Los jóvenes de Societat Civil Catalana
No hace muchos días, me dirigía al Maresme en moto. Cuando sueles ir a cierta velocidad y la brisa te impacta en el rostro tiendes a tener cierta lluvia de pensamientos que no enlazan unos con otros. Mientras estaba dándole vueltas a muchas cosas, encontré un cartel del Español, el club de fútbol. El cartel decía “minoría maravillosa”.
Tengo la convicción de que en el espíritu somos una gran mayoría, quizá algo comodona, vaga, pasiva y por lo general poco implicada. Pero sé que muchos nos acompañan con sus sentimientos y sus palabras de apoyo
A partir de ahí hasta llegar a mi destino para comer, estuve profundizando con esto de las minorías. Hay minorías de muchos tipos. Hasta que llegué a la minoría de jóvenes de Societat Civil Catalana. Somos pocos, sí. Pero también somos maravillosos. No porque seamos más guapos, más delgados y más estupendos. Si no porque como mínimo, somos valientes. Yo tengo la convicción de que en el espíritu somos una gran mayoría, quizá algo comodona, vaga, pasiva y por lo general poco implicada. Pero sé que muchos nos acompañan con sus sentimientos y sus palabras de apoyo, así de amagatotis.
SCC tiene una gran virtud y es que ha sabido hacer sitio a todo el mundo que esté a favor de continuar formando parte de España, cada uno con su modo de vida, su visión de la sociedad y sus pensamientos más arraigados. Hemos sabido aparcar nuestras diferencias para unirnos en un pensamiento global y amplio. Las circunstancias nos han dado muchos limones, incluso en intentos anteriores, pero hemos sabido exprimir toda aquella limonada que nos une y nos refrescamos todos juntos.
Nuestra tarea no es ofrecer soluciones técnicas porque para ello ya están los partidos políticos, pero sí que nuestra tarea es elemental. Nosotros tenemos un compromiso con los catalanes. Tenemos el compromiso de explicarles, de hacerles entender que nos va a ir mucho mejor juntos, juntos y mejor. Juntos sumamos. Los partidos políticos deben trabajar en ese terreno para que ese “mejor” acabe por ser una realidad palpable.
Nosotros somos jóvenes y pertenecemos a una misma generación. Nuestra generación no debe ser la generación enfrentada, si no la cohesionada. Debemos salir, debemos salir a dialogar con todo el mundo, decirles a los chicos y chicas que no queremos que los hijos que tengamos en el fututo deban de estudiar fuera porque no nos bajamos del burro. Yo soy un optimista por virtud pero no nos podemos pasar de frenada. Nuestro optimismo debe ir enfocado en cómo podemos mejorar nuestro país, en aquello en lo que nuestra sociedad puede seguir avanzado. Ese es el camino y no crear un paraíso independentista porque posiblemente acabaríamos en la isla de Robinson Crusoe.
SCC tiene una gran virtud y es que ha sabido hacer sitio a todo el mundo que esté a favor de continuar formando parte de España, cada uno con su modo de vida y su visión de la sociedad
Es cierto que no contamos con los recursos públicos que tiene la Asamblea Nacional de Catalunya, con dinero todo es mucho más fácil. Lo sabemos. Sabemos que ellos reciben constantes manguerazos. Sabemos que ellos reciben toda la atención mediática de los medios públicos y privados subvencionados. Sabemos que en su isla tendríamos helado de postre. Pero ellos no saben que la historia y la evolución del mundo les va en contra.
Un mundo como el actual, un mundo abierto, global y sin fronteras. El mundo de la Unión Europea. Un mundo donde se respetan las leyes y el Estado de Derecho. Este es el mundo actual en el que vivimos, el mundo del siglo XXI. Su proyecto de ruptura, de rauxa, esta caduco en el mundo civil. Esto es un capítulo de siglos pasados.
No es cuestión de cuántas primaveras hemos pasado, de los apellidos que tengan nuestros padres. De dónde hayamos nacido. De cómo está nuestra cuenta corriente. No es cuestión de eso. Estamos acostumbrados a sus insultos, a sus increpancias, a sus abucheos. Pero sabéis algo, nada ni nadie nos va a quitar la ilusión por tener un país más cohesionado.