He escuchado con deleite las conferencias que Pedro J. Ramírez ha enviado a todos los empleados, colaboradores, suscriptores y anunciantes, los cuatro puntales de la viabilidad del rugido de león de El Español.
Me identifico en lo profesional con los 40 años de trayectoria de su director, desde 1980, cuando con 28 años fue elegido para hacerse cargo de Diario 16. Medio en el que acabó siendo cesado por la presión que Felipe González ejerció sobre el presidente de la cabecera por haber acusado al entonces líder socialista de ser el "señor X" de los GAL contra los terroristas de ETA. No es que coincida con él, pero me gusta su estilo como periodista.
Pedro J. Ramírez estuvo posteriormente 25 años en El Mundo, donde dimitió a manos de la gran coalición encabezada por Mariano Rajoy --a causa de sus investigaciones de la trama de la Gürtel y de Luis Bárcenas-- y el rey emérito --por la relación con su amante Corinna y sus manos largas en La Meca--, sumados al mangoneo de una tribu de empresarios corruptos, empezando por los entonces presidentes de Telefónica (José Luis Vilallonga y César Alierta), y tantos otros en esta nación de pícaros.
Hace cinco años fundó El Español, invirtiendo la indemnización recibida del grupo italiano, ya que su aspiración es morirse en el tajo. Crónica Global comparte la línea editorial de Pedro J., que lee mis artículos a través de los tres medios comarcales catalanes en los que colaboro, con mis Cartas del Domingo en Granollers, Mataró y Manresa… Crónica Global es El Español en Cataluña: es digital, independiente, y ambos tienen beneficios, como el consejero delegado Xavier Salvador explicó aquí el lunes.
Desde 1989, cuando salió El Mundo, me identifiqué con el estilo de Pedro J, y él lo sabe, porque tuve una entrevista personal con él en Barcelona. Le regalé mi libro de memorias El golpe de Neriz, sobre una moción de censura contra el PSC, e Historias de mis togas negras, con más de 20 demandas y querellas de las que los jueces me absolvieron porque era muy atrevido, pero no mentí. Informativamente, me equivoque con el exalcalde socialista Josep Pujadas, que es miembro de mi club de lectores. Él nunca me puso una demanda, pero sí su antecesor, el socialista Rafael Ballús.
Xavier Salvador, que me fichó, le explicó a Pedro J. que en 1989 escribía en El 9 Nou, como responsable de la sección de Economía y Trabajo. Dijo que le gustaba mi estilo periodístico.
En 1990 me inspiré en El Mundo para hacer la Revista del Vallès. Se lo comenté a Pedro J: esta cabecera creció de 3.000 a 11.000 ejemplares desde 1983 a 1993, y le copié el Hoy Sábado y la carátula de personajes celebres vallesanos. Cuando me di de baja, teníamos 72.000 lectores, según la Generalitat. Una nimiedad, en cualquier caso, comparado con El Mundo de Pedro Jota.