“Trabajaremos para conseguir un nuevo sistema de financiación singular para Cataluña, que responda al objetivo de resolver el problema sistemático de insuficiencia financiera de la Generalitat para atender sus competencias”. Si dice “sistema de financiación singular” seguro que usted apunta que este extracto entrecomillado apunta a un texto del PSC e, incluso, de ERC. Pues nada más alejado de la realidad. Este texto corresponde al programa electoral del Partido Popular de las elecciones catalanas de 2012.
A la cabeza del PP, Alicia Sánchez Camacho, diputada hoy en la Asamblea de Madrid y senadora por designación autonómica. No se le conoce declaración alguna sobre esta propuesta de la que ahora el PP abjura. El PP reconocía entonces una infrafinanciación a Cataluña que ahora niega y defendía un modelo singular dentro de la LOFCA, justo lo mismo que defiende el PSC. “Esto lo haremos mediante el incremento de los impuestos cedidos y de la participación en la cesta de impuestos en el marco de un modelo propio con capacidad normativa dentro del régimen común de la LOFCA”, rezaba el texto del programa electoral que también esgrimía un elemento que hoy es causus belli para el Partido Popular. “Este modelo permitirá mediante el establecimiento de fórmulas de colaboración entre la Agencia Tributaria de Cataluña y la Agencia Estatal de la Administración Tributaria, la gestión, recaudación, liquidación e inspección de la totalidad de los impuestos propios, cedidos y transferidos”. Es decir, un consorcio de las administraciones tributarias que recaudara y gestionara impuesto, algo que el PP de Feijóo casi equiparara con una propuesta independentista.
El PP de Camacho antes de aquellas elecciones era socio de Artur Mas y alumno aventajado de la política de recortes. Mas convocó elecciones y el PP se presentaba como una formación con sentido común que acusaba a su antiguo socio de veleidades separatistas. Era tan sensato que defendía posiciones que ahora repudia “Aseguraremos que el nuevo modelo de financiación respete el principio de ordinalidad, el cual garantiza el mantenimiento de la posición catalana respecto a su propia renta per cápita, para que no se altere la posición relativa de Cataluña respecto del resto de CCAA después de aplicar el mecanismo de nivelación”.
Cataluña, en el último balance fiscal de 2021, fue la tercera en pagar y la décima en recibir. Se dejó 2000 millones en la gatera como cada año desde 2008, último año que se aplicó la cláusula adicional del Estatut. En números concretos, Cataluña recibió 43 euros menos por habitante que la media española. Madrid 183 más. El PP de entonces lo reconocía, el de ahora utiliza la financiación singular, que acuñó en 2012, como acicate contra los socialistas y los independentistas. Les acusa de romper la solidaridad y, lo más grave, la unidad entre españoles.
Como siempre, a los populares, les quita la razón que se pasan de frenada. Feijóo tiene como único objetivo llegar a la Moncloa como sea y mejor antes que después. Lo utiliza todo y lo exagera todo perdiendo credibilidad. El problema es que los estrategas de hoy en el PP son poco leídos y seguro que no se han mirado su propio programa de 2012. Si lo hubieran hecho hubieran descubierto que eran conscientes de que mejorar la financiación y reconocer el desfase era fundamental para cerrar el paso a la deriva independentista. Hacía poco que Artur Mas se había presentado en Moncloa con su pacto fiscal. Ahora lo hace ERC, y también Junts aunque rabia porque no lo han presentado ellos, y el PP en lugar de buscar una salida junto al PSC buscando un nuevo marco financiero prefiere que vuele todo por los aires. No le importa Cataluña sino los votos que consigue alzando la voz y alertando de un supuesto “Cataluña nos roba”. Una pena que el principal partido de la oposición tenga tan poco nivel. Les recomiendo que se lean su programa. Solo tiene 20 páginas. Entre soflama y soflama, y halagos a Milei, pueden dedicarle unos minutos a leer, y pensar.