Política

Efectivos de la Guardia Civil son discriminados en Martorell por desconocer el catalán "al completo"

Agentes andaluces, canarios y gallegos, usuarios de un gimnasio público, protestan ante "el cachondeo que algunos monitores se traen a costa nuestra" y denuncian que las hojas de reclamaciones "sólo existen en catalán". Al mismo tiempo, lamentan que sus compañeros de la policía autonómica se burlen de ellos -les acusan de estar "frustrados por el catalán"- y no atiendan sus quejas.

3 marzo, 2014 14:02

Un grupo de efectivos de la Guardia Civil, usuarios del gimnasio del Patronato Municipal de Deportes de Martorell (Barcelona), es objeto de burlas y discriminación por parte de los empleados municipales y de sus compañeros de la policía autonómica de Cataluña por no entender el catalán.

Agentes andaluces, canarios y gallegos, que fueron destinados hace dos años a Barcelona para velar por la seguridad del aeropuerto de El Prat, viven actualmente en pisos de la residencia logística del Instituto Armado de Martorell y son socios de un polideportivo de esta localidad. Las clases de spinning que ofrece el complejo deportivo se hacen exclusivamente en catalán, y los agentes, ante la reticencia del monitor a cambiar de idioma, exigieron una hoja de reclamaciones "en castellano" tras argumentar que no entienden el catalán "al completo".

Los empleados del gimnasio público no pudieron satisfacer sus quejas por la sencilla razón de que las hojas de reclamaciones "sólo existen en catalán", lo cual, tal y como protestaron los propios agentes, es contrario a lo establecido por la propia Generalidad. Pero lo que más ha enojado a estos guardia civiles es que los Mossos d'Esquadra de Martorell han ignorado reiteradamente sus requerimientos telefónicos al 112 para que se personaran en las instalaciones porque "dicen que no están disponibles para ese tipo de cosas", según han explicado los afectados al diario El Mundo.

"Somos simplemente socios"

"Somos simplemente socios. En ningún momento nos hemos identificado en el gimnasio como efectivos de la Guardia Civil", explican los agentes, quienes lamentan "el cachondeo que algunos monitores se traen a costa nuestra". Resulta además que, en la primera y única ocasión en que los Mossos acudieron a una llamada de estos usuarios, uno de los agentes de la policía autonómica era castellanohablante y había pertenecido al mismo Instituto Armado. En este caso, el trabajador municipal también se burló de él.

En efecto, según las declaraciones recogidas por el diario de Unidad Editorial, el empleado del gimnasio público "se estaba riendo de ellos, les dijo que se echasen a un lado porque tenía que atender a los usuarios y que el encargado estaba reunido". Finalmente, los agentes autonómicos levantaron un acta por falta a la autoridad que más tarde acabó en dependencias judiciales.

Lo curioso del caso es, con todo, que en el juicio celebrado en el Juzgado de Instrucción número 2 de Martorell los usuarios-agentes de la Guardia Civil no fueron citados como testigos. "No entendemos la razón por la que no se nos avisó de un juicio en que queríamos estar presentes. Pero nos consta que el fiscal consideró que el conserje no cometió ninguna falta a la autoridad y cuestionó al mosso si era castellanohablante", protestan los agentes, quienes no pudieron impedir que, así las cosas, el juicio quedara visto para sentencia.

"Frustrados por el catalán"

Algunos meses atrás uno de los afectados había registrado una queja en el Consistorio. Según explica, "tardaron siete meses en contestar. Decían, en resumen, que el catalán es lengua oficial. Les insistí en que el castellano también lo es y que los letreros e instrucciones de las salas de entrenamiento y piscinas y salidas de emergencia están íntegramente en catalán, sin obtener respuesta".

Los agentes acudieron al auxilios de sus abogados, y estos les recomendaron "que denunciáramos directamente en un juzgado para que evitáramos de esa manera el filtro de los Mossos d’Esquadra", cuyos agentes, salvo en aquella ocasión antecitada, han hecho caso omiso de sus protestas.

Más aún, y según lamentan los guardias civiles afectados por esta discriminación por razones de idioma, sus compañeros de la policía autonómica les han echado en cara, no sin sorna, que "nuestro problema es que estamos frustrados por el catalán". Pero, "como todo hijo de vecino, pagamos 40 euros al mes, que no es moco de pavo", y por ello insisten en exigir que las clases se hagan "en castellano".