Roca Cañadas versus Jaume Guardiola en el reto por la presidencia del Círculo de Economía. El rescoldo de un pasado brillante ante el resabio de un futuro incierto; el manejo sutil de la influencia ante el poder de la importancia. La batalla entre la empresaria del eje Rabat-Barcelona-Bruselas y un banquero, producto de los años dulces en el negocio monetario. El reto entre la presidenta de la Fundación Tanja y un ejecutivo circunspecto, como exconsejero delegado del Banc Sabadell, pero muy alejado de la sutileza de su presidente, Josep Oliu.
La economía de hoy es pura geopolítica. Los comicios son una pugna entre la agenda internacional del mundo económico catalán y el continuismo del presidente saliente, Javier Faus. Un choque entre la ocasión perdida de las cámaras de comercio del Mediterráneo y el deseo de mantener las espadas en alto del catalan power.
El foro necesita reforzar sus conexiones reales con la UE; ocuparse de la dependencia energética, la mutualización del gasto y la permeabilidad de las fronteras. Un nuevo empuje europeísta, más allá del mero barniz, galardonando a la presidenta de la Comisión, Von der Leyen; más atención a las zonas geoestratégicas --Finlandia, Suecia o Marruecos ante la amenaza del Sahel, después de la apertura de Ceuta y Melilla-- y opinión firme sobre la Cumbre de la OTAN de junio, la reunión internacional más importante, desde los acuerdos de Minsk. Los comicios pondrán a prueba a la presidenta de Tanja, el patronato bilateral España-Marruecos, dedicado a las políticas de cooperación en el arco mediterráneo, proyectado hacia el interior del continente, desde Macedonia, Turquía, Trieste o Tánger.
Los expresidentes del foro de opinión abrieron la vía de unas elecciones pulcras para frenar el renacimiento de una cooptación, exigida por Faus. Pero no olvidemos que los años de la cooptación fueron los dulces tiempos de Juan Antonio Delgado, Juan Molins, Quique Corominas, Carlos Tusquets, Pedro Fontana, Josep Piqué, Lara Bosch o el profesor Antón Costas, alma intelectual de un proyecto marcado por la estela de Ernest Lluch o Fabián Estapé, antiguas cabezas pensantes de la institución. Ellos fundamentaron la convivencia entre empresarios, altos cargos vinculados al Banco de España y al Ministerio de Economía y académicos de prestigio. El flamear de altos dignatarios, como el Rey o los presidentes de Gobierno, solo es un gesto de cortesía en la historia del foro (con excepciones, como el éxito de Felipe González, en aquella lejana reunión Costa Brava).
La disputa por la hegemonía ha provocado el toque marketiniano de ambas candidaturas, cadáveres respectivos de los public affairs, que practicaron en la sombra senadores ilustres. Guardiola ha inundado digitalmente a los 1.300 socios de la entidad confundiendo el consenso por identificación con el apoyo por saturación. El Círculo no es el Barça, pero por lo visto, Guardiola, el responsable de la Comisión Económica del FCB, confunde la democracia selectiva del Círculo con la democracia futbolística de una junta de compromisarios. Rosa Cañadas, por su parte, ha conectado con más de 400 socios, un pequeño baño de masas que le ha servido para detectar los anhelos de los más jóvenes y comprobar que solo un 15% de los socios son mujeres; algo que ella quiere cambiar por simple reflejo de la realidad.
La solemnidad del momento obliga a decir que el foro de opinión más prestigioso de España no puede permitirse la actual relación entrañable con el Govern, que pacta en Madrid y se encapsula en Cataluña. No puede ser el sostén civil de una Generalitat que ha hecho dejación de las urgencias empresariales a mayor gloria del soberanismo.