Lo primero que hay que decir es que en España el concepto federal no es nuevo. Ya en las últimas décadas del siglo XIX el federalismo tiene una importante presencia política especialmente a través del Partido Republicano Federal y que llega a su momento culminante en el breve periodo de vida de la I República Española en el 1873, denominada "la federal", y donde todos sus presidentes fueron del partido republicano federal. Su breve existencia acabó con el golpe de Estado del General Pavía. El federalismo surge como alternativa a una sociedad dividida entre la monarquía unitaria liberal y el carlismo tradicionalista en constante confrontación.
El federalismo ha sido claramente un concepto vinculado al progresismo y a la descentralización en la historia del país por oposición al centralismo y unitarismo que las derechas han defendido en el curso de la historia española.
Pero debe determinarse que el federalismo es un concepto no sólo de izquierdas sino que en estos momentos es el más útil para hacer frente a los problemas de un ensamblaje territorial más homogéneo del Estado y hacerlo desde una perspectiva de construcción europea.
El federalismo es un concepto no sólo de izquierdas sino que en estos momentos es el más útil para hacer frente a los problemas de un ensamblaje territorial más homogéneo del Estado
Ante los movimientos nacionalistas que aparecen en todo Europa como reacción defensiva e inútil a la globalización económica hay que defender que sólo desde una federalización de la Unión Europea que la fortalezca y la acerque a su ciudadanía será posible establecer reglas en la globalización económica desbocada.
El regreso al nacionalismo que defienden las derechas radicales partidarias de volver al Estado-nación en la Gran Bretaña, en Francia, Italia y otros países como la propia Alemania no son propuestas válidas porque ignoran las causas y el contexto en que nos encontramos. Lo mismo podríamos decir de las propuestas de establecer nuevas fronteras en Europa cómo defiende el independentismo unilateralista en Cataluña. Aun así el federalismo se confronta tanto con el unilateralismo independentista cómo con la tentación recentralizadora de las derechas españolas.
La izquierda, toda ella, sin vergüenza tendría que levantar la bandera del federalismo en toda Europa y especialmente en España. En nuestro caso el federalismo tiene que defender la igualdad social de toda la ciudadanía y el respecto a la diversidad plurinacional existente en el Estado. El carácter plurilingüe y plurinacional no sólo cabe sino que se tiene que defender desde el federalismo del mismo modo que se tiene que defender de forma radical la igualdad en cuanto a los derechos sociales de todos en la Constitución.
¿Es posible el federalismo asimétrico? No sólo es posible sino que es necesario en España. No todas las comunidades tienen la misma demanda de autogobierno. No todas tienen las mismas características diferenciales. La asimetría del federalismo que hay que defender desde las izquierdas comporta defender a la vez que no haya ninguna desigualdad social entre las personas, pero no se tiene que confundir con la uniformidad dentro del Estado federal.
¿Es posible el federalismo asimétrico? No sólo es posible sino que es necesario en España
Como dice Joan Coscubiela en su libro Empantanados, "la izquierda debería haber entendido que necesitaba y necesita una propuesta alternativa a la unidad uniformizadora de España... este se construye a partir del reconocimiento e impulso de la plurinacionalidad y su plasmación en la forma y estructura del Estado. Esto sería más fácil, o menos difícil, si la izquierda identificara de manera clara la desigualdad con las diferencias de clase". Es decir el federalismo tiene que plantearse desde una óptica de clase y no de agravios territoriales. Hasta ahora ninguna de las dos izquierdas existentes lo ha hecho y este es su gran error.
En definitiva la izquierda tiene que defender que el Estado tiene que garantizar las mismas prestaciones sociales a toda la ciudadanía viva donde viva, pero el Estado tiene que reconocer los hechos diferenciales y la plurinacionalidad del Estado.
El federalismo comporta cambios radicales en el modelo de Estado. En estos tiempos hemos sentido defender por parte de dirigentes políticos de la derecha y algunos de la izquierda que el artículo 155 que se ha aplicado en Cataluña era similar al otros países como Alemania. Pero las medias verdades esconden mentiras o engaños. En Alemania es cierto que hay un artículo similar y lo aplica el Senado (Bundesrat) pero la composición del Senado español y alemán se asemeja como un huevo a una castaña. En Alemania el Senado es una cámara de representación territorial y está compuesta por representantes de los Estados federados y tiene funciones sobre todas las leyes que afectan las competencias de los estados federados, por lo tanto nada comparable a lo que pasa aquí. Y este es uno de los cambios constitucionales más necesarios.
El Estado tiene que reconocer los hechos diferenciales y la plurinacionalidad del Estado
No sólo hace falta un cambio institucional especialmente en referencia al papel del Senado que tiene que ser una cámara de representación territorial y con competencia sobre la legislación que afecte a la federación. También hace falta un cambio en el papel en lo referente a la fiscalidad. Hace falta una corresponsabilidad fiscal entre las administraciones centrales y autonómicas. No puede ser cómo hasta ahora que el Estado recaude y reparta los fondos a las autonomías que son las responsables de hacer el gasto social sin ningún corresponsabilidad en la recaudación.
También deben establecerse de forma clara, como explica Coscubiela en su libro, elementos de cooperación y solidaridad así como la garantía de control que el Estado central tiene que tener en cuanto a competencias plenas sobre temas que afectan al conjunto de la sociedad cómo son la legislación laboral, la normativa sobre la fiscalidad de las rentas del capital para evitar dumpings internos o sobre el sistema contributivo de la Seguridad Social.
En definitiva el federalismo no tan sólo no es un concepto anticuado sino que es plenamente actual y que tendría que ser reivindicado de forma clara y prioritaria por la izquierda a la vez que esta recupera la lucha contra la desigualdad social fruto de las diferencias de clase y que nada tiene que ver con la desigualdad territorial donde estamos todos empantanados.
Y es un proyecto de futuro no sólo para España sino un objetivo necesario para la construcción de la Unión Europea que tendría que reconvertirse en una Europa federal.