Montaje de Gonzalo Baratech con el hotel Majestic de Barcelona de fondo
El emporio hotelero Majestic recobra el brillo tras el desastre del Covid
"En los últimos diez años ha repartido dividendos a sus dueños, los siete hermanos Soldevila Casals, por importe de 90 millones de euros"
El grupo Majestic, titular del lujoso hotel barcelonés del mismo nombre, vuelve a funcionar a toda máquina tras la dura etapa del Covid. Esta le ocasionó pérdidas durante dos ejercicios. Por fin, en 2022 consiguió darle la vuelta a la situación adversa y volvió a generar beneficios.
El año pasado, los ingresos siguieron al alza y alcanzaron los 60 millones, cifra récord en los anales de la casa. Los gastos se mantuvieron bajo estricto control. La cuenta de resultados se cerró con un beneficio de 14,6 millones, dos millones más que en el período anterior.
El consorcio Majestic emplea a 400 trabajadores. El establecimiento que le da nombre se inaugura en 1918 con la denominación de Majestic Inglaterra, por impulso del italiano Hércules Cacciami, uno de los pioneros del turismo en la Ciudad Condal. En los años veinte lo vende a Martín Casals Galcerán. Y en los sesenta pasa a manos de Olegario Soldevila Godó, uno de los titanes textiles peninsulares, y su esposa Esperanza Casals Carbó.
Sus siete hijos controlan hoy el Majestic, a saber, Rafael, Andrés, Dolores, Leonardo, Olga, Esperanza y Dulce. Sus sociedades particulares integran el consejo de administración que rige los destinos del conglomerado.
Cada miembro del órgano de gobierno posee algo más del 14%, salvo Rafael, presidente, que recientemente redujo su lote hasta el 13,4% tras enajenar un pequeño número de acciones al resto de la hermandad.
Esta mantiene desde hace tiempo, contra viento y marea, la política de distribuir el grueso de las ganancias en concepto de dividendo. Los fondos fluyen de forma persistente, como un viejo ritual familiar. La costumbre solo se vio alterada durante la pandemia, debido a que no hubo superávit alguno, sino números rojos. El año último, la saga succionó por tal vía 10,6 millones. Si elevamos el periscopio, la cantidad repartida en el postrer decenio asciende a casi 90 millones.
Mientras la compañía luce beneficios copiosos, los recursos propios se encuentran bajo mínimos. Las constantes salidas de caja y los quebrantos por el Covid los han reducido a 8,6 millones. Según el auditor que revisa el balance, en realidad esa cifra debería recortarse en dos millones. ¿El motivo? Hace más de treinta años se llevó a cabo una revalorización voluntaria de los bienes inmuebles y no se respetó el criterio de contabilizarlos a su precio de adquisición.
El grupo explota, además de su buque insignia del paseo de Gracia, otros dos hoteles en el centro de Barcelona, titulados Midmost y Denit, de cuatro y tres estrellas respectivamente. Asimismo, administra medio centenar de apartamentos en tres bloques céntricos: Majestic Residence, Murmuri Residence Mercader y Murmuri Residence Concepció.
Al margen de tales actividades, la compañía sufrió un desengaño el pasado mes donde menos lo esperaba. El astro argentino Leo Messi, propietario de la cadena MiM, decidió cancelar el acuerdo que había suscrito con Majestic para que gestionara sus hoteles y los confió a Meliá, como explicó Crónica Global.
MiM comprende media docena de alojamientos en Andorra, Baqueira, Sitges, Mallorca, Ibiza y Sotogrande.
Pese a este duro revés, los Soldevila no se desaniman y planean abordar ambiciosos proyectos de la mano de terceros.
De cara al futuro, quizá convendría que los propietarios moderen su apetito de dividendos y refuercen la capitalización. Solo una empresa robusta podrá sostener el ritmo inversor que exige el mercado y evitar que el Majestic pase de icono a reliquia.