A raíz del deplorable papel jugado por la presidenta de la Junta de Andalucía en la defenestración del secretario general del PSOE, se han activado muchos de los tópicos y descalificaciones al uso con respecto a dicha comunidad. La realidad es que el activismo sectario del socialismo andaluz, férreamente controlado por la señora Díaz, no ha contribuido a mejorar la imagen de las formas de hacer política de esta formación.
En algunas de las descalificaciones a Andalucía hay sin duda una componente de superioridad que aparece en determinados nacionalismos. Traigo a colación los comentarios del ex Honorable Pujol en su libro La inmigración, problema y esperanza de Catalunya (1976/1977), donde hacía referencia de forma muy poco afortunada al hombre andaluz como "un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual" (sic). Llama la atención que, cada vez que desde Cataluña se han emitido mensajes descalificadores y agresivos contra los andaluces, la izquierda catalana ha hecho mutis por el foro, lo mismo por desgracia ha sucedido en sentido contrario.
El regionalismo andaluz utiliza conceptos como patria andaluza, agravios históricos, victimismo... todo un léxico populista que comparte con los nacionalistas catalanes, lo que sin duda les ha dado buenos réditos electorales
Es cierto que el partido mayoritario desde hace casi 40 años en Andalucía, el PSOE-A, presenta muchos paralelismos con sus homólogos catalanes. El regionalismo andaluz utiliza conceptos como patria andaluza, agravios históricos, victimismo... todo un léxico populista que comparte con los nacionalistas catalanes, lo que sin duda les ha dado buenos réditos electorales.
La realidad andaluza es mucho más compleja que la caricatura que a veces se nos presenta. El PSOE sin duda ha sido un instrumento clave en la modernización de Andalucía. Entre 1986 y 2013, el crecimiento acumulado del PIB en Andalucía fue superior al español y al conjunto de la UE, también creció de forma significativa su índice de producción industrial y su actividad exportadora. Andalucía es la tercera comunidad en ventas al exterior, destacando sus exportaciones en ámbitos tecnológicos (aeronáutica).
Andalucía tiene una potente base innovadora y de capital humano. Posee una Red de Espacios Tecnológicos, como el Aerópolis en Sevilla, el centro más avanzado de tecnología aeroespacial del Estado, vinculado al proyecto Airbus. El Parque Científico Tecnológico de la Cartuja, donde destaca el CABIMER (Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa), centro de referencia mundial en la investigación multidisciplinar en los campos de la biología molecular, la genómica, la señalización celular... El Parque Tecnológico de Andalucía, vinculado a la Universidad de Málaga y un referente en desarrollos de I+D+i en el campo de las TIC. En total más de 20.000 investigadores trabajan en todos los centros de la red.
El clientelismo desarrollado por el PSOE desde las instituciones, en especial la Junta de Andalucía, ha sido un elemento de retraimiento y desaprovechamiento de esa potente base innovadora. Clientelismo que, al intoxicar la parte más activa e innovadora de la sociedad civil andaluza, la impide salir de un subdesarrollo que la sitúa entre las regiones europeas con mas índice de paro y menor índice de producción industrial.
Andalucía necesita una sociedad civil más activa, mas emprendedora, capaz de organizarse al margen de las prebendas institucionales, superando la dependencia clientelar de las instituciones que la gobiernan
Andalucía necesita una sociedad civil más activa, mas emprendedora, con mas iniciativa, donde empresarios, profesionales, investigadores, trabajadores cualificados, autónomos... sean capaces de organizarse al margen de las prebendas institucionales, superando la dependencia clientelar de las instituciones que la gobiernan. El reto, sin duda, es aprovechar su capital humano e innovador para entrar en la modernidad. Reto al que no puede responder en solitario el PSOE, en parte responsable de la situación, pero tampoco se puede hacer sin tener en cuenta la base popular que éste representa.
Sin duda hace falta mucha más Andalucía y mucha menos Junta; cuando las instituciones se apoderan de la sociedad en vez de ponerse al servicio de ésta, el cuerpo social puede entrar en metástasis.