Hotel Serenade All Suites Punta Cana (República Dominicana)
El grupo Best dispara su desarrollo inmobiliario y hotelero a ambos lados del Atlántico
“El balance alberga un nutrido paquete de edificios valorado a los precios de mercado en 1.277 millones de euros”
El consorcio hotelero e inmobiliario Best, de cuño catalán y perteneciente a la familia Batalla, se ha erigido en el cuarto de España por volumen de habitaciones, tras los colosos nacionales Meliá, Barceló y Eurostars.
Echó a andar en 1987, mediante la compra del hotel Michelangelo, de Salou. Desde entonces, su crecimiento ha sido trepidante. Hoy reúne 12.570 habitáculos fragmentados entre 39 establecimientos.
Estos radican sobre todo en Cataluña y Canarias. Al igual que antes hicieron otras relevantes cadenas del sector, Best cruzó el Atlántico hace cuatro años y se instaló con todos los honores en la caribeña República Dominicana, donde ahora desarrolla inversiones a todo trapo.
Su primer fogonazo fue la inauguración en 2023 del Serenade All Suites, de cinco estrellas y solo disponible para público adulto. También contrató reservas de suelo en Cabeza de Toro y Bávaro, por importe de 100 millones de dólares. Pretende erigir allí sendos bloques espectaculares, llamados Serenade Caribe Club y Serenade Bávaro, ambos de la máxima categoría y con más de dos mil estancias en total.
En cuanto a las actividades en España, el año pasado reabrió el Tritón, en Benalmádena, que había estado cerrado para una reforma integral. También inició el reacondicionamiento del Best Oasis Tropical, en Mojácar, y las obras del Best Village Chipiona, de 420 dormitorios.
Desde los tiempos fundacionales, sigue la inteligente política de montar sus residencias en edificios que previamente ha adquirido. Los financia por norma general mediante la aportación del 50% de los fondos y el resto, con créditos bancarios.
Gracias a esta costumbre, el conglomerado desarrolla dos negocios de forma paralela. De un lado, la explotación hotelera propiamente dicha. De otro, el inmobiliario, que se aprovecha de la revalorización que los bienes raíces suelen experimentar a medio y largo plazo.
Semejante apuesta le ha salido redonda. Según tasaciones recientes, el precio de mercado de las construcciones que alberga el balance de Best asciende a la respetable suma de 1.277 millones. Las plusvalías tácitas que encierra esa masa de ladrillos y hormigón son enormes, pues figura registrada en los estados contables al valor de coste de 715 millones.
El pasado ejercicio declaró unos ingresos de 330 millones y un beneficio neto de 34.
El volumen del patrimonio se cifra en 86 millones. Esta epígrafe no acaba de despegar. El motivo reside en el abundoso reparto de dividendos. Cuando estalló la pandemia del coronavirus, la familia Batalla se abstuvo de sorber recursos durante tres años. En 2023 volvió a la carga y extrajo 37 millones, que devinieron 24 el año pasado.
El cuerpo de accionistas se compone así. El pionero José Batalla Batalla es titular directo de un 8%. Además, maneja otro 44% gracias a la mercantil de su pertenencia Vitral SA, domiciliada en Panamá. Por su parte, los tres hijos del patriarca, Sergi, Albert y David Batalla Chornet, poseen cada uno un 16%, a nombre de otras tantas sociedades censadas en la Ciudad Condal y en Salou.
Best nació en Cataluña cuatro decenios atrás. Hubo de marcharse a finales de 2017 a destinos menos lesivos, como consecuencia del golpe de Estado separatista perpetrado por Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. Fijó su sede corporativa en el municipio tinerfeño de Adeje. Ahí sigue hoy, tan campante, sin viso alguno de retornar a su tierra originaria.
