Se busca un Iniesta en la política
Como estamos en campaña y en la Eurocopa de fútbol, mezclemos fútbol y política. Que la televisión no nos ciegue con el fútbol y nos adormezca la vena crítica de la política. La selección lo tiene más fácil. Si hay un problema en el campo, la pelota a Iniesta. Si no hay orden, pelota a Iniesta. Si algún --o varios-- jugador no sabe qué hacer, busca a Iniesta. Cuando Iniesta funciona, España funciona. ¿Y quién es ‘el Iniesta’ de la política para que España funcione?
No tenemos un ‘Iniesta’ en la política para pasarle los problemas del país. No hay un ‘Iniesta’ que una, que pacte, que arregle la situación en que España se encuentra
Ah. La respuesta del millón. ¿Existe? Algunos dicen que no. Muchos, incluso veteranos de la política, dicen que no. NO, no y no. No lo hay, “al menos yo no lo conozco”, matiza una vieja gloria de la política española. “En ningún partido”, añade. Pues estamos bien. No tenemos un ‘Iniesta’ en la política para pasarle los problemas del país. No hay un ‘Iniesta’ que una, que pacte, que arregle la situación en la que España se encuentra. No hay a quien pasarle la pelota el día 27J. No hay a quien pasarle las urnas el 27J para que España funcione. Pues iremos al tercer torneo electoral. Eso sí, que sea con jugadores distintos. Y si hay que fichar a Iniesta, se le ficha.
Porque ya está bien con los cuatro jinetes hispanos que ni gobiernan, ni dejan gobernar. Y esas intenciones llevan. Las mismas que en las pasadas elecciones del 20D. Dicen lo mismo. Repiten lo mismo. Y amenazan con los mismos argumentos para no dejar gobernar si no son ellos mismos, cada uno por individual. Excepción hecha de Albert, según dice. ¡Qué campaña! Zafia. Aburrida. Sin ideas. Sin sangre. Sin ilusión. Sin programa. Con omisiones. Con silencios. Mucho silencio sobre temas importantes que azotan la piel de España. Silencios.
Silencio sobre las reformas estructurales urgentes y profundas que se necesitan. En cuatro años y seis meses el PP sólo ha parcheado los rotos de la piel. Costuras con aguja larga y débil hilo. Ya está casi roto otra vez. Veamos. No ha habido reforma financiera sino rescate bancario. La troika lo impuso. Casi todos estamos de acuerdo. De reforma, nada. Rescate, Mariano, lo vendas como lo vendas. El déficit se fue de cauce. De madre, más bien. El ajuste presupuestario se diseñó mal por lo que el endeudamiento público se ha elevado a las nubes. ¿Y la reforma fiscal? Tanto presumir de ella y ahora se ve que ha sido una chapuza. Ni recaudación, ni crecimiento. ¿Y la reforma de las pensiones? Peor que chapuza. Has desvalijado la hucha, Mariano. Has sacado la ‘pasta’ y está llena de aire. Has pagado las actuales, pero ¿y las futuras? Y no hablemos de la reforma laboral. Hecha para favorecer a los grandes empresarios. Despido libre. ¡Olé! Ellos, más ricos; los trabajadores, más pobres. La hiciste sólo para los tuyos, Mariano. A cambio, conflictos sindicales y precariedad laboral. Te has lucido. Salvar el presente para comprometer el futuro. ¡La que le espera al futuro gobierno! Mejor ponemos a Iniesta que sabe cómo hacer jugar al equipo.
¡Qué campaña! Zafia. Aburrida. Sin ideas. Sin sangre. Sin ilusión. Sin programa. Con omisiones. Con silencios. Mucho silencio sobre temas importantes que azotan la piel de España. Silencios
Pues aún así quieren todos gobernar. Todos, los líderes, quieren ser presidente. Mariano no se mueve. Como si está en funciones el resto de su vida. Pedro quiere ser él. Pero Pablo no lo deja porque se prefiere a sí mismo. Y Albert peleando para ser necesario e imprescindible. Ahí los tenemos predicando tonterías para ser presidente. Pero ninguno se ocupa de hacer un diagnóstico de los problemas económicos. De las reformas urgentes que precisa este país, como las pensiones y el sistema fiscal. Todo queda reducido a subir o bajar impuestos. Me votas a mí, en la investidura, o te abstienes. Vas conmigo o contra mí. Vas con la caspa o con el cambio. Jugamos con una pelota o con dos. Mejor, se la pasamos a Iniesta que él sí sabe repartir juego.
¿Y la reforma de la Administración? Ni mencionarla. Ni tocarla. ¿Diputaciones? ¿Ayuntamientos? ¿Reducción de cargos políticos en las Comunidades Autónomas? Oiga, usted de qué va. Nos presentamos a políticos para ocupar cargos, cuantos más mejor. Y si tenemos dos o tres, mejor. Y algunos para llevarse lo que puedan. ¿Está claro? Clarísimo. Muy claro, señores de la política. Mientras, los ciudadanos, a pagar. Sin empleo y sin salario. El ciudadano. El que hoy es el centro de todas las atenciones. El 27J deja de serlo. Entonces, el próximo lunes, es don nadie. Nadie lo recuerda. Le gustaría saber si en el futuro habrá empleo. Le gustaría saber si las oficinas de empleo se convertirán en centros de recolocación. Hoy sólo son salas de espera de la desesperanza. Les gustaría saber por qué la electricidad es la más cara de Europa. A los ciudadanos les gustaría saber por qué se recortan los servicios de sanidad. Por qué pasa a manos privadas, cada día un poco más. A los ciudadanos les gustaría saber por qué no hay una ley de educación consensuada y perenne, gobierne quien gobierne. De esto, y de mucho más, nadie dice nada. Este es el nivel de la clase política. Estos son los que nos gobiernan. Servirían, como mucho, para gobernar un corral. Doce gallinas y un gallo. No más.
Dejémoslo ya. Esto es lo que hay. Esto es lo que merecemos. Nos preparamos para las terceras elecciones. Eso sí, con otros candidatos. Se busca al Iniesta de la política. ¿Usted lo conoce? Nómbrelo. Lo votaremos todos. Mientras, miramos el fútbol. Disfrutamos de Iniesta. Suerte.