La encrucijada de la CUP: aprobar presupuestos o encumbrar a Junqueras
Recta final en la negociación entre el Gobierno catalán y los antisistema, cuyo rechazo a las cuentas catalanas obligaría a adelantar unas elecciones en las que ERC parte como favorita
22 enero, 2017 00:00El próximo 28 de enero, la CUP decidirá en una reunión de los representantes de la militancia si aprueba definitivamente los presupuestos de la Generalitat de 2017. No será una decisión fácil, pues un eventual rechazo a las cuentas catalanas forzaría un adelanto electoral en el que ERC parte como favorita frente a una radicalidad cupaire que, curiosamente, habría truncado la celebración de un referéndum.
Los antisistema han aprobado las cuentas de cada una de las consejerías, pero queda pendiente la votación final en el Pleno del Parlamento catalán que comenzará el 8 de febrero. El escollo principal en las negociaciones ha sido la negativa de Junts pel Sí –ERC y PDECat—a reformar el tramo autonómico del IRPF y propiciar así un aumento de la presión fiscal en las rentas más altas. Una reclamación que comparten PSC y CSQP, y que alinea a JxS con PP y Ciudadanos. Los antisistema han sido muy críticos con la gestión de la educación y la sanidad públicas, e incluso se han sumado a la huelga convocada en el sector de la enseñanza para el 9 de febrero. Pero la CUP debe calibrar los costes de un no a los presupuestos, es decir, de no renovar la confianza en la hoja de ruta de JxS.
El apoyo al Gobierno de coalición siempre ha provocado dolores de cabeza a los antisistema. Tras el insólito empate protagonizado en la votación sobre la investidura de Artur Mas, los antisistema asistieron a su propio cisma, con deserciones de conocidos dirigentes y el apoyo in extremis de Carles Puigdemont.
El sustituto de CiU
Las encuestas de intención de voto demuestran que todo este errático proceso les ha pasado factura y que la izquierda independentista tiene ahora como referente a Oriol Junqueras, el vicepresidente económico de la Generalitat, tocado por una especie de varita mágica que le mantiene inmune a las tribulaciones del llamado procés. El líder de ERC ha sido ungido por determinados sectores empresariales como el sustituto de la antigua CiU, frente al bizarrismo cupaire. Junqueras es la imagen del diálogo, entre sordos dicen algunos, pues fue quien rompió el hielo al pedir una reunión con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Si el Gobierno de Puigdemont cae, Junqueras tiene las de ganar y la CUP, las de cargar con el sambenito de haber frustrado el proyecto secesionista.
Si la CUP aprueba los presupuestos de 2017, se da luz verde a la convocatoria del referéndum. Y tal como informó ayer Crónica Global, aboca a Junqueras a una posible inhabilitación, ya que Puigdemont le encomendó organizar esa consulta, que irremediablemente será recurrida por el Estado. De esta forma, Junqueras y Artur Mas, que amaga con ser presidenciable, quedarían en tablas, pues como se sabe, el líder de PDeCAT será juzgado el próximo 6 de febrero por la celebración de la consulta del 9N. Dirigentes de la nueva CDC, formación que cae en barrena en los sondeos, no esconden su deseo de que esa inhabilitación del líder de ERC se produzca.
De nuevo, la CUP quedaría fuera de juego, a la espera de una estrategia de alianzas en la que posiblemente no participe, dado el empuje del nuevo partido de Ada Colau. Muy a tener en cuenta en el futuro panorama político catalán.