Oriol Junqueras (izquierda), vicepresidente económico, y Carles Puigdemont (derecha), presidente de la Generalitat.

Oriol Junqueras (izquierda), vicepresidente económico, y Carles Puigdemont (derecha), presidente de la Generalitat.

Política

CDC y ERC arrancan la campaña de un virtual adelanto electoral

Los resultados del 26J agravan las tensiones internas de JxSí debido al desplome de los convergentes y en Palau ya se habla del 20N para unos nuevos comicios autonómicos

27 junio, 2016 23:56

El independentismo no remonta. ERC y CDC lo saben, aunque su reacción ante los resultados del 26J ha sido diferente y muy reveladora de las posiciones en que se encuentran ambos socios del Gobierno catalán. Mientras los republicanos tiran de superioridad moral, pues no en vano han crecido en votos --aunque no en escaños--, los convergentes pierden fuelle y vuelven a apelar a una unidad de los independentistas inexistente.

Sus declaraciones postelectorales evidencian que Cataluña ya está en campaña ante un eventual adelanto de las autonómicas, que sería el tercero en cuatro años. “En Palau ya se habla del 20 de noviembre como posible fecha. Hace tiempo que la desconfianza se ha instalado entre ambos socios”, explica a Crónica Global un alto cargo del Ejecutivo autonómico.

Malos datos para CDC

Los datos de los comicios son demoledores para CDC, a pesar de que el aparato del partido en general y el expresidente Artur Mas en particular habían puesto toda la carne en el asador. CDC consolida los 8 escaños, pero pierde 90.000 votos y no obtiene un porcentaje suficiente que le garantice grupo propio.

Tampoco logra victoria en ninguna de las cuatro demarcaciones territoriales. El 20D, ganó en Lleida y Girona, donde ahora le ha adelantado ERC. Especialmente significativo es el hecho de que no mejoren resultados en la ciudad natal del presidente catalán Carles Puigdemont.

En grandes municipios, como Manresa, Sabadell y Terrasa, CDC pasa de quinta a sexta fuerza, mientras que en Barcelona se queda en un quinto puesto, igual que en Tarragona, donde le adelanta el PP. Los convergentes mantienen unos resultados muy alejados de los de 2011, cuando obtuvo 16 diputados como CiU frente a los 3 de ERC.

En el Senado, CDC logra dos senadores, frente a los seis de 2015 bajo las siglas de Democràcia i Llibertat. En definitiva, ERC crece más de dos puntos (por encima del 18%), y CDC baja un punto hasta el 14%.

Los reproches de Artur Mas 

Ante esta situación, CDC quiere aferrarse al salvavidas de ERC. Fue precisamente Mas, inmerso ya en bolos precongresuales y prelectorales, quien, en su comparecencia tras el 26J, reprochó a los republicanos que no se reeditara la coalición de JxSí para las generales.

Hubieran superado a En Comú Podem, en escaños, es cierto, aunque tampoco hubieran logrado ser decisivos en el Congreso tras la victoria del PP. Posteriormente, el candidato de CDC, Francesc Homs, se apuntó a ese llamamiento a la unidad, que ERC no quiso entrar a valorar. Gabriel Rufián prefirió lanzar un guiño a la coalición podemita para formar una alianza que desbloquee el proceso secesionista. 

La CUP, por su cuenta

Hay una tercera formación en liza, la CUP, cuyos votos fueron aprovechados el 26J por ERC, ya que los antisistema no se han presentado a las elecciones generales. Incluso han amagado con no volver a acudir a unos comicios catalanes.

El veto a los presupuestos de la Generalitat supuso un antes y un después en las relaciones con JxSí, que ahora intenta convencer contrarrejoj a los cupaires para que salven al presidente Carles Puigdemont cuando se someta a una cuestión de confianza en septiembre. No será fácil, de ahí que todos los caminos secesionistas conduzcan a un nuevo avance electoral en Cataluña.

Porcentaje de votos

Junto a esa falta de unidad, que también se ha hecho extensiva a unas entidades soberanistas que han perdido su capacidad de movilización callejera (el pulso entre ERC y CDC ha dividido internamente a la Assemblea Nacional Catalana), los comicios generales también demuestran que las fuerzas independentistas ya no son un referente en Cataluña.

La suma de porcentajes de votos del pasado domingo otorga a las fuerzas constitucionalistas (PSC, PP y Ciudadanos) un 40%, frente a un 32% obtenido por los separatistas y un 24,5% de una opción de izquierda radical que habla de un referéndum al que estaría dispuesto a renunciar en una negociación.

Se mantienen los 17 diputados independentistas, pero muy lejos del 39,6% que los dos partidos consiguieron en las elecciones catalanas del 27S, bajo el paraguas de Junts pel Sí.

La alternativa Colau

En Comú Podem no ha experimentado un notable crecimiento en Cataluña, pero sí consolida un primer puesto que apuntala una posible alternativa con Ada Colau a la cabeza. CDC ha recurrido en diversas ocasiones al discurso del miedo contra las tesis antisistema de la órbita podemita, e incluso a su supuesta falta de sensibilidad catalana por no plantear un referéndum como línea roja. Está claro que esas consignas agoreras no han prosperado. Unas consignas a las que no se ha apuntado ERC, que prefiere tender puentes hacia las formaciones de la izquierda. 

Pero una de las principales derrotas de los independentistas ha sido el uso electoral del llamado FernandezGate. CDC y ERC sacaron toda la artillería contra las “cloacas del Estado” tras conocer las conversaciones entre el ministro del Interior, Jorge Fernández, y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso. Pero de nada les ha servido pues el propio Fernández, cabeza de lista del PP por Barcelona, no solo ha aguantado la presión, sino que ha crecido en votos y ha ganado un escaño. El agravio contra el Gobierno español ya no vende.