca su juicio por presunta rebelión, que comenzará el 20 de enero.
Así lo han verbalizado funcionarios de a pie, que han criticado que el ex alto cargo de la policía autonómica tenga asignados dos agentes con función de escolta y un vehículo del cuerpo para desplazamientos que no tienen que ver con las funciones que desempeña en la comisaría de Les Corts de Barcelona, donde está destinado a realizar "tareas administrativas" en las plantas superiores de la sede policial tras ser suspendido por la aplicación del artículo 155 en 2017. "¿Por qué él sí dispone de esta operativa y otros mandos o agentes en situaciones similares no lo hacen?", se inquieren.
El coche oficial de Trapero/ CG
Mossos: "Aún es el mayor"
Preguntado por la cuestión, un portavoz de los Mossos d'Esquadra ha precisado a este medio que Trapero "es aún el mayor de los Mossos d'Esquadra", aunque no tenga las atribuciones que le corresponden al puesto. Estas tareas las realiza ahora Eduard Sallent, el nuevo jefe de los Mossos que sustituyó a Ferran Esquius en junio de este año. "Las funciones de mayor las hace el comisario general del cuerpo", ha confirmado la voz oficial.
¿Por qué pues conserva Trapero el derecho de uso del coche oficial y los escoltas pese a que ya no dirige la fuerza pública autonómica? "Mossos d'Esquadra no comenta los operativos de protección por seguridad", han indicado las mismas fuentes del cuerpo. Esta explicación no convence a las bases del cuerpo, que insisten en que el investigado por rebelión continúa teniendo "trato preferente" cuando se compara su situación con otros agentes que pudieran estar en situaciones similares.
Imputado por rebelión
La denuncia por el polémico uso del coche oficial por parte de Josep Lluís Trapero se produce menos de un mes antes de que arranque en la Audiencia Nacional el juicio por un presunto delito de rebelión. El aún mayor de los Mossos d'Esquadra se enfrenta a una petición fiscal por este grave tipo penal al considerarle la Fiscalía una "pieza clave" en el desafío independentista en Cataluña en 2017. A partir del 20 de enero se sentarán junto a él en el banquillo el exdirector de los Mossos Pere Soler (rebelión, 11 años); el ex secretario general del Departamento catalán de Interior, César Puig (rebelión, 11 años) y la intendente Teresa Laplana, para quien el ministerio público solicita 4 años de privación de libertad por un delito de sedición.
No obstante, esta condición de investigados podría cambiar, ya que la defensa de Trapero, que coordina la abogada Olga Tubau, ha pedido a Fiscalía que el funcionario sea juzgado por este último tipo penal, sedición, y que el proceso sea en la Audiencia Provincial de Barcelona. Aunque a principios de diciembre la oficina del fiscal de la Audiencia Nacional rechazó cambiar el escrito de conclusiones, precisó que ello era "sin perjuicio de lo que ocurra al inicio del juicio oral". En otras palabras, el ministerio público puede aún rebajar la acusación al mosso d'esquadra cuando se inicie el proceso.