Miércoles, 23 de octubre. Barcelona y el resto de la autonomía catalana suman nueve días de protestas --y fuertes disturbios-- provocados por el independentismo contra la sentencia condenatoria del procés. Una zona de la Ciudad Condal se salva del caos provocado por los CDR y otros grupos afines: el Upper Diagonal o los barrios altos de la capital catalana. En el noveno día de manifestaciones y enfrentamientos, las calles coquetas de la urbe acogieron el lanzamiento del nuevo superconcesionario de Lamborghini en la calle Ganduxer.
¿No existe la tensión política en esta zona? "Se ha notado muy poco. Es cierto que un día hubo un intento de corte de calle, pero la policía les desvió rápido", indican desde el Aparthotel Senator Barcelona. En este alojamiento situado en la confluencia de Via Augusta y la calle Santaló "no han caído las reservas y, si se ha anulado alguna, otra rápidamente ha cubierto su lugar", indican. Una historia muy similar explican desde Crustó Muntaner, en la esquina, también, con Via Augusta. "Pues aquí no se ha notado nada. Quizá porque la clientela que nutre el local son vecinos del barrio, gente local. No hay turistas", aclaran. "Tenemos conocidos en la restauración en el centro, en el Eixample. Allí sí que notaron un descenso escandaloso de clientes y pérdida de caja. Fue tremendo. Pero aquí, no", apostillan.
"¿Afectado? El ocio"
Centenares de metros más abajo, en el Turó Park, sí ha habido efectos. "Se han notado las protestas, sobre todo, en el ocio y la restauración. En los bufés, en Cinesa Diagonal, donde hubo pérdida de afluencia", enumera Bartolomé Criado, presidente de la asociación de vecinos y comerciantes del lugar. ¿Se resgistraron algaradas? "Los cortes de tráfico en la avenida Diagonal. Y los efectos sobre los negocios de ocio nocturno. Los clubes y discotecas de la parte alta de Barcelona han cancelado un puñado de eventos. Sí han notado un bajón", admite el residente y activista. En Turó Park no hubo vandalismo durante las protestas independentistas. Sí se pusieron los vecinos en alerta. "Somos 600 comunidades con sus respectivos porteros. Estamos coordinados mediante grupos de Whatsapp", aclara Criado.
No tuvieron excesivo trabajo los residentes en esta coqueta zona. "La coordinación con Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana funciona de maravilla. Y, además, aquí ya no quedan discotecas como en otros puntos. Son este tipo de negocios los que pueden haber percibido alguna consecuencia". Ayuda a quedar aislado de los disturbios el hecho de que el barrio esté cambiando. "Los extranjeros están comprando mucho. El año pasado organizamos un truco o trato de Halloween con 2.600 niños. Este año ya son 3.000. Hay muchos alumnos internacionales", explica este líder vecinal.
"Las escuelas sí abrieron"
Otro ángulo aportan los comercios a pie de calle que operan de la Diagonal hacia el norte. "La semana pasada hubo un bajón de clientes. La gente no salía a cenar, pero tampoco a comer o desayunar. Aquí servimos las cuatro comidas al día, merienda incluida, y el negocio se resintió", reconocen desde Tivoli 1940, en Via Augusta/Muntaner. Otro de los focos de gastronomía y copas de la zona bien de Barcelona, el entorno de la plaza de Francesc Macià, ha pagado las correrías de los CDR. "Mira, yo perdí el 50% de la caja la semana pasada. El fin de semana lo di por perdido. Ya no abrí. Tengo otro local en Las Ramblas que tuvo que cerrar por seguridad, ya que se estaban produciendo saqueos. El de aquí arriba, no: bajé la persiana porque no venía nadie", admite un restaurador multimarca.
"Esto no fue como el Eixample o Sant Antoni, donde las manifestaciones fueron constantes o llegaron a los disturbios. Aquí se notaron solo los cortes de calles. Pero los efectos se notarán a dos o tres meses, cuando el presupuesto no cuadre y los empresarios decidan ajustar plantilla", lamenta un empresario en tono pesimista. En efecto, a diferencia de algunas universidades que han vivido huelgas, bloqueos y coacciones, en la Upper Diagonal han continuado las clases. "Llevo a mis hijas a La Miranda y al Colegio Británico. Ninguno cerró por el paro independentista. Si acaso algunos padres faltaron porque temían incidentes. Pero no los hubo", señala la misma fuente.
Pérdida de la caja de todo un día
Las pérdidas de caja fueron pues el menoscabo principal que notaron los comerciantes y vecinos de la zona elegante de Barcelona. No así los turistas, que sí que llegaron a anular algunas reservas también en estas calles elegantes. El alemán Tagesschau ha dado cuenta de una pérdida de reservas del 50% para cadenas hoteleras como Meliá. Fuentes del sector han indicaron que uno de los alojamientos afectados fue el Meliá Sarrià en la avenida homónima. Coincide la caída con la que reportan los establecimientos situados en los barrios de la Ciudad Condal que han vivido protestas. En estas calles los restaurantes han perdido días enteros de caja como consecuencia de las algaradas. También en otras zonas de ocio, como el Puerto Olímpico, se ha notado la caída de la actividad económica a causa de los bloqueos.
Ayer no se repitieron los enfrentamientos, aunque sí las protestas. No obstante, en la Upper se respiraba tranquilidad. Mitsubishi inauguraba su megaconcesionario, el segundo en España, con un coqueto aperitivo. Sus responsables, tranquilos. "Los niños se paran y contemplan los coches. Los deportivos gustan a todo el mundo", presumían.